Las razones de China para terminar con la política del hijo único

En 37 años de permitir sólo un descendiente, la mayoría hombres, terminó con un exceso de 34 millones de varones y problemas económicos. El gigante asiático busca soluciones.

Redacción Internacional
30 de octubre de 2015 - 12:46 p. m.

 

Cuando China estableció, en 1979, un radical control de la natalidad que aliviara los problemas sociales y ambientales y redujera el crecimiento excesivo de población —el gigante asiático alberga la quinta parte de la población mundial—, no contempló que la política del “hijo único” tuviera efectos negativos, como el envejecimiento acelerado de la población y el desequilibrio anormal en el número de hombres y mujeres. Luego de años de informes, y de cuatro días de análisis, el Partido Comunista informó que a partir de ahora se les permitirá a las parejas tener dos hijos.

Una decisión histórica que se basa en apocalípticos informes y en una realidad preocupante. Debido a la preferencia tradicional de la sociedad china por un hijo varón, a lo largo de 37 años nacieron en el país asiático 34 millones de hombres más que mujeres, por encima de la población de Canadá o las de Portugal, Grecia y Bélgica juntas. Algunos estudios oficiales cifran en 30 millones los hombres chinos que no pueden encontrar una mujer, una “crisis de los solteros” que, según las autoridades, podría generar violencia e inestabilidad, además de tráfico de personas.

El informe del Departamento de Estado para 2014 señalaba que la desproporción entre varones y mujeres “puede servir para aumentar la demanda tanto de prostitución como de extranjeras como novias para los hombres chinos, y ambas pueden procurarse por la fuerza o por la extorsión en países como Birmania, Vietnam, Mongolia, Camboya, Laos y Corea del Norte”.

La estricta política del hijo único aumentó los abortos selectivos y los abandonos de niñas. Amnistía Internacional denunció que las medidas de control demográfico incluso provocaron un aumento en la violación de los derechos humanos, tales como la aplicación de esterilizaciones y abortos forzosos (a veces con la gestación muy avanzada) a matrimonios que se saltaron la ley.

Según el censo de 1982, la población de China era de 1.008 millones de personas y crecía a un ritmo anual de 1,3%, mientras el pasado año la tasa de crecimiento era del 0,5%. Entonces el Gobierno decidió tomar medidas hace dos años. Aunque, para Pekín, esto contribuyó a la mejora de muchos indicadores sociales, como la renta per cápita, la esperanza de vida (ahora de 75 años), la extensión de la educación o la disminución en el número de personas que viven en la pobreza (unos 600 millones hace tres décadas, 70 millones en la actualidad) también comenzaron a contemplar medidas como aumentar la edad de jubilación, debido al envejecimiento de la población.

La ONU calcula que para 2035 el país contará con casi 400 millones de jubilados, más del 25% de la población.

En 2013, por ejemplo, se autorizó un segundo hijo a las parejas urbanas en las que el marido o la esposa no tuvieran hermanos (antes de ese año los dos debían cumplir ese requisito para que se pudiera hacer con ellos una excepción). Sin embargo, este alivio ha tenido un efecto limitado, pues, luego de más de 30 años de la política del hijo único, la idea está arraigada en las generaciones jóvenes. “Hoy en día la gente ya no desea tanto tener hijos, especialmente en las ciudades. Incluso, no es seguro que los que solicitan permiso para un segundo niño acaben teniéndolo”, le dijo al diario El País el demógrafo He Yafu, autor del libro El incontrolable control de la población. De los 11 millones de parejas que estaban autorizadas a tener un segundo hijo desde 2013, tan sólo alrededor de un millón pidieron los permisos necesarios, según las cifras de la Comisión de Planificación Familiar. El Gobierno esperaba 2 millones.

Las razones, básicamente, son económicas: una encuesta del diario Qiangjiang Evening Post cifra en 100.000 yuanes (14.328 euros) el gasto de criar un hijo hasta los 12 años, en un país en el que la renta disponible media es de 20.167 yuanes (2.887 euros) anuales. Expertos advierten que la nueva medida debe estar acompañada de varias políticas para que China logre equilibrar su población luego del mayor control demográfico de la historia. Yi Fuxian, de la Universidad de Wisconsin-Madison, dice que, ante los graves problemas que se avecinan, además de permitir dos hijos, el Gobierno debería “rebajar el alto costo de la vivienda o conceder incentivos fiscales a las parejas que tengan más de un hijo”.

Por Redacción Internacional

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