En octubre se decidiría cómo funcionará anulación de matrimonio católico

Una de las anulaciones más recordadas del sacramento católico en el país es la del expresidente Julio César Turbay, quien contrajo matrimonio con Nydia Quintero Turbay en julio de 1948 y en 1986 consiguió la anulación religiosa y logró casarse por segunda vez con Amparo Canal en una ceremonia también católica. (Vea: Cuéntenos cómo ha sido el proceso de nulidad de su matrimonio)

 

Pero no todos los colombianos que se divorcian y quieren conformar una nueva familia dentro de la iglesia católica lo logran. Hernando Pulido lleva 22 años realizando el trámite que le permita revocar el matrimonio que constituyó por la religión católica en 1986 y que se terminó legalmente en 1991 cuando tomó la decisión de separarse. Luego de cuatro años y medio, él y su esposa se dieron el no definitivo y en 1993 ella comenzó el proceso de anulación ante el Tribunal de Bogotá, ente que lo negó. 

 

Así que Pulido contrademandó ante el Tribunal Superior, allí la respuesta fue positiva y el proceso fue llevado a Roma en 1995 por unos sacerdotes que viajaban al Vaticano. Pulido mantenía la esperanza de lograr separarse ante Dios de su exesposa y contraer un nuevo matrimonio. Esperó durante un año la respuesta, sin embargo, esta nunca llegó. Así que tuvo que recurrir al matrimonio civil en 1996, año en el que se casó con su actual esposa. 

 

Diez años después, en 2006, recibió la noticia que tanto esperaba. Un telegrama enviado desde Roma le notificaba que su anulación había sido fallada en el Tribunal Apostólico de la Rota Romana, el tribunal de apelación de la Santa Sede. La fe le decía que por fin lo había logrado. Sin embargo, pasaron cinco años sin que recibiera más noticias y en 2011 le notificaron que los papeles ya habían llegado a Colombia. Acompañado de su abogada fue a recoger la respuesta, pero el expediente llegó incompleto, por lo que no pudo obtener la anulación. 

 

Su abogada decidió comenzar de cero, pues ya habían pasado 19 años del proceso sin resultado. Esta vez era él quien le pedía a su exesposa la anulación del acto en el que se habían prometido amor en 1986. Pero su exesposa no atendió las notificaciones y en 2015 el Tribunal de Bogotá falló negativamente, por la inasistencia de la mujer. 

 

Hace dos meses Pulido decidió contrademandar ante el Tribunal Superior, el proceso ya va en segunda instancia y él solo espera que la fe que le tiene a la Virgen María le permita que esta vez el fallo sea positivo y así poder continuar el proceso para poder llegar de nuevo al altar en compañía de la mujer con la que lleva 19 años de matrimonio civil y con la que tuvo dos hijos. 

 

Sin embargo, el Tribunal Eclesiástico Interdiocesano de Bogotá sostiene que así no son todos los casos. Según ellos, durante 2014 lograron obtener 350 nulidades en Bogotá, incluyendo los procesos que se adelantan en Cundinamarca y parte del Meta. Monseñor Darío Álvarez afirma que la eficacia de estos procesos se ha dado porque tienen un buen grupo de jueces conformado por dos mujeres y un hombre especializados en derecho canónico que trabajan de la mano de los jueces sacerdotes y, en promedio, realizan la nulidad en seis meses. 

 

Según Hernán Alejandro Olano, director del programa de Humanidades de la Universidad de La Sabana y experto en derecho canónico, el pronunciamiento del papa es bueno pues actualmente el proceso tarda mínimo un año, pero ahora ese tiempo será la máxima duración. Con ello se pretende que cada una de las diócesis y de los vicariatos apostólicos tengan su propio tribunal y que el obispo también actúe como juez de su propio tribunal, lo que haría más eficaz el proceso. 

 

Pero el nuevo reglamento que comenzará a funcionar el 8 de diciembre de este año no está del todo resuelto, pues según Olano hay que tener presente que en octubre próximo en Roma se dedicará una semana a los procesos de familia, entre ellos los matrimoniales. “Probablemente el Santo Padre y los padres sinodales (obispos y superiores mayores) que van a asistir establecerán el procedimiento por completo y reemplazarán las normas del derecho canónico y quizás pueden beneficiarse personas que ya estén adelantando el proceso”.

 

Esta medida beneficiaría a Hernando Pulido, que espera después de 22 años que con el anuncio del papa se le permita revocar su matrimonio. “Soy católico practicante, voy a misa a diario pero no puedo comulgar porque aún no está mi nulidad”, concluye.