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Unasur está con Evo

El organismo regional reprochó a los países que le negaron la entrada al presidente boliviano, al sospechar que con él viajaba Edward Snowden.

Redacción Internacional
04 de julio de 2013 - 10:15 p. m.
A su regreso a Bolivia, Evo Morales fue recibido entre flores y vítores. / EFE
A su regreso a Bolivia, Evo Morales fue recibido entre flores y vítores. / EFE
Foto: EFE - Martin Alipaz

El presidente de Bolivia, Evo Morales, fue el protagonista de la reunión de emergencia de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y a la vez anfitrión del encuentro que tuvo lugar en la ciudad de Cochabamba. Hasta allí llegaron los presidentes de Ecuador, Rafael Correa; Argentina, Cristina Fernández; Uruguay, José Mujica; Venezuela, Nicolás Maduro, y Surinam, Dési Bouterse. La misión era clara e incluso estaba cumplida desde antes de la cita: rechazar de manera contundente el desplante que Francia, Portugal, Italia y España le hicieron a Morales al no permitir que su avión aterrizara en sus territorios.

Morales regresó a Bolivia y fue recibido como un héroe en el aeropuerto de La Paz. Era evidente que las sospechas de que Edward Snowden, acusado de espionaje por Estados Unidos, viajaba con el presidente fueron totalmente infundadas. Sin embargo, aunque la suspicacia europea haya hilado, erróneamente, esta teoría después de que el mandatario partiera de Moscú, donde Snowden aguarda que se decida su futuro, la reacción suramericana no contemplaba bajar el tono a la situación en tanto su postura no fuera expuesta de manera conjunta. Ya Colombia se había unido al rechazo regional con un comunicado de la Cancillería en el que señala que haber negado el aterrizaje de Morales en las citadas naciones europeas puso en riesgo su integridad. De parte del presidente Juan Manuel Santos también hubo una muestra de solidaridad: a través de su cuenta en Twitter calificó el hecho como “inaudito”.

La postura de los mandatarios asistentes a Cochabamba —ni Santos, ni la canciller María Ángela Holguín acudieron al encuentro— reiteró el desacuerdo con las medidas tomadas. El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, aseguró que “o nos graduamos de colonias o nos mantenemos (...) como estados libres”. Por su parte, Evo Morales dejó en claro que para resolver el incidente era necesario algo más que una disculpa y que en el fondo sospechaba la existencia de razones más allá de la política: “Nuestro pecado es ser indígenas antiimperialistas”.

Por Redacción Internacional

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