Círculo del hacker Sepúlveda

Retrospectiva de un personaje que escandaliza al país, pero lleva varios años entre la tecnología y la política.

Norbey Quevedo Hernández (*)
31 de agosto de 2014 - 02:00 a. m.
Andrés Sepúlveda, el día de su captura, custodiado por el Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía./ El Espectador
Andrés Sepúlveda, el día de su captura, custodiado por el Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía./ El Espectador

Los hacker están en retirada. Hace cuatro meses eran apetecidos y, en una operación de inteligencia, a través de ellos, miembros de las Fuerzas Armadas aprendían como emular sus habilidades. Al menos con ese propósito se estructuró la fachada Andrómeda. Pero después de la captura de Andrés Sepúlveda, no se han vuelto a ver, no esta claro qué información surgió de ese café internet en el que al parecer los militares rastrearon el proceso de paz de La Habana, como tampoco se dice nada de las otras vueltas del capturado hacker.

En los últimos días, en sucesivas entrevistas en la revista Semana y la FM de RCN Radio, el hacker Sepúlveda causó revuelo político, no sólo por sus señalamientos a la campaña del excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga para la que trabajó, o las revelaciones de sus supuestos vínculos con la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI) y la fachada Andrómeda, sino que le alcanzó para cuestionar a la Procuraduría y la Contraloría. Sin embargo, su andanada verbal, repleta de escándalos, dejó más dudas que certezas.

Está claro que Sepúlveda llegó a la campaña de Zuluaga en febrero de 2014, es decir, tres meses antes de ser capturado. La sala Andrómeda funcionó desde julio de 2012 hasta febrero de 2014, justo en el momento en que el hacker entró a la empresa electoral del Centro Democrático. La crisis por la destitución del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro se dio entre diciembre de 2013 y abril de 2014. En otras palabras, lo primero que habría que precisar es si, por tiempos, el hacker conoció tantos secretos como los que denunció en su ventilador.

Por eso, se deduce que el hacker, seguramente supo de la ofensiva en redes sociales contra Petro desde las entrañas del Centro Democrático, y también pudo tener acceso a otras informaciones sensibles, pero frente a todo lo que afirma saber es necesario evaluar al personaje en retrospectiva. En concreto, tenía que venir desarrollando su oficio desde tiempo atrás y, por lo que se ha conocido en los últimos días, al menos desde 2006 prestó sus servicios en campañas políticas, como colaborador del asesor político venezolano J.J. Rendón.

Ese año, dejó a un lado su empresa Pyxar Media y entró a apoyar las redes sociales de la campaña reeleccionista del entonces presidente Álvaro Uribe. Después de la arrasadora victoria del partido de La U, forjado por Juan Manuel Santos y Óscar Iván Zuluaga, quienes se convirtieron en los ministros de Defensa y Hacienda del segundo mandato Uribe, el hacker siguió como asesor informático en campañas políticas. En 2007, por ejemplo, pasó por la campaña del hoy senador Carlos Fernando Galán al Concejo de Bogotá.

Esta semana, desde el Centro Democrático se quiso cuestionar a Galán por esta asesoría, a lo que el congresista y presidente de Cambio Radical respondió que jamás le pidió interceptar correos, y que el problema no es que haya trabajado con Óscar Íván Zuluaga sino para que lo contrataron. Lo cierto es que Andrés Sepúlveda después se fue al exterior con J.J. Rendón y fue uno de sus apoyos en las elecciones de Honduras de noviembre de 2009, en las que en la recta final, desde el movimiento Cambio Ya, resultó elegido Porfirio Lobo.

Retornó a Colombia en 2010 y, de la mano de J.J. Rendón, llegó a la campaña de Juan Manuel Santos en un momento crucial en el que la Alianza Verde con Antanas Mockus amenazaba con arrebatarle la victoria. A seis semanas de la primera vuelta, la técnica del contraste y el rumor del sicólogo venezolano y sus asesores dio sus frutos. El hacker Sepúlveda siguió con J.J. Rendón, pero en la transición entre la era Uribe y el tiempo de Santos, conoció a quien hoy es su esposa, la actriz Lina Luna, quien entró a trabajar a la Casa de Nariño.

Lina Luna venía de la campaña liberal de Rafael Pardo y, según lo reconoció ella misma, se vinculó con el Alto Consejero para Asuntos Políticos, Germán Chica Giraldo. Este funcionario era un viejo conocido del presidente Juan Manuel Santos. En 1994 fue el coordinador de juventudes de la Fundación Buen Gobierno —plataforma política de Santos tras su transición desde el periodismo—, y a partir de 2000 fue uno de sus colaboradores cuando ejerció como ministro de Hacienda en el gobierno conservador de Andrés Pastrana.

Después de una efímera gestión como secretario del Partido Liberal en 2003, cuando nació el partido de La U, Germán Chica se vinculó a la campaña al Congreso en 2006. Como lo admitió recientemente ante la Procuraduría J.J. Rendón, desde un año atrás ambos se conocieron y ese año sumaron esfuerzos para la victoria de Uribe. Al año siguiente, con el respaldo de Rodrigo Rivera, el consejero Chica quiso medirse solo y aspiró a la gobernación de Risaralda pero se quemó. Entonces se volvió asesor de J.J. Rendón y se fue con él al exterior.

Estuvieron juntos en Ecuador y Honduras, entre otras gestiones, y en esta última empresa electoral también los acompañó el hacker Andrés Sepúlveda. Los tres volvieron a encontrarse en Colombia en 2010. Rendón como asesor general de la campaña, Chica como estratega político de enlace con las regiones y los partidos y Sepúlveda como apoyo de J.J. Cuando Juan Manuel Santos triunfó, Rendón volvió al exterior, Sepúlveda lo siguió a Méjico y Chica fue designado Alto Consejero para Asuntos Políticos de la Presidencia.

Dos años después surgió la crisis por la división de caminos entre Santos y Uribe, ante la decisión del primero en favor del proceso de paz con las Farc. Antes de la ruptura, sobrevino el insuficientemente explicado episodio de la oferta de rendición de varios narcotraficantes colombianos. Hoy se sabe que el primer contactado fue Chica entre febrero y marzo de 2011, que éste presentó a los emisarios de los mafiosos a J.J. Rendón, y que este último le llevó la propuesta al presidente Santos, quien dejó claro que Chica no debía meterse.

En julio de 2011, la entonces fiscal Viviane Morales, previa reunión con el presidente Santos y el general Óscar Naranjo, adelantó la primera de tres reuniones con los emisarios de los narcos y J.J. Rendón. Ella designó una comisión encabezada por su asesor Wilson Martínez. No obstante, el asunto no prosperó porque la única salida jurídica viable era el Código Penal. El tema sólo trascendió tres años después cuando los destinos de quienes supieron de la oferta mafiosa ya habían cambiado y la política tenía un nuevo rumbo.

En enero de 2012, Germán Chica dejó la Casa de Nariño para asumir la dirección de la Federación Nacional de Departamentos, organismo de enlace entre los gobiernos regionales, el Congreso y el Ejecutivo. Lo regentó hasta mayo de 2014, cuando se supo que Chica había sido intermediario de la propuesta de sometimiento de los narcos en 2011 y trascendió que el mafioso Javier Calle, alias Comba, había declarado ante la justicia que aportaron US$12 millones para agilizarla. Quedaron flotando dudas sobre el destino de los dineros calientes.

El asunto se destapó el 4 de mayo de 2014 en la recta final de la campaña presidencial y el expresidente Uribe salió a capitalizarlo. A las 48 horas, la Fiscalía capturó a Andrés Sepúlveda, a quien señaló de ser uno de los saboteadores del proceso de paz. Incluso el entonces ministro del Interior, Aurelio Iragorri lo calificó como “el zar de las interceptaciones ilegales”, y de paso agregó que quedaba claro que ni la Policía ni el Ejército estaban en ese tipo de acciones. Lo resaltó porque ya ardía el escándalo por los hallazgos de la fachada Andrómeda.

J.J. Rendón era de nuevo el estratega esencial de la campaña Santos, pero su antiguo aliado Andrés Sepúlveda, ahora acompañado de su esposa Lina Luna, estaban en las toldas del candidato de Uribe, su exministro Óscar Iván Zuluaga. La balanza entre escándalos se inclinó del lado del hacker. Sin embargo, la Procuraduría empezó a investigar la conducta de Chica. Los militares argumentaron que el alto gobierno y el mando militar sabían de la fachada Andrómeda, y la Fiscalía entró a establecer los nexos entre hacker y militares.

¿En qué andaba Andrés Sepúlveda al momento de entrar a la campaña de Zuluaga? El Espectador corroboró que, entre otras actividades, entre abril y diciembre de 2013, al menos tuvo un buen contrato por $60 millones en la Federación de Departamentos, firmado por el exasesor Germán Chica Giraldo. En el documento se lee que su obligación fue implementar herramientas en seguridad informática en desarrollo de un convenio con la multinacional Philip Morris para fortalecer la lucha contra el contrabando en las regiones.

En la misma línea contra el contrabando, como lo expuso en su declaración ante la Procuraduría la exfiscal Viviane Morales, ella misma tuvo otro contrato en la Federación de Departamentos entre julio y diciembre de 2012. Lo mismo que su exasesor y luego su vicefiscal Wilson Martínez, con un contrato por $82 millones en la misma época. La lista es larga, pero sólo por mencionar un contratista más del convenio, aparece el exasesor de la Presidencia, la Armada y el Ministerio de Defensa, Fernando Valderrama, entre enero y diciembre de 2013, por $140 millones.

Al margen de estas cuentas y la gestión de Germán Chica que hoy vive en Miami, lejos de la justicia colombiana y también distanciado de su antiguo aliado J.J. Rendón, el escándalo de otro de sus amigos, el hacker Andrés Sepúlveda, conmociona al país. Aunque la expectativa está centrada en saber si dirigentes de la campaña de Óscar Iván Zuluaga tienen responsabilidades penales por lo que está confesando públicamente el hacker, El Espectador pudo establecer que se busca aclarar primero si hay militares involucrados.

Hoy es claro que las supuestas interceptaciones ilegales para sabotear el proceso de paz de La Habana empezaron en la Sala Gris que funcionaba en la Central de Inteligencia y Contrainteligencia Militar al norte de Bogotá, hasta que en agosto de 2013, el fiscal Montealegre ordenó trasladarla al búnker del ente investigador. Al parecer continuaron algunos militares en la sala Andrómeda aprovechando el conocimiento de algunos hackers, muchos de los cuales al parecer ni siquiera supieron para que era utilizado su saber.

Claro está que hay otros hacker de mayor peso, como Carlos Escobar, quien ya pidió a la Fiscalía que sea interrogado porque en su ventilador terminó salpicándolo su colega Andrés Sepúlveda. Como él, también se abrió paso en el mundo de la tecnología asesorando políticos. Entre ellos, al menos en términos de amistad como recalca Escobar, con el expresidente Álvaro Uribe. De cualquier manera hoy esta claro que alguien estaba “chuzando” los diálogos de paz de La Habana y que entre filtraciones y señalamientos, algo va a saberse.

Por ahora, la Fiscalía decidió crear una comisión de alto nivel para contextualizar los sucesos de la Sala Gris, la fachada Andrómeda y el universo de los hacker, al fin de establecer los nexos en los tres escenarios. La Procuraduría, sin mucho protagonismo, ya se metió también a averiguar que hay detrás de esta historia. Lo demás son los nombres y acontecimientos que siguen saliendo a flote en una historia que comenzó en alianzas y amistades y hoy tiene a los políticos peleando, los fiscales buscando y los hacker más encriptados que sus secretos.

J.J. Rendón, el eterno asesor presidencial

 Pese a ser venezolano, el estratega J.J. Rendón ha sido protagonista, a la sombra, de la historia reciente de Colombia. Rendón fue uno de los responsables de la estrategia publicitaria que en 2005 dio a conocer el recién creado Partido de la U y desde entonces ha sido asesor tanto del entonces presidente Álvaro Uribe como del actual, Juan Manuel Santos. Durante las contiendas presidenciales de 2006 y 2010 fue acusado de ser el cerebro de una campaña negra promovida desde el seno del Partido de la U para debilitar a sus contrincantes, cuestionamientos que le generaron críticas de varias personas, entre ellas el hoy vicepresidente Germán Vargas Lleras. Este año, Rendón se desempeñó como asesor de la campaña reeleccionista de Santos hasta que el escándalo suscitado con la captura del hacker Andrés Sepúlveda y unas declaraciones del narcotraficante Javier Antonio Calle, alias Comba, sobre supuestos dineros ilegales en la campaña de Santos en 2010 lo llevaron a renunciar.

Un ‘hacker’ no tan ‘hacker’

Carlos Escobar, el hombre que al parecer sería uno de los principales protagonistas en la historia más reciente de las chuzadas, es un reconocido asesor de famosos y políticos en redes sociales. En 2011 le ayudó a Álvaro Uribe a recuperar su cuenta de Twitter, que había sido infiltrada. Asimismo fue el creador de la polémica firma Maverick, empresa relacionada con el caso Andrómeda. Cabe recordar que Escobar pagó 18 meses de cárcel en EE.UU. por defraudar al Bank of America y acceder ilegalmente a la información de 115 millones de tarjetas de crédito.

 

 

(*) Con la reportería de María del Rosario Arrázola, Alexander Marín y Santiago Martínez.

 

 

nquevedo@elespectador.com

@norbeyquevedo

Por Norbey Quevedo Hernández (*)

 

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