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El gobierno ecuatoriano presentó hoy en la provincia de Esmeraldas su nueva política de defensa, seguridad y desarrollo, instrumento que contiene nueve objetivos con los que busca proteger a la población en la frontera norte con Colombia. El titular de Defensa, Oswaldo Jarrín, presentó el plan en una ceremonia militar en la sede del Batallón de Infantería Movilizado Bimot-13, ante la presencia del presidente ecuatoriano, Lenín Moreno; el ministro del Interior, Mauro Toscanini; y la presidenta de la Asamblea Nacional (Parlamento), Elizabeth Cabezas.
También asistieron el gobernador de la provincia, Pablo Hadathy, y el comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta de Esmeraldas, Gustavo Acosta. "El día de hoy anunciamos con orgullo que por fin Ecuador tiene una política de defensa, de seguridad y desarrollo para la frontera norte", dijo el presidente ecuatoriano, quien censuró que en los últimos meses "en esa zona han ocurrido sucesos que nos indignan". (Lea: Javier, Efraín y Paúl: a Ecuador siempre le faltarán tres)
Desde enero pasado, la zona ha sido escenario de ataques con explosivos que se han cobrado las vidas de cuatro militares ecuatorianos y dejado a decenas heridos, además del plagio y asesinato de tres trabajadores del diario El Comercio y el secuestro de dos civiles, Oscar Efrén Villacís Gómez y Katty Vanesa Velasco, en paradero desconocido. Las agresiones han sido atribuidas por las autoridades de Ecuador y la vecina Colombia a un grupo armado disidente de las Farc, autodenominado "Óliver Sinisterra", bajo el mando de un individuo conocido por el alias de Guacho.
Moreno aseguró, "con total firmeza" tras las presentación del plan, "que se acabó la indiferencia estatal". "No podemos permitir que la paz social sean perjudicada por bandas delincuenciales, sobre todo dedicadas al narcotráfico, no vamos a permitir que nuestra gente viva con miedo", aseguró. El evento repasó un decreto ejecutivo emitido el pasado viernes y que establece, entre otros, "que el Estado, a través de los cuerpos de seguridad, ejercerá un control efectivo del territorio en los espacios terrestre, acuático y aéreo".
Para Ricardo Rivas, hermano de Paúl Rivas, fotógrafo de El Comercio asesinado cuando estaba en manos de Guacho y su gente, el crimen de su hermano y sus compañeros, Javier Ortega y Efraín Segarra, tenía un propósito: "A raíz de esto se visibilizaron los problemas sociales en la frontera colombo-ecuatoriana y ambos gobiernos están llamados a elaborar planes estratégicos en esas zonas para que se reflejen en el nivel de vida de los pobladores", le dijo a este diario hace un mes, cuando vino con familiares de las otras dos víctimas a pedir ayuda a las autoridades colombianas para recuperar los cuerpos de sus parientes.
En este momento, en la frontera colombo-ecuatoriana hay más de 12.000 militares colombianos y 10.000 ecuatorianos con un objetivo común: atrapar a Guacho. Desde que los tres integrantes de El Comercio fueron ejecutados por su grupo, lo cual se confirmó en abril de este año, se convirtió en uno de los hombres más perseguidos en ambos países. No obstante, en la selva nariñense ha encontrado un refugio infranqueable. La Fuerza Pública cree que se oculta en un resguardo indígena.