Publicidad

Mil latigazos y un premio: caso del bloguero Raif Badawi

Raif Badawi acaba de recibir el premio Sájarov de Libertad de Conciencia por parte del Parlamento Europeo.

El Espectador
30 de octubre de 2015 - 03:01 a. m.
Raif Badawi. / Efe
Raif Badawi. / Efe

Tener una postura crítica frente a la monarquía saudí y su interpretación de la ley islámica, impulsar debates sobre la política, el islam liberal y el secularismo, ejercer de manera pacífica el derecho a la libertad de expresión bajo cualquiera de estas formas, da para ser condenado a 10 años de cárcel y mil latigazos en el reino de la familia Saud. Este es el famoso caso del bloguero Raif Badawi, quien acaba de recibir el premio Sájarov de Libertad de Conciencia por parte del Parlamento Europeo. En 2014, Badawi fue elegido por Reporteros Sin Fronteras (RSF) como bloguero del año y en 2015 fue candidato al Premio Nobel de la Paz.

Lo más probable es que Badawi no pueda ir a Europa a recibir el galardón el próximo 16 de diciembre. En junio pasado, a pesar de la presión de organismos defensores de DD.HH., campañas internacionales e incluso el rechazo de sus aliados occidentales, el Tribunal Supremo saudí confirmó la sentencia en contra del bloguero: diez años de cárcel y mil latigazos repartidos en 20 semanas, por “insulto al islam”. Las flagelaciones no pueden entenderse hoy como un castigo, sino como una perversa forma de tortura. Aunque probablemente la situación de Badawi no cambie, el premio recuerda que la protección de DD.HH. en el reino saudí es un desastre.

Badawi, musulmán liberal, ha escrito en su blog Saudi Free Liberals Forum que en su país el islam ha sido distorsionado por la clase política para promover ideales antiliberales y autoritarios y mantener su estabilidad. Por eso, cuando alguien se atreve a pensar más allá de lo que está dicho, es reprimido. Sólo promover la discusión sobre el tema puede ser considerado un crimen, un acto terrorista, un insulto que llega a merecer hasta la pena de muerte.

A Badawi en principio se le acusó de ser un “apóstata”, lo cual daría para pena de muerte. Fue absuelto de este crimen en 2013 y, en cambio, condenado a siete años de prisión y 600 latigazos por insultar al islam a través de medios electrónicos y por “ir más allá del ámbito de la obediencia”. La sentencia fue ampliada en mayo de 2014, cuando se le acusó de cometer “cibercrímenes” y fue sometido a mil flagelaciones.

Badawi es sólo el rostro visible de una larga lista de activistas y disidentes frecuentemente perseguidos, arrestados, silenciados o intimidados por el Estado saudí.

Por El Espectador

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar