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El expediente que enreda a Santa Fe

Todos los rastreos judiciales de la Fiscalía apuntan a que el narcotráfico penetró el club.

Redacción Judicial
05 de octubre de 2010 - 10:03 p. m.

De la más grande operación contra el narcotráfico en la historia del país, en la que se logró el decomiso de 137,3 millones de dólares, 17 millones de euros y la captura de 18 personas en 39 allanamientos, sale muy mal librado el club deportivo Independiente Santa Fe. Las autoridades tienen evidencias de que la organización criminal que lavó 10,5 billones de dólares en la última década y exportó 912 toneladas de cocaína al mundo, con conexiones con los carteles mexicanos, aportó dineros al equipo cardenal a través de testaferros, todos ellos hoy procesados y en el pasillo de la extradición a los Estados Unidos.

El hermetismo de las autoridades sobre la sucesión de caletas con dineros de la mafia halladas en Bogotá en el último mes, se rompió este martes luego de que el director de la Policía, general Óscar Naranjo, y la directora de la Unidad Antimafia de la Fiscalía, Ana Margarita Durán, confirmaran lo que ya era una noticia a voces: que la millonaria suma de dinero incautado les pertenece a los señalados jefes de los narcotraficantes Daniel El Loco Barrera y los hermanos Comba, es decir, a los capturados ex agentes del CTI Luis Agustín Caicedo Velandia, alias Don Lucho; Claudio Javier Silva Otálora, alias El Patrón, y al prófugo ‘narco’ Julio Alberto Lozano Pirateque.

Los mismos tres nombres que en noviembre 16 de 2007 había revelado El Espectador en un artículo denominado “El triunvirato de Guateque” como los dueños tras bambalinas del Independiente Santa Fe, y que en sucesivos reportajes este mismo diario dio a conocer como eslabones de la infiltración en el patrimonio del club por parte de las mafias. Por ejemplo, se constató que la cuñada del capo Silva Otálora, Damaris Plata Ocampo, coordinó las escuelas de formación deportiva del equipo y la Fiscalía estableció que otras 111 propiedades, cinco sociedades, un establecimiento comercial y 14 vehículos avaluados en $74 mil millones fueron adquiridos por estas mafias. Buena parte de estos dineros y de los decomisados recientemente iban para las arcas del club.

“No nos cabe duda de que parte de esas finanzas estuvieron encaminadas a financiar el Independiente Santa Fe”, declaró el general Naranjo. A su turno, la directora de la Unaim resaltó que a través de testaferros, la mano del narcotráfico ingresó al onceno capitalino y que ahora se entrará a evaluar las responsabilidades individuales. Los capos Luis Agustín Caicedo, detenido en abril pasado en Argentina, y Claudio Javier Silva, capturado un mes después en Puerto Gaitán, Meta, así como Julio Lozano, reconocido esmeraldero y comerciante, quedaron expuestos el 9 de septiembre del año pasado, cuando en una operación conjunta entre agentes de la Oficina de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos y autoridades colombianas se decomisaron 27 millones de dólares en un contenedor en Buenaventura y otros 13 millones de dólares en el puerto de Manzanillo, México.

El Espectador conoció todos los detalles de la investigación que hoy tiene en apuros al Santa Fe. Un informe elaborado por la Dijín detalla que los centros de operaciones de esta organización estaban en Europa, África, Norte, Centro y Suramérica; que eran Lozano, Silva y Caicedo los jefes de El Loco Barrera, que a través del ex detective del DAS Franklyn Alain Gaitán, alias Sergín, se manejaba la seguridad de la organización y ordenaban homicidios; José Guillermo Montes, alias El Flaco, manejaba la estructura financiera; el abogado Ricardo Villarraga, alias El Doctor, cuyo hijo es jugador del Santa Fe, arreglaba las vueltas con la justicia y se encargaba de corromper a funcionarios de la Policía y la Fiscalía. Entre ellos el capitán (r) Alberto Flórez Cárdenas, de quien la Corte Suprema ya autorizó su extradición a EE.UU.

Fue un agente de aduanas norteamericano quien adelantó todas las pesquisas en contra del cartel de carteles de Colombia. Y fueron las evidencias provenientes de EE.UU., en desarrollo del expediente 10-CR-225 de una corte federal, las que permitieron con apoyo de la Unaim de la Fiscalía el decomiso de 137 millones de dólares y 17 millones de euros. Dineros recuperados en sucesivas operaciones en Marruecos, Madrid y Valencia, España; Acapulco, Ciudad de México y Bogotá. Tras la captura de Héctor Medina Boadilla, alias Huesos, se incautaron, por ejemplo, 5,59 millones de dólares. El reporte de la Dijín especifica que en zonas fronterizas con Ecuador y Costa Rica se les decomisaron 2,5 toneladas de droga y que eran proveedores de los carteles de los Beltrán Leyva y Sinaloa, “responsables del 42% de la cocaína que ha entrado a EE.UU. desde 2003”.

 Fueron estos capos los que metieron la mano en el Santa Fe —y de qué manera—, y aunque desde  2007 El Espectador y las autoridades han evidenciado sus tentáculos en el equipo cardenal, sus directivos siempre han rechazado la tesis hoy ya muy documentada de las mafias infiltradas. Así como hace 20 años, en el caso de Millonarios, cuando el narcotráfico cooptó al equipo a través de José Gonzalo Rodríguez Gacha, esta vez, en idénticas circunstancias, pareciera estarse repitiendo la historia con Santa Fe.

Por Redacción Judicial

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