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“Don Mario”, a la sombra de la extradición

Daniel Rendón Herrera es uno de los testigos claves de la Fiscalía para develar secretos aún desconocidos del paramilitarismo. Sin embargo, en Estados Unidos no hay otra intención que extraditarlo para que responda por narcotráfico y asesinatos cometidos por los Urabeños.

Santiago Martínez Hernández
19 de abril de 2016 - 04:09 a. m.

Mientras en Colombia Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, es uno de los presos más importantes y testigo clave en delicados procesos –como el caso de Santiago Uribe y los 12 Apóstoles–, en Estados Unidos no han escatimado esfuerzos para pedir su extradición. En dos anteriores peticiones las autoridades norteamericanas no han logrado su objetivo y ahora están a la espera de que la Corte Suprema de Justicia resuelva una tercera solicitud, que se basa en crímenes supuestamente cometidos por Don Mario y los Urabeños entre los años 2003 y 2014. Asimismo, se conoció que en una Corte de Miami ya tienen lista una cuarta solicitud, en caso de que al excomandante paramilitar no lo extraditen.

La primera solicitud de extradición de Don Mario llegó el 21 de julio de 2009, tres meses después de ser capturado en el Urabá antioqueño, en el municipio de Necoclí. Para esa época, Don Mario era uno de los hombres más buscados en el país por ser el líder de las denominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia –luego llamadas los Urabeños y finalmente conocidas como el clan Úsuga–, que se crearon en 2007 tras la muerte de Vicente Castaño, el hombre al que Rendón Herrera le guardaba total fidelidad.

En esa solicitud de extradición, una Corte del Distrito Sur de Nueva York requería al excomandante paramilitar por delitos de narcotráfico, terrorismo y suministrar recursos y materiales a organizaciones terroristas. Según la acusación desde 1997, cuando se conformaron las Autodefensas Unidas de Colombia, Don Mario fue de vital importancia para los paramilitares para el control del narcotráfico en departamentos de Córdoba y Antioquia, que eran fundamentales en las rutas de envío de droga hacia Panamá, Honduras, Ecuador y México. Asimismo, que el negocio consistió en entregar grandes cargamentos de cocaína a los carteles de droga de México a cambio de armamento.

La Corte Suprema de Justicia decidió el 17 de marzo de 2010 que no procedía la extradición, pues era postulado de Justicia y Paz y tenía una serie de beneficios jurídicos. También, que debían garantizarse los derechos de las víctimas porque al estar confesando sus crímenes debían estar siempre a disposición de las autoridades colombianas y no “quedar supeditado a gobiernos extranjeros y su buena voluntad de permitir reconstruir la verdad que tanto clama la sociedad colombiana”. Sin embargo, el magistrado Javier Zapata advirtió que si Don Mario era excluido de Justicia y Paz, la Corte Suprema se veía en la obligación de avalar su extradición.

Y eso fue lo que sucedió. El 9 de septiembre de 2013 la Sala de Justicia y Paz del Tribunal de Superior de Bogotá excluyó a Don Mario, por solicitud de la Procuraduría. Para el Ministerio Público, a Daniel Rendón Herrera le tenían que quitar los beneficios porque admitió que días después de desmovilizarse en agosto de 2006, retomó las armas por órdenes de Vicente Castaño, supuestamente, porque el Gobierno los había traicionado en el proceso de paz. El argumento es que el exjefe paramilitar había seguido delinquiendo tras su desmovilización.

En recientes declaraciones, Don Mario manifestó que Castaño, de quien era su mano derecha, le dijo que debía reorganizar las estructuras y que de ahí nacieron las Autodefensas Gaitanistas. Vicente Castaño desapareció a comienzos de 2007 y Don Mario se convirtió en jefe principal, junto a los hermanos Juan de Dios Úsuga (alias Giovanny) y Dairo Antonio Úsuga (alias Otoniel) de los reductos paramilitares que quedaban en el país. No sólo retomaron el mando en los Llanos Orientales –donde Don Mario y Otoniel estuvieron operando junto al Bloque Centauros–, sino que se expandieron por todo el país, dejando como centro de operaciones el Urabá.

Tras la exclusión, nuevamente la Corte del Distrito Sur de Estados unidos lo solicitó en extradición por los mismos hechos que la primera vez. Esta vez, la Corte Suprema avaló la petición. Sin embargo, a finales de 2014 el Gobierno firmó la extradición de Don Mario, pero la dejó sujeta a que el excomandante paramilitar sólo podría salir del país cuando terminaran sus líos con la justicia colombiana por más de 4.700 crímenes por los que es investigado. Desde ese entonces Daniel Rendón Herrera empezó a colaborar con la Fiscalía y sus declaraciones fueron centro de polémica.

No sólo habló sobre los supuestos nexos de Santiago Uribe con el clan de los 12 Apóstoles, sino también sobre la supuesta participación del gobierno de Álvaro Uribe en las muertes de comandantes paramilitares como Vicente Castaño y del exsecretario de Gobierno de Antioquia Pedro Juan Moreno. Asimismo, Don Mario es una de las fichas claves para develar cómo el bloque Centauros –bajo el mando de Miguel Arroyave– logró expandirse y ser la base del tenebroso bloque Capital y de cómo opera la principal banda criminal del país: el clan Úsuga.

Es más, por este último grupo es que la Corte Distrital del Sur de Nueva York envió la más reciente solicitud de extradición, que llegó al despacho del magistrado Luis Guillermo Salazar el pasado 11 de marzo. Las autoridades de Estados Unidos investigan a Daniel Rendón Herrera –junto a los principales comandantes de los Urabeños, como Otoniel, Gavilán, Nicolás, el Indio, Inglaterra, Chiquito, Tierra y Nolasco– por los delitos de crear una organización criminal, tráfico de drogas, homicidio y uso de armas de fuego para mantener su poder en el negocio ilegal.

Según la acusación, Don Mario tendrá que responder por hechos ocurridos entre 2003 y 2014, tiempo en el que supuestamente creó un grupo criminal que dominó todo el negocio de tráfico de drogas y en el que se le cobraban impuestos a otros narcotraficantes que quisieran enviar cargamentos a Estados Unidos. Los norteamericanos tienen registro de 32 envíos de drogas entre 2003 y 2012, en los que los Urabeños habrían exportado más de 73.000 kilos de cocaína,

La Corte Suprema ya estudia el caso. Sin embargo, fuentes cercanas al proceso advirtieron que no entienden esta nueva acusación de Estados Unidos, porque mientras las autoridades colombianas han emitido informes en los que aseguran que Don Mario ha estado colaborando con la justicia tras su captura en 2009, cómo fue posible que siguiera delinquiendo desde la cárcel y dirigiendo una de las principales organizaciones criminales del país sin que la justicia colombiana tomara acciones al respecto.

Además, Don Mario se ha convertido en uno de los testigos más protegidos de la Fiscalía, no solo por declarar en casos que involucran a importantes personajes del país, sino porque al parecer también es ficha clave para que el clan Úsuga acepte un sometimiento a la justicia. Sin embargo, en Estados Unidos poco les importa la colaboración que está prestando Don Mario en Colombia, pues aseguraron que lo que ha dicho no tiene validez en ante sus tribunales.

Fuentes consultadas precisaron que a pesar de que la Fiscalía colombiana les dijo en 2015 a sus pares en EE.UU. –tras avalarse la segunda extradición– que Don Mario se demoraría un año en llegar, los norteamericanos manifestaron que las declaraciones que ha rendido solo sirven en Colombia y que no le darán ningún beneficio ni acuerdo de cooperación. Es claro que la justicia de Estados Unidos tiene la firme intención de lograr la extradición de Don Mario.

Por Santiago Martínez Hernández

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