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La odisea por el modelo James Rodríguez

De cómo el propósito del padre adoptivo de la estrella del Real Madrid se ha convertido en una brega jurídica por comprar un equipo de fútbol.

Norbey Quevedo Hernández
06 de diciembre de 2015 - 01:45 a. m.
James Rodríguez en compañía de su padre adoptivo Juan Carlos Restrepo.
James Rodríguez en compañía de su padre adoptivo Juan Carlos Restrepo.

Desde que el futbolista colombiano James Rodríguez empezó a abrirse paso en el balompié mundial, su padre de crianza, Juan Carlos Restrepo, avizoró la idea de formar un equipo de fútbol aplicando el mismo aprendizaje que tuvo la estrella del Real Madrid. Es decir, una organización con sicólogos, preparadores físicos, nutricionistas, deportólogos y entrenadores. Cuando el 10 de la selección nacional saltó de Argentina a Europa y Restrepo se radicó en Ibagué, el modelo James fue cobrando forma y hoy se llama el Tolima Real.

Primero surgió la Fundación Sí Podemos Mejorar, después constituyó un centro de alto rendimiento con sede en el sector conocido como Playa Hawai, en un lote de 46 hectáreas que se fue llenando de canchas. Desde distintos municipios del Tolima empezaron a llegar muchachos en busca del sueño de ser futbolistas y otros que, según ellos mismos, “volvieron a la vida” porque habían recobrado la idea de ser deportistas. Con un músculo económico importante, nació después el Tolima Real, inicialmente concentrado en Ibagué.

El dilema era que, a pesar de contar con recursos para armar el equipo de fútbol, necesitaba una ficha en la categoría B para buscar la forma de llegar al rentado de los grandes del fútbol colombiano. Primero intentó comprar el Real Santander del municipio de Floridablanca, pero apenas supieron que el comprador era el padre adoptivo de James Rodríguez, aumentaron el precio del equipo a cerca de $7.000 millones. Restrepo averiguó en Expreso Rojo, Llaneros o Uniautónoma, pero siempre el obstáculo era saber que el negocio tenía la marca James Rodríguez.

Finalmente, a través del intermediario Félix Barreneche, el padre del futbolista llegó a la capital de Sucre, donde el ciudadano Francisco Palencia, en representación del equipo Real Sincelejo, le ofreció en venta a buen precio este equipo de la B. En el certificado de existencia y representación legal estaba claro que el equipo se había constituido el 20 de febrero de 2003, en la Notaría Segunda de Sincelejo, pero también apareció que, por oficio de un juzgado penal de Sincelejo, se habían anulado varias actas y escrituras a partir de noviembre de 2004.

Esta última anotación dejó claro a Restrepo y a su abogado Enrique Herrera que el Real Sincelejo había pasado por un proceso judicial reciente. En medio de las averiguaciones trascendió que la anotación en el certificado de existencia y representación legal obedecía a una sentencia de la Sala Penal del Tribunal Superior de Sincelejo, a través de la cual fue condenado a tres años de prisión por el delito de estafa el ciudadano Édgar Paternina Revollo, quien para el año 2004 oficiaba como representante legal del equipo.

En la decisión adoptada el 9 de febrero de 2015, además de la condena a Paternina y la obligación de pagar $35 millones a sus antiguos socios, el Tribunal de Sincelejo dispuso la nulidad de varias actas y escrituras que permitieron que el equipo pasara a llamarse Club Deportivo Pereira S.A. y actualmente Club Deportivo Depor Fútbol Club S.A. En otras palabras, que el equipo que hoy juega en Cali el campeonato de la B afronta un problema jurídico que la Dimayor envió a Coldeportes y este organismo a la Supersociedades.

¿De dónde nace entonces el enredo que enfrenta al Depor de Cali, de propiedad del dirigente deportivo Gustavo Moreno Arango, con el padre de James Rodríguez, quien defiende la legitimidad de su negocio? La historia comienza en febrero de 2003, cuando a la luz de la ley 181 de 1995 y en armonía con la Federación Colombiana de Fútbol y la Dimayor, se constituyó el equipo Real Sincelejo. Con un capital autorizado de $1.200 millones, representados en 3.620 acciones, el equipo comenzó a intervenir en el campeonato de la B.

El primero de noviembre de 2004 fue un día trágico para el departamento de Sucre. Un bus que transportaba a la selección sub-17 rumbo a Bogotá para jugar la final del campeonato de la categoría, se accidentó cerca de Curumaní (Cesar) y ocho menores futbolistas perdieron la vida. Entre ellos, el hijo de Milton de Jesús Hurtado, uno de los socios del Real Sincelejo. Al día siguiente, mientras se organizaba el velorio de los muchachos fallecidos, le llevaron a Hurtado un documento para que lo firmara, argumentando que se trataba de un acta de reunión de junta.

Sin embargo, era una convocatoria a asamblea extraordinaria que el entonces representante legal Édgar Paternina Revollo promovió con un grupo de personas, la mayoría distinta a los socios auténticos del club y a los miembros de la junta directiva. Para cumplir con requisitos legales, como lo verificó después la justicia, se inflaron las acciones de algunos socios o se les colocaron a particulares que carecían de ellas. Por ejemplo, a la mensajera del club, que tenía una acción, le pusieron 101, o a la secretaria, que carecía de ellas, le aparecieron 102.

Hasta una menor de edad sin acciones, que no asistió a la asamblea, apareció firmando el acta. Lo cierto es que en virtud de esa asamblea, registrada como la número 0010 del 2 de noviembre de 2004, su promotor modificó los estatutos de la sociedad y luego acudió a la Notaría Segunda de Sincelejo para formalizar la escritura a través de la cual se cambió la razón social. El equipo dejó de llamarse Real Sincelejo, y con el mismo Nit pasó a denominarse Deportivo Pereira S.A. En enero de 2005, el acto fue registrado en la Cámara de Comercio.

De esta manera, el equipo quedó con una nueva junta directiva y trasladó su domicilio a Pereira, donde ya existía el equipo tradicional de la ciudad: la Corporación Deportivo Pereira. Sin embargo, este traslado no duró mucho, pues en octubre de 2006, en la Notaría Quinta de Pereira, el equipo volvió a cambiar de nombre y de sede. Pasó a llamarse Depor Fútbol Club S.A. y se radicó en la ciudad de Cali. El nuevo dueño del equipo pasó a ser el dirigente deportivo y empresario de jugadores profesionales Gustavo Moreno Arango.

Cuando terminó por finiquitarse la transformación del Real Sincelejo, ya sus accionistas habían emprendido la pelea jurídica por rescatar el equipo. Inicialmente acudieron a Coldeportes, donde advirtieron otra irregularidad. El promotor del negocio, Édgar Paternina Revollo, argumentó que no podía presentar los documentos de la sociedad, incluyendo actas de junta directiva, los libros de accionistas o las copias de los poderes de la supuesta asamblea, porque en el trasteo del equipo de Sincelejo a Pereira se habían extraviado.

Lo paradójico es que la denuncia por la pérdida de la documentación del club sólo vino a presentarse en julio de 2005, es decir, nueve meses después del trasteo del equipo, y cuando los socios defraudados ya allegaban información a la oficina de Inspección, Vigilancia y Control de Coldeportes. En julio de 2007 reiteraron sus reclamos ante el jefe de esa dependencia, el abogado Jorge Colmenares Rativa. En ese momento, el dirigente Gustavo Moreno Arango ya estaba suficientemente advertido de la pugna jurídica.

En octubre de 2007, Coldeportes decidió llevar el caso a la Fiscalía, entonces regentada por Mario Iguarán. El expediente llegó a jueces, y aunque en primera instancia se decretó la absolución de Paternina Revollo por prescripción, el pasado 9 de febrero de 2015 el Tribunal Superior de Sincelejo revocó la sentencia y condenó a Paternina. Eran tan evidentes las irregularidades que no había otra opción legal. La Fiscalía vinculó como tercero civilmente responsable al presidente del Depor Fútbol Club, pero el Tribunal no lo aceptó.

Es decir, concluyó que no pudo probarse que los representantes del Depor hubiesen obrado en coparticipación criminal con Paternina Revollo. “No se acreditó debidamente que en la transformación ilícita del Club Real Sincelejo S.A. estuviera subrepticiamente la sociedad Depor Club S.A.”. No obstante, el Tribunal de Sincelejo anuló el acta de la asamblea extraordinaria de noviembre de 2004 y todos los actos derivados del registro que formalizó el traslado del equipo de Sincelejo a Pereira, lo mismo que el cambio de nombre del equipo.

En esas condiciones, el dirigente Gustavo Moreno le dio poder al abogado Jorge Hernán Colmenares, el mismo que antes llevaba el caso como funcionario de Coldeportes, para que asumiera su defensa. Además, a través del abogado Daniel Largacha interpuso una tutela contra la parte de la sentencia que anuló los documentos del traspaso del club, argumentando que se estaba afectando su derecho a la propiedad privada, lo mismo que su derecho de defensa, porque supuestamente no tuvo oportunidad de ejercerla debidamente.

El pasado 24 de noviembre, la Corte Suprema de Justicia negó el amparo solicitado por el propietario del equipo Depor Fútbol Club y le recordó que fue él quien no quiso comparecer al proceso que lo vinculó como tercero civilmente responsable y que por eso fue necesario designar un curador ad litem para que lo defendiera. Según la Corte, a pesar de que sabía del proceso penal contra Paternina, también se abstuvo de comparecer y ni siquiera adelantó alguna gestión como presunta víctima de la estafa perpetrada en Sincelejo.

Así las cosas, el caso sigue enredado. El Espectador consultó al presidente de la Dimayor, Jorge Perdomo, sobre este primer lío que le corresponde afrontar, y comentó que después de una reunión de más de dos horas con Juan Carlos Restrepo y su abogado se decidió que el caso deben resolverlo Coldeportes y la Superintendencia de Sociedades. Perdomo agregó que cuando se dio la asamblea de la controversia en Sincelejo, los equipos de la B no eran afiliados de la Dimayor, por lo cual se presenta un dilema que trasciende su competencia.

A su vez, Juan Carlos Restrepo manifestó que sí acudió con su abogado a esa reunión, que en el momento en que iba a empezar salía de la Dimayor el presidente del Depor, Gustavo Moreno Arango, y que hubo momentos de tensión con el presidente de la Federación, Ramón Jesurum, y su secretario jurídico, Jorge Arias, porque el padre adoptivo de James insiste en que tiene derecho a participar en la próxima asamblea de la Dimayor, porque ya dio el primer dinero a la gente del Real Sincelejo que aspira a convertir en el Tolima Real.

De antemano, Restrepo agregó que ya sabe que se le viene otro problema a la vista, porque si le respetan sus derechos de propiedad, tiene claro que el senador Gabriel Camargo, propietario del Deportes Tolima, no tiene interés en que un segundo equipo le dispute la plaza. Entre tanto, así la justicia no lo reconozca, Gustavo Moreno recalca que fue comprador de buena fe y defiende sus derechos. En la actualidad, además de propietario del Depor Fútbol Club, es integrante de la Comisión Técnica de la Federación Colombiana de Fútbol.

En otras palabras, a pesar de la seguridad de su abogado, el sueño del modelo James que quiere implementar en Ibagué Juan Carlos Restrepo no está tan fácil de resolver. En cambio, los defensores del Real Sincelejo, aferrados a la nulidad de la asamblea que se les llevó el equipo en noviembre de 2004, están de plácemes. Ya recibieron un primer jugoso giro y la oferta plantea unas condiciones favorables de compra condicionada que parecen favorecerlos. Se estima que el negocio podría estar cercano a los $6.000 millones.

* * *

El requerimiento de las autoridades

El pasado 27 de agosto, y en desarrollo de sus funciones de inspección, vigilancia y control, la Superintendencia de Sociedades requirió al Club Deportivo Depor Fútbol Club S. A. por el incumplimiento en la aplicación de varias circulares externas. En concreto, el organismo de control observó que el equipo no presentó los estados financieros correspondientes al año 2013.

Al formular pliego de cargos, la Supersociedades resaltó que se incumplieron las circulares de 22 de febrero y 13 de noviembre de 2013 que obligan a la entrega de un reporte periódico con la información financiera de los equipos bajo el control de la entidad y afiliados a la Dimayor.

En cuanto al cambio de información básica de la sociedad y los administradores, que en el caso del equipo Depor Fútbol Club ha registrado modificaciones en los últimos años, se recordó la obligación que tiene de registrar las modificaciones y aportar certificado de la Cámara de Comercio al Grupo de Recursos y Requerimientos Empresariales.

Moreno, un directivo que genera polémica

Gustavo Moreno Arango es un directivo que se inició en la actividad desde los años 90 en la Liga del Fútbol del Valle. Allí logró una alianza con Hernando Ángel, que posteriormente lo llevaría a la presidencia del club Boca Juniors de Cali, de donde surgieron talentosos jugadores que descollaron en el fútbol colombiano y en el exterior. Moreno avanzó en su actividad y se diversificó hasta volverse empresario de futbolistas. Es reconocida su cercanía con el volante Giovanni Hernández, quien luego de su retiro debutó como técnico de Uniautónoma.

En diciembre de 2005 Gustavo Moreno dio un nuevo salto empresarial y creó el Depor Fútbol Club, que preside actualmente.

Sin embargo, en marzo de 2011 y junio de 2015 tuvo enfrentamientos con la asociación de futbolistas Acolfutpro al evidenciarse que les impidió a los jugadores agremiarse o asistir a las reuniones, como es el caso de José Mera. También es cercano a la clase dirigente del fútbol y por eso pertenece a la comisión técnica de la Federación.

 

Por Norbey Quevedo Hernández

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