¿Mujeres en el clero? Una comisión dice que sí

Aunque el pontífice negó el sacerdocio a las mujeres, siguiendo la doctrina establecida desde hace siglos en la Iglesia, permitió a un grupo estudiar su papel dentro de la institución.

Redacción Internacional
26 de noviembre de 2016 - 03:00 p. m.
El papa Francisco saluda a unas monjas durante su catequesis en la audiencia general en el Vaticano. / EFE
El papa Francisco saluda a unas monjas durante su catequesis en la audiencia general en el Vaticano. / EFE


Una comisión papal encargada de estudiar el papel de las mujeres diáconos en los primeros años del cristianismo se reunió por primera vez, suscitando esperanza entre los reformistas sobre un posible ingreso de las féminas en el clero católico. 

Con las normas actuales, sólo los hombres pueden ser curas o diáconos en la Iglesia católica. Éstos últimos son eclesiásticos que pueden pronunciar sermones u oficiar bautizos, bodas y funerales, pero que no confiesan a los fieles ni dan la comunión, unas labores reservadas a los sacerdotes.

La comisión, que incluye a seis mujeres entre sus 13 miembros, se encargará de estudiar si las mujeres actuaron habitualmente como diáconos en el primer periodo del cristianismo.

Quienes defienden un mayor papel de las mujeres en la Iglesia afirman que fueron diáconos en aquel momento y que, por tanto, no hay ningún obstáculo para que vuelvan a serlo ahora.

Los miembros más conservadores del clero se muestran, por su parte, recelosos ante la posibilidad de permitir un cambio que, según ellos, abriría la puerta a la posibilidad de ordenar mujeres curas.

El equipo designado por el papa Francisco en agosto se considera como equilibrado entre los conservadores y los partidarios de un mayor rol de las mujeres en la Iglesia.

No se espera que llegue a ninguna conclusión al término de esta reunión de dos días, la primera de un proceso para el que no hay fecha límite.

Durante muchos años, el hecho de ser diácono se consideraba como una etapa antes de ser ordenado cura, pero el Concilio Vaticano II (1962-65) abrió el diaconado a varones casados que no tenían intención de ser sacerdotes.

Según las últimas cifras que publicó, la Iglesia católica tiene 415.000 curas y 44.500 diáconos en todo el mundo.

Francisco dio el visto bueno a esta comisión a petición de las mujeres de las órdenes religiosas, que son mucho más numerosas que los monjes y los curas juntos. El pontífice negó, sin embargo, el sacerdocio a las mujeres, siguiendo la doctrina establecida desde hace siglos en la Iglesia.  Francisco, sin embargo, ya dijo que el sacerdote femenino iba en contra de la doctrina establecida hace siglos en la Iglesia.

En mayo, durante una reunión con 900 religiosas de la Unión Internacional de las Superioras Generales, el papa se vio casi que obligado a tratar este tema. Entonces dijo que, "las mujeres diaconisas son una posibilidad para hoy". Lo dijo cuando las superioras de las órdenes de monjas le preguntaron por qué la Iglesia excluye ahora a las mujeres de la posibilidad de servir como diáconos, cuando en la Iglesia primitiva lo podían ser.

En la actualidad, la Iglesia permite que los hombres casados puedan ser diáconos, pero no sacerdotes. En el caso de las mujeres, se les veta ambos roles. Si la comisión propuesta por el pontífice prospera y diese luz verde a las mujeres en este sentido, sería unpaso tímido pero histórico en la Iglesia a favor de la mujer. Pero eso no significaría que ellas pudieran actuar como sacerdotes en ningún momento.

El propio San Pablo habla de la existencia de diaconisas en los primeros siglos de la Iglesia. "Os recomiendo a Febe, nuestra hermana, diaconisa de la iglesia de Cencreas. Recibidla en el Señor de una manera digna de los santos, y asistidla en cualquier cosa que necesite de vosotros, pues ella ha sido protectora de muchos, incluso de mí mismo". (Romanos 16, 1-2)

Está documentado que, en el siglo III, en Siria, había diaconisas que ayudaban al sacerdote en el bautismo por inmersión de las mujeres. Incluso en el siglo IV después de Cristo se habla del rito de consagración de las diaconisas y se declara que es distinto del de los hombres. Y hay otras muchas evidencias de la presencia de diaconisas tanto en la Iglesia occidental como en la oriental.

Lo que no está tan claro es la condición de estas diaconisas: ¿Estaban ordenadas o no? ¿Cuál era su papel en el seno de la comunidad? ¿Eran diaconisas permanentes o meras servidoras de los curas, dedicadas al ministerio de la caridad? 

Por Redacción Internacional

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