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El giro del caso Jessica Cediel

Nuevas pruebas pueden dar un vuelco al proceso que adelanta la justicia contra el médico acusado de lesiones personales dolosas.

Norbey Quevedo Hernández
20 de marzo de 2016 - 02:04 a. m.
Martín Carrillo y Jessica Cediel.
Martín Carrillo y Jessica Cediel.

Como pocas veces en la historia reciente del país, un caso por un procedimiento estético que se complicó ha generado tanta atención de la justicia y los medios. Desde hace cinco años, la Fiscalía ha puesto toda su artillería investigativa para demostrar que el médico Martín Carrillo lesionó de manera grave los glúteos de la presentadora y modelo Jessica Cediel. El facultativo, hoy acusado por lesiones personales, pensando en el suicidio y en la ruina, ratifica que su actuación fue ética. La presentadora ahora es diva en la televisión de Estados Unidos y no le quita el ojo a su proceso. En dos semanas se verán las caras en audiencia pública. Sin embargo, nuevas pruebas le pueden dar un giro al proceso.

La radiografía del caso es un procedimiento estético que el médico Carrillo le propuso a su amiga Cediel. Se habían conocido en las fiestas de fin de año del municipio petrolero de Puerto Gaitán (Meta) en 2008. La química fue inmediata y desde entonces se convirtieron en confidentes. Por eso, entre el 17 de enero y el 5 de agosto de 2009, Carrillo le realizó cinco intervenciones estéticas. Esto le generó a Cediel dos resultados contradictorios. En el país de los reinados, obtuvo el título de la mejor cola, pero también, seis meses después de realizarse uno de los procedimientos, empezó a notar un abultamiento en la parte superior de uno de sus glúteos. Por eso, la presentadora pensó en hacerse una lipoescultura.

Pese a que estaba segura de la efectividad del tratamiento, ya que el mismo Carrillo la impresionó mostrándole que él se había aplicado el producto en su derriere, todo se complicó y no recibió una explicación convincente de su médico tratante. Entonces viajó a Medellín el 23 de junio de 2011, a donde el cirujano plástico Óscar Tirado. Este le detectó una lipodistrofia en la región glútea y la operó. Casi dos meses después, por compromisos laborales del especialista, Cediel acudió a otro cirujano, Iván Santos, quien la intervino al detectar que no le aplicaron ácido hialurónico (un gel costoso), sino biopolímeros. (silicona líquida y económica).

Dos años después de efectuado el procedimiento, Jessica Cediel hizo pública su historia y en diciembre de 2011 radicó la denuncia formal. Luego, por trámite legal, las partes acudieron a dos conciliaciones. Cediel le pidió al médico $400 millones de indemnización, pero no hubo acuerdo. El proceso siguió su curso y el 25 de septiembre de 2014 el cirujano Carrillo fue imputado. El caso avanzó y el 9 de mayo de 2015, mediante un escrito de 16 páginas, la Fiscalía lo acusó por lesiones personales dolosas con perturbación síquica permanente.

Se trata de un delito que tiene una pena de entre tres y nueve años de prisión. “Es quizás el único caso donde, por una aparente falla en un procedimiento estético, acusan al médico por lesiones dolosas. Esta situación jurídica se convierte en un precedente nefasto para todos los profesionales de la medicina”, aseveró un abogado penalista consultado por El Espectador.

Hoy las realidades de la periodista y el facultativo son disímiles. Jessica Cediel emigró de Colombia ante una atractiva propuesta profesional y es una de las presentadoras con mayor proyección en la cadena hispana Univisión en Estados Unidos. Tiene una cercana amistad con la estrella de Hollywood Jeremy Lee Renner y es sensación en las redes sociales. Hace pocos días habló con Blu Radio y manifestó que: “Ni porque me den los $400 millones o todo el oro del mundo mi cuerpo recuperará el daño físico y el daño sicológico. Eso es un daño de por vida, es una condición con la cual tengo que vivir. Le pedí perdón a Dios y dejaré todo a la justicia divina, no quiero abrir la boca y juzgar”.

En contraste, el médico Martín Carrillo perdió todo. Antes del lío contaba con una base de 1.700 pacientes, que salieron espantados con lo que pasó. Entre 1995 y finales de 2011, cuando estalló el escándalo, había realizado cerca de 4.000 procedimientos estéticos, trabajaba todo el día en Bogotá y era el consentido de la sociedad y la farándula criolla. “Casi todos me dieron la espalda, hasta mi comunidad LGBTI. Profesionalmente me acabaron. Estoy en tratamiento para la depresión. Perdí mi consultorio. He recibido amenazas de muerte. Ya no tengo nada. Volví a Bucaramanga, en donde algunos amigos me regalan para el mercado y algún dinero”, relató a El Espectador.

En su defensa señala que adquirió el ácido hialurónico a un distribuidor con registro de 2007 y que luego cambiaron la composición del producto sin informar a la comunidad médica. “La conclusión de que se le inyectaron biopolímeros en vez del ácido hialurónico es de algunos cirujanos, no de la Fiscalía”, expresó. Según archivos del Invima, el registro del ácido hialurónico Hialucorp está a nombre de Abelardo Guerrero Pastez, y luego pasó a Aldemar Pérez, del establecimiento de comercio Medical Advance System, ubicado en Cali.

El caso Cediel-Carrillo tiene más capítulos en la justicia. Al proceso vigente lo han antecedido otros cuatro con decisiones diferentes. A mediados de junio de 2012, una investigación de la Secretaría de Salud de Bogotá exoneró a Carrillo de responsabilidades. El 24 de junio de 2013, la fiscal local de Bogotá, María Consuelo Daza, archivó otro proceso penal contra el médico porque la querellante tenía los seis meses posteriores al registro de los hechos para presentar la denuncia y lo hizo catorce meses después. Un caso similar ocurrió con otra denuncia archivada el 10 de noviembre de 2014 por la fiscal local Fanny Ardila Guerra.

El cirujano Carrillo también acudió a la justicia. Denunció a la empresa Esteticlark, que le vendió el producto. Sin embargo, el 4 de junio de 2014, la fiscal seccional Ana Parada archivó el caso al considerar que el producto era original y que podría resultar que “entre la fecha de aplicación del producto a la fecha en que manifiesta la paciente resultó con lesiones o secuelas transcurrió un espacio de tiempo de dos años, espacio éste en el que considera esta delegada presuntamente la paciente Cediel pudo haberse realizado otros procedimientos de esa índole en su cuerpo y hayan sido los productos aplicados lo que le causaron lesiones”.

En medio de la polémica mediática y de diversos procesos penales, sobrevivió uno que la Fiscalía consideró de interés nacional. La cita ahora es el 15 de abril, en audiencia preparatoria en la cual las partes solicitarán las pruebas que llevarán al juicio que se iniciará en pocos meses. La última palabra la tendrá el juez en el caso de un médico y una paciente que ahora son enemigos por una lesión en los glúteos.

Puja entre los médicos estéticos y los plásticos

Desde hace varios años, y por el mercado que mueven las cirugías estética y plástica, el gremio, en esta especialidad, está dividido. Tratando de zanjar diferencias avanzan en el Congreso dos proyectos de ley.

El proyecto de Ley 98 de 2014, de autoría de los senadores Jorge Iván Ospina y Mauricio Lizcano, pretende regular los procedimientos con fines estéticos, teniendo en cuenta que Colombia es el quinto país donde más se realizan cirugías plásticas. El ponente del proyecto, el senador Antonio Correa, propuso que los médicos con especialidad en cirugía plástica y estética adquieran de manera obligatoria una póliza que mitigue los riesgos y cubra los gastos médicos, teniendo en cuenta que estas cirugías están excluidas del POS, por lo tanto, en caso de complicaciones, los pacientes sólo son atendidos por urgencia, pero no se subsanan los daños en la salud o las lesiones derivadas por malos procedimientos. El otro proyecto es el 149 de 2015, que busca prohibir las cirugías plásticas con fines estéticos en menores de edad.

Cita: La aprobación de dos proyectos de ley ayudaría a solucionar las diferencias entre los cirujanos estéticos y los plásticos.

El concepto de un tercero en la disputa legal

El médico Alfonso Carvajal, vicepresidente de la Asociación Científica Colombiana de Medicina Estética, terció en el debate. Frente al consentimiento informado señaló que “aunque se sugiere que deba quedar por escrito, puede realizarse de manera verbal. De modo que el hecho de que no exista en físico no significa que no haya habido una explicación de riesgos por parte del médico hacia su paciente para que éste último consienta la realización de un procedimiento”.

En cuanto a la idoneidad de Carrillo comentó que “según los testigos citados y las pruebas introducidas por la Fiscalía, se pretende descalificar su idoneidad demostrando que no es cirujano plástico ni que su título español haya sido convalidado en Colombia.

Sin embargo, la Ley 14 de 1962 establece que todo médico y cirujano reconocido por el Estado colombiano puede ejercer la medicina y la cirugía, y el acto realizado a la paciente es un acto médico que hace parte de las competencias de Carrillo, capacitado en España”.

Por Norbey Quevedo Hernández

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