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Hoy es un día conmemorativo para Venezuela, un país que hace 55 años consiguió la caída del general Marcos Pérez Jiménez, con una población unida contra eso que llamaban dictadura. Más de medio siglo y una historia cambiante han transcurrido desde entonces, pero las manifestaciones anunciadas para hoy no tienen sólo el sello conmemorativo de una gesta social. También aparece en el panorama la figura convaleciente de un Hugo Chávez que continúa su recuperación médica en Cuba y una ilusión que vaticina su próximo regreso.
El oficialismo llamó a la marcha y su poder de convocatoria es enorme, como ha quedado demostrado. Será una muestra de apoyo más al ‘Comandante’ de la Revolución Bolivariana y de su poderío popular: la Mesa de Unidad Democrática (MUD), el movimiento que encarna los intereses de la oposición, citó a una marcha para hoy también. Si la caída de Pérez Jiménez fue un triunfo de la democracia, era una buena oportunidad para pedir justamente eso: democracia. La marcha, inicialmente pensada para hoy, fue anunciada después de que el Tribunal Supremo de Justicia aceptara que Hugo Chávez podría formalizar su posesión para el nuevo mandato apenas estuviera en condiciones de hacerlo y no el 10 de enero como dice la Constitución. Los líderes de la MUD aseguraron que era una violación grave y entonces invitaron al rechazo popular.
No obstante, después de ese anuncio, el vicepresidente Nicolás Maduro y varios de los ministros de gobierno pidieron también salir a las calles. A Hugo Chávez lo escogieron las mayorías y las mayorías debían también mostrarle su apoyo. Además, aunque la convocatoria de marchas simultáneas con propósitos distintos nunca se planteó desde el punto de vista de la confrontación, la polarización política que vive Venezuela hacía pensar que por lo menos hubiera chispas. El 23 de enero ha sido una celebración cercana a la izquierda y Chávez y sus hombres han señalado a la oposición, a la “extrema derecha”, de haber traicionado el legado que la caída de Pérez Jiménez le dejó al país.
Hoy las calles se llenarán nuevamente, animadas por las que parecen ser buenas noticias: el hermano menor del presidente, Argenis Chávez, no se atrevió a dar fechas, pero aseguró que en los “próximos días” el mandatario regresará. El ministro de Comunicación, Ernesto Villegas, declaró en ese mismo sentido: “Ha sido muy alentador el reporte que nos ha brindado el compañero Jorge Arreza (ministro de Tecnología y yerno del mandatario) respecto de la evolución de la salud del comandante. No está prevista todavía una fecha de su retorno”.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, también fue portador de buenos mensajes: “El hermano comandante Hugo Chávez ya está en fisioterapia para volver a su país”. Y la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, Luisa Estella Morales, emitió un parte de tranquilidad: “Como Poder Judicial asumimos continuar construyendo un Estado democrático social, de derecho y de justicia, el socialismo bolivariano del siglo XXI en Venezuela, para lograr la mayor suma de seguridad social, estabilidad política y felicidad para nuestro pueblo”.
Si el regreso se confirma, los seguidores del presidente tendrían motivos para celebrar, un gran alivio para ellos después de haber oído diferentes versiones que preveían un desenlace triste y visto al propio Chávez, y posteriormente a Maduro, advertir que podrían venir días complicados para Venezuela.
Ahora, al parecer, el regreso de Hugo Chávez al Palacio de Miraflores es cuestión de paciencia. En la víspera de las marchas de hoy, la Conferencia Episcopal de Venezuela hizo público un mensaje que el papa Benedicto XVI les envió a los venezolanos: “Tengan confianza, Dios los ayudará”.