La pelea por contratos firmados entre el gerente del hospital de Cúcuta y su primo

Durante la gerencia del médico Juan Agustín Ramírez Montoya, el Hospital Universitario Erasmo Meoz ha contratado nueve veces a su primo hermano, Jorge Emilio Parra Montoya, como cirujano plástico. Los negocios suman más de $3.000 millones. Ramírez dice que su familiar es contratista desde antes de su administración y anuncia que sus abogados demostrarán por qué no hay nada irregular.

Pilar Cuartas Rodríguez
31 de enero de 2019 - 02:00 a. m.
La pelea por contratos firmados entre el gerente del hospital de Cúcuta y su primo

En su cuenta de Twitter, Carlos Rojas Carvajal, asesor de control interno del Hospital Universitario Erasmo Meoz, denunció la semana pasada que temía por su vida pues, según él, recibe mensajes amenazantes tras denunciar presuntas irregularidades en la contratación del hospital público de Cúcuta. Rojas afirma que el gerente, Juan Ramírez Montoya, le otorgó dos contratos a su primo hermano, el cirujano plástico Jorge Parra Montoya, pese a que, según él, la Constitución prohíbe a los servidores públicos contratar con familiares. Sin embargo, el gerente dice que no se configura ninguna inhabilidad y que se trata de un ataque con tintes políticos. Serán las autoridades las que evalúen si hay o no irregularidades.

El médico Juan Agustín Ramírez Montoya asumió la gerencia del hospital Erasmo Meoz el 1° de abril de 2012, después de trabajar en ese centro médico como pediatra durante más de dos décadas. En 2016, el gobernador de Norte de Santander, William Villamizar, lo ratificó en el cargo hasta 2020, pues destacó su labor en la administración de los recursos de la salud. Sin embargo, hoy algunos lo cuestionan por contratos otorgados a su primo. El Espectador encontró que por lo menos existen nueve contratos otorgados en la gerencia de Ramírez a su familiar, que suman $3.269’371.011.

Aunque para el asesor de control interno Rojas Carvajal es claro que la Constitución prohíbe contratar con familiares hasta cuarto grado de consanguinidad (padres, hijos, nietos, abuelos, hermanos, tíos y primos), otros explican que el contrato de prestación de servicios se rige por otra norma, que prohíbe contratar solo hasta el segundo grado de consanguinidad, lo que deja por fuera a los primos. El gerente Ramírez, por su parte, dijo a este diario que solo se defenderá ante los órganos de control, pero advirtió que no hay irregularidades. “No existe causal de inhabilidad e incompatibilidad, de conformidad con los conceptos jurídicos que viabilizaron la gestión contractual; aspectos que expondrán los abogados en los escenarios pertinentes”, añadió el hospital en un comunicado.

El primer contrato que recibió Parra Montoya en la gerencia de su primo lo firmó el 1° de abril de 2014 como especialista en cirugía plástica, pues el centro médico solo contaba con un especialista de planta que trabajaba 44 horas semanales y no daba abasto con la demanda. La firma de Juan Ramírez Montoya, como contratante, y la de Jorge Emilio Parra Montoya, como contratista, quedaron plasmadas en el documento que cerró el contrato que duró tres meses y costó $33 millones.

Sobre esa relación contractual, Ramírez explica que antes de llegar a la gerencia del hospital de Cúcuta su primo ya había sido contratista. “Desde 1998 está contratado en el hospital, inicialmente de planta. En esa época se consideró que la nómina de los doctores era muy costosa, entonces algunos médicos fueron contratados por evento: se les paga de acuerdo a lo que hacen. Hoy hay seis cirujanos plásticos en el hospital y cuatro de mano, no solo mi primo. Yo soy médico pediatra y llevo 31 años en el Hospital Universitario Erasmo Meoz, en mi familia hay 42 médicos y él tiene su trayectoria”, explicó el gerente del Erasmo Meoz.

En los siguientes años y hasta 2017, aduciendo la misma urgencia de contratar cirujanos plásticos, el gerente contrató a su primo y el líder de la oficina de talento humano certificó la insuficiencia del personal de planta. Mientras continuaban estas contrataciones, el 18 de diciembre de 2017, Jorge Parra Montoya y otros dos médicos se reunieron en Cúcuta para constituir la empresa Socimanor S.A.S., dedicada a la cirugía plástica, en especial a la cirugía de mano y reconstructiva. Se estableció, además, que participarían en licitaciones y Parra Montoya fue designado representante legal.

Trece días después, el 1° de enero de 2018, la sociedad logró un contrato de más de $1.000 millones con el Hospital Erasmo Meoz para prestar servicios médicos especializados en cirugía de mano. El documento fue firmado por Parra Montoya y la gerente encargada del hospital, Soraya Cáceres Santos, pues el titular del cargo estaba en vacaciones. Ese mismo día, y como persona particular, Parra Montoya firmó otro contrato para prestar sus servicios como cirujano plástico por $124 millones.

Estos dos últimos contratos fueron cuestionados a finales del año pasado por Carlos Rojas Carvajal en medios de comunicación y Ramírez se defendió asegurando que no ha sido sancionado ni condenado por sus actuaciones y que los entes de control han adelantado auditorías e investigaciones sin encontrar irregularidades. Al mismo tiempo, un grupo de empleados del hospital publicó una carta respaldando la gestión del gerente, a quien halagaron por su “profesionalismo, ética, valores y principios morales incuestionables”.

Al margen de estas manifestaciones, Socimanor S.A.S. cambió a su representante legal, nombró a Nancy Villabona Blanco y logró un nuevo contrato con el hospital por $60 millones para trabajar durante los últimos diez días del año. La empresa presentó su propuesta contractual como especializada en diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de lesiones y enfermedades que afectan las manos, muñecas, codos y hombros. Entre las especificaciones técnicas para la escogencia del contratista se pidió expresamente tener un año de experiencia, el tiempo que tenía de constituida Socimanor S.A.S.

El último negocio se firmó el pasado 1° de enero por $1.176 millones. El documento fue firmado por la representante legal de Socimanor y el gerente del hospital, Juan Ramírez Montoya. “¿Cuál sería la razón de no contratar a mi primo? Él tiene el mismo derecho que cualquier otro doctor, tiene 23 años de experiencia. No tengo impedimento y no entiendo por qué no tendría derecho”, añadió Ramírez en diálogo con este diario.

Mientras se dan las investigaciones disciplinarias, un sector de Cúcuta afirma que se trata de una campaña de desprestigio con intereses políticos. “Estoy lejos de ser el criminal o el corrupto que a Carlos Rojas Carvajal se le ocurre descubrir desde el segundo semestre del año anterior, utilizando una campaña de desprestigio mediático. Se victimiza dando a entender que soy el originador de amenazas de muerte por sus denuncias (…) Es un año electoral, donde los personajes que defienden, apoyan y aceitan la labor del quejoso pretenden colocar a sus concejales, diputados, alcaldes y gobernador de sus afectos y conveniencias, a costa de los recursos públicos de los colombianos, siendo urgente para ellos separarme del cargo y obtener sus propósitos”, concluyó Ramírez.

El Hospital Erasmo Meoz también dio a conocer que en contra del asesor de control interno Carlos Rojas Carvajal se instauraron una queja disciplinaria, una solicitud de revocatoria del nombramiento, una acción de tutela y un incidente de desacato y se instaurarán denuncias penales por hechos relacionados con inconsistencias en la hoja de vida presentada para acceder al cargo público. Según la entidad, el funcionario dijo en su hoja de vida que es magíster de la Universidad Loma Linda, en Estados Unidos, pero los documentos aportados indicarían que solo obtuvo un diploma de un curso y no de magíster.

Este es el fallo de tutela que orden a Carlos Martín Rojas responder por loes cuestionamientos en su hoja de vida.

“Invitamos al asesor de control interno, en su calidad de servidor público, a conservar la prudencia, honestidad y responsabilidad que su cargo exige, evitando injurias, calumnias, falsas denuncias y el ejercicio abusivo y arbitrario del mismo, circunstancias que también deben ser objeto de indagación”, afirmó el Hospital Erasmo Meoz.

Sobre estos señalamientos, Rojas Carvajal aclaró a este diario que no es magíster y nunca ha dicho que lo sea y que se trata de un malentendido, pues le pidió a otra persona rellenar los datos de su hoja de vida y cometió errores de digitación. “Hice un curso de cinco horas al día, de una intensidad de más de setenta horas y se le conoce como máster o curso. Le dije a esa persona que la abreviación era MR, pero puso MG. Igualmente se equivocó en la fecha de mi nacimiento. El procurador observó y los organismos responsables también, no encontraron nada. El diploma dice que es curso. Nadie va a ser tan bobo de colocar un magíster y adjuntar un diploma de un curso avanzado”.

A pesar de las aclaraciones de Rojas Carvajal, magíster y máster hacen referencia al mismo título académico: un estudio de posgrado. Sin embargo, el diario La Opinión tuvo acceso a un acta del comité de control interno del HUEM del 12 de octubre de 2018, en donde Rojas reconoce que tiene un curso de maestría y asegura haber pedido certificación a la universidad.

“Yo ingresé al hospital en 1987”: Jorge Emilio Parra

En entrevista con El Espectador, el cirujano Jorge Emilio Parra Montoya, primo del gerente del hospital, se defendió de las críticas e indicó que la contratación ha sido transparente. “Ingresé al hospital en 1987, como médico general. Cuando los centros de salud de la periferia pertenecían al hospital. Trabajé allí acabando mi rural y seguí en urgencias, luego en cirugía general y en ginecobstetricia. Me fui después a entrenar en cirugía plástica, en 1991 (…) Y, terminando mi rotación y graduado, comencé de planta”.

“Estoy en el hospital antes de que el doctor Juan Agustín asumiera la gerencia. Por cuestiones legales que desconozco, porque no soy abogado, eso no causaba inhabilidad, ni otra indicación como que tuviera que retirarme porque él llegaba a la institución. Y más, cuando estaba prestando un servicio necesario para la institución e importante para la atención de pacientes”.

“Varias personas que trabajamos en cirugía de mano creamos una empresa llamada Actura y luego migró a Socimanor, por imagen comercial. Esta sociedad la conformamos, en este momento, cuatro cirujanos de mano”.

Pilar Cuartas Rodríguez

Por Pilar Cuartas Rodríguez

Periodista y abogada. Coordina la primera sección de “género y diversidad” de El Espectador, que produce Las Igualadas y La Disidencia. También ha sido redactora de Investigación. @pilar4aspcuartas@elespectador.com

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