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Los pasos del ascenso de Trump

El magnate pasó de ser un chiste a convertirse en el anticandidato que tiene en jaque al Partido Republicano.

Cristina f. Pereda / El País
07 de mayo de 2016 - 02:00 a. m.
Donald Trump durante un mitin de campaña en Charleston, West Virginia.  / AFP
Donald Trump durante un mitin de campaña en Charleston, West Virginia. / AFP
Foto: AFP - MARK LYONS

Desde que anunciara su apuesta electoral el pasado mes de junio, el empresario republicano ha dejado a Estados Unidos perplejo con su avance. Estos son algunos de los momentos más importantes para entender su trayectoria.

Julio, 2015: “Esto puede definir el futuro del Partido Republicano”

El Partido Republicano se rinde al fenómeno Donald Trump. Incapaces de competir con la atención mediática que despierta el empresario gracias a una verborrea incontrolable, los otros 15 candidatos luchan por respirar. Incluso un hombre fuerte del establishment republicano como Jeb Bush, con US$114 millones en los cofres de su campaña, necesita atacar a Trump para sacar un titular estos días. Lo que empezó como una broma a la que nadie dio importancia es hoy un torbellino alrededor del cual gira el Partido Republicano.

15 de diciembre de 2015: Veto a los inmigrantes musulmanes

El candidato republicano pide que se suspenda temporalmente, pero de manera “total y completa”, la entrada de inmigrantes musulmanes al país. El magnate hizo su propuesta en un comunicado pocos días después del tiroteo que acabó con la vida de 14 personas en San Bernardino (California), considerado por el Gobierno como un acto de terrorismo. “Mientras no podamos determinar y comprender este problema y la amenaza que representa, nuestro país no puede seguir siendo víctima de ataques horribles de personas que sólo creen en la ‘yihad’ y que no tienen ningún sentido ni respeto a lo que significa la vida humana”, dice el comunicado firmado por Trump.

28 de enero de 2016: Trump boicotea el debate de la cadena Fox News

Donald Trump ha abierto un boquete en la derecha estadounidense. El magnate y showman neoyorquino hace pedazos cada día los dogmas del conservadurismo. La escalada dialéctica con Fox News y la decisión de boicotear el debate que la cadena de televisión organiza en Des Moines (Iowa) son el ejemplo más reciente, pero no el único. Para cualquier candidato republicano era tabú enfrentarse a Fox News, máximo órgano de la derecha mediática.

Contar chistes con tufo antisemita ante miembros del lobby proisraelí, proferir vulgaridades contra las mujeres, burlarse de discapacitados físicos... La lista de salidas de tono es larga, y siempre sale indemne. Trump hace añicos el manual del buen republicano (y del buen político). Cuando declaró la guerra a Fox News en una rueda de prensa en Marshalltown, un municipio de 28.000 habitantes en Iowa, Trump dijo estar de acuerdo con la normalización de las relaciones con Cuba: otra desviación de la ortodoxia derechista.

10 de febrero de 2016: La política estadounidense entra en territorio desconocido

Las victorias de Trump en las primarias republicanas y de Sanders en las demócratas de New Hampshire eran previsibles, de acuerdo con los sondeos recientes, pero no sus dimensiones. Sacaron unos 20 puntos de ventaja a sus rivales más cercanos.

Trump, magnate de la construcción y de los casinos y estrella de reality shows, es un hombre sin experiencia política que en el pasado apoyó a los demócratas. Su primera incursión en la política consistió en dar voz al movimiento que cuestionaba que el presidente Barack Obama hubiese nacido en EE. UU. y, por tanto, tuviese derecho a ocupar el cargo. Ahora promete construir un muro en la frontera con México, deportar a los 11 millones de inmigrantes indocumentados y cerrar las fronteras a los musulmanes.

1º de marzo de 2016: El Supermartes de Trump

“Cuando estemos unidos, nadie, nadie va a poder ganarnos”, dijo en Mar-A-Lago, su resort en Palm Beach (Florida). Trump dijo que ha atraído a votantes demócratas y se jactó de ser una persona diplomática, abierta a las negociaciones. Pero, preguntado por el líder del Congreso, el republicano Paul Ryan, Trump pronosticó que se llevaría bien con él, pero que si no es así Ryan tendría que “pagar un alto precio”.

Los resultados del Supermartes reflejan la heterogeneidad del fenómeno Trump. El empresario ganó con holgura en el Sur conservador y evangélico de estados como Alabama y Georgia, pero también en regiones norteñas más moderadas, como Virginia y Massachusetts.

Los estados más prósperos del nordeste han dado algunas de las mayores victorias a Trump

Trump gana en el Oeste y en el Este, en el Norte y en el Sur. Después de tres meses de elecciones primarias, cada día quedan menos dudas de que él será el candidato republicano a la Casa Blanca, o el partido —alarmado por el ascenso de un demagogo alejado de la ortodoxia conservadora— sufrirá un cisma. Trump domina la carrera republicana, pero donde domina con más comodidad es en el Nordeste, en los estados donde se asentaron los primeros colonos europeos en el siglo XVII, a la orilla de los ríos y en las costas donde se construyeron las primeras grandes ciudades, en el núcleo de la Revolución industrial.

Las élites conservadores ven agotadas las opciones para frenar al magnate

El Partido Republicano se resigna a que Donald Trump sea su candidato en las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos. El magnate y showman neoyorquino es un histrión alejado de la ortodoxia conservadora. Se enfrentará, salvo accidente inesperado, a la probable candidata demócrata, Hillary Clinton. Las opciones para frenarlo, con un candidato alternativo de consenso o con la creación de un tercer partido, son nulas. Las élites republicanas se hacen a la idea de que finalmente deberán convivir con Trump.

Por Cristina f. Pereda / El País

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