En cárceles de Antioquia 'hasta cocinan en los baños'

En algunos patios de la cárcel de Bellavista conviven hombres que pertenecen a grupos enemigos y que, además, prácticamente tienen que dormir unos encima de otros.

Redacción Judicial
06 de febrero de 2013 - 09:04 p. m.
El hacinamiento en la cárcel de Bellavista puede llegar en algunos patios hasta el 500% .  / El Tiempo
El hacinamiento en la cárcel de Bellavista puede llegar en algunos patios hasta el 500% . / El Tiempo

Internos que deben utilizar los pasillos como dormitorios y que, por no poder salir en las noches al baño, tienen que hacer sus necesidades en tarros. Que amarran cobijas para que hagan las veces de hamacas y así poder poner sus cuerpos en un lugar distinto al suelo. Que duermen, descansan o incluso cocinan en los baños y las duchas. O que intentan recuperar las horas de sueño que no pudieron conciliar durante la noche durmiendo de día en los patios principales, a pleno sol.

Ese es, a grandes rasgos, el panorama que presenta la cárcel de Bellavista, el establecimiento penitenciario que más recibe a detenidos y condenados de Medellín, el Área Metropolitana y municipios aledaños. Una gravísima problemática representada en una cifra: 209% de hacinamiento. Bellavista fue diseñada para recibir a 2.424 reclusos, pero, al corte de diciembre pasado, en ella estaban recluidos 7.493. Es decir, 5.069 personas están en un lugar en el que no tienen cabida.

Mientras diariamente salen entre 10 y 35 presos, ingresan entre 14 y 40. Así, esta cárcel se ha convertido en una olla de presión averiada y a punto de explotar. En el patio 2, por ejemplo, conviven grupos enemigos por naturaleza, como guerrilleros de las Farc y del Eln con exparamilitares, soportando un hacinamiento del 400%, porque allí están recluidos 1.674 hombres, cuando apenas hay cupo para 400. Lo peor, no es el patio con mayor hacinamiento: este es el patio 5, con el 500%, donde hay 300 cupos, pero viven 1.531 internos.

Toda esta información está reunida en un reporte de 154 páginas que elaboró la Procuraduría con base en visitas realizadas a las cárceles de Bellavista y Pedregal (Antioquia), a mediados de diciembre pasado, y que fue conocido en su totalidad por este diario. Los funcionarios fueron testigos de cómo en un pasillo del patio 5 duermen hasta 350 personas. De cómo las duchas del patio 4 están al lado de una zona de reciclaje. De cómo en las paredes del patio 8 se filtra el agua que algunos tienen que secar en las noches para extender sus esteras.

En materia de salud las críticas no escampan. Tanto en Bellavista como en Pedregal se producen unas 25 tutelas diarias, y denunció el Ministerio Público que en Pedregal la EPS Caprecom no les paga oportunamente a médicos y enfermeras, no se encuentran en el inventario las medicinas que se exigen o hay una buena cantidad de fórmulas sin despachar. En otras palabras, “la cantidad de reclamos de salud da cuenta de la precariedad de este derecho fundamental”.

Juan Esteban Vélez Muñoz, director territorial de Caprecom Antioquia, afirma que la atención en estas cárceles ya se ha regularizado casi del todo. El Ministerio de Justicia emitió un decreto en diciembre pasado para permitir que otras EPS pudieran ofrecer sus servicios a la población carcelaria, pero reemplazar a Caprecom puede que sea más difícil que como calculó el Gobierno. El asunto es de números: por cada interno, Caprecom recibe $508.000 al año. Pero los reclusos, por razones de hacinamiento o seguridad, piden servicios médicos casi cuatro veces más que un ciudadano en libertad.

Ayer se conoció que el Juzgado 56 Penal del Circuito de Bogotá resolvió una tutela interpuesta por un interno de la cárcel La Modelo de Bogotá, determinando que ese centro penitenciario no podrá recibir a nadie durante tres meses por cuenta del hacinamiento que allí se vive. Para llegar a esa conclusión la jueza se basó en inspecciones judiciales de Medicina Legal, el CTI y en un informe de la Procuraduría divulgado por este diario el 4 diciembre pasado, en el que se señalaba que en esa cárcel ni siquiera los enfermos terminales recibían la atención requerida.

“Esa misma decisión debería tomarse con cárceles como Bellavista”, le dijo a este diario el congresista Iván Cepeda. Pero la decisión de la jueza, así como la situación en Bellavista, es problemática precisamente porque ese hacinamiento que se critica es el reflejo de un sistema judicial en cuidados intensivos. Fuentes del Consejo Superior de la Judicatura le indicaron a este diario que es muy posible que el fallo se caiga pronto, porque, para tomar una decisión de ese calibre, la jueza  debía consultar con todas las entidades estatales involucradas, incluyendo al Ministerio de Hacienda, porque este es también un tema de presupuesto.

En el Inpec —que impugnó el fallo— y el Ministerio de Justicia saben bien que una tutela de ese estilo en nada resuelve el  hacinamiento. Altos funcionarios, como la ministra Ruth Stella Correa o el vicefiscal Jorge Perdomo, ya han expuesto que Colombia necesita con urgencia replantear sus sanciones y cambiar la cultura judicial, avalada por la opinión pública, de privar de la libertad a todas las personas que están siendo investigadas o a aquellas que fueron condenadas por delitos leves, como el famoso caso del hombre que fue encarcelado por robarse unos caldos de gallina.

Por Redacción Judicial

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