El avión que le dio Ecopetrol a la FAC

En 2014, la estatal petrolera firmó un convenio con el Ministerio de Defensa para la adquisición de una aeronave de vigilancia. Algunos señalan que parece más un chárter de lujo que un avión para prestar seguridad.

JUAN DAVID LAVERDE PALMA /
15 de febrero de 2015 - 02:00 a. m.
Un modelo King 350 como este fue adquirido en 2014 para prestar vigilancia en campos petroleros, oleoductos y plantas de refinamiento de Ecopetrol. / 123rf
Un modelo King 350 como este fue adquirido en 2014 para prestar vigilancia en campos petroleros, oleoductos y plantas de refinamiento de Ecopetrol. / 123rf

Mientras exdirectivos de Ecopetrol están bajo la lupa de las autoridades por las presuntas irregularidades en la contratación de mantenimiento de pozos con la firma PetroTiger —se calculan pagos de comisiones por US$335.000—, una nueva controversia rodea a la estatal petrolera. Se trata de un convenio con el Ministerio de Defensa para la adquisición de una aeronave destinada a la vigilancia aérea y transporte en las zonas requeridas por la empresa para la protección de la infraestructura petrolera. En virtud de dicho acuerdo confidencial, Ecopetrol entregó $8.550 millones para la compra del avión, que hoy es administrado por la Fuerza Aérea Colombiana (FAC).

Según el convenio, firmado en 2014 por el secretario general del Ministerio, Luis Manuel Neira, por la funcionaria de Ecopetrol Claudia Patricia Velásquez y por el general retirado Flavio Enrique Ulloa, en su calidad de gerente de la Corporación de la Industria Aeronáutica Colombiana, el objetivo es contribuir a mantener la seguridad de los campos de exploración, explotación y transporte del crudo, en regiones como Arauca, el campo Caño Limón, el oleoducto Caño Limón-Coveñas, el oleoducto Transandino, ubicado en el departamento de Putumayo, entre otros. El documento señala que Ecopetrol entregará ese dinero para garantizar que una aeronave preste servicios de vigilancia aérea y enlace, es decir, transporte en estos lugares.

El avión fue comprado e incorporado a la FAC el 5 de diciembre de 2014, después de un informe técnico elaborado por esa entidad en el que se especificaban las características que debía tener. Por ejemplo, de tipo liviano, con cabina presurizada, una capacidad mínima de ocho pasajeros, un rango de operación superior a 1.000 millas náuticas y una autonomía de vuelo superior a cinco horas. En el informe técnico se advierte que para la ejecución de los planes de gobierno y control de estas zonas es ineludible el transporte de altos mandos militares en la aeronave. Al final, se compró un King 350, que por sus especificaciones parece más adecuado para movilizar personal VIP que para prestar seguridad o servicios de vigilancia.

Justamente, esta situación ha motivado no sólo reparos y suspicacias de algunos empleados cercanos a Ecopetrol, sino denuncias ante la Procuraduría para que se establezca si el objetivo principal del millonario convenio entre la empresa petrolera y el Ministerio de Defensa se está cumpliendo. Todo esto en medio de un escenario difícil para la compañía por cuenta de la encrucijada económica derivada de la caída del precio del petróleo en el mundo, el incumplimiento de la meta del millón de barriles el año pasado y la pérdida del 35% del precio de su acción en la Bolsa de Valores de Colombia en 2014.

La nuez de la controversia es si el avión finalmente comprado cumple con la naturaleza del convenio. El portal Las 2 Orillas informó hace un mes sobre la compra de esta aeronave, con “cuatro años de uso y mil horas de vuelo”, a la firma chilena Aviasur. Las fotos divulgadas por el portal muestran un avión de lujo. El Espectador investigó y tuvo acceso al convenio de colaboración. En dicho documento se advierte que Ecopetrol le entregará al Ministerio de Defensa aportes por $11.331 millones distribuidos así: $2.706 millones para el mejoramiento de las condiciones de seguridad requeridas para el personal de la FAC, $75 millones para gastos de funcionamiento de las bases de lanzamiento de aeronaves remotamente tripuladas y $8.550 millones para la adquisición del cuestionado avión.

En el convenio se asegura que un comité coordinador establecerá el mecanismo para controlar el número de horas de vuelo. En el acápite de supervisión se deja constancia de que habrá un grupo a cargo de un representante del Comando General de las Fuerzas Militares, un representante de la unidad militar del área correspondiente y un representante de Ecopetrol. Todo esto para monitorear la correcta destinación e inversión de los recursos. Algunas fuentes consultadas por este diario señalaron que en un momento tan difícil para Ecopetrol, estos millonarios convenios generan ruido, más aún si el avión encargado de prestar vigilancia parece más un chárter.

No se trata del primero ni del único convenio de Ecopetrol con el Ministerio de Defensa. Desde hace más de diez años se han venido firmando con igual objetivo: reforzar la seguridad de la infraestructura de la compañía, entre oleoductos, refinerías y plantas especializadas. Convenios en los que los recursos son manejados autónomamente por las Fuerzas Armadas. En esta ocasión, la compra del King 350 sí generó algunas suspicacias, “porque se compró un avión que no parece servir para vigilar, tal como lo estipula el convenio, sino para transportar a comandantes”. De hecho, no se le hicieron ningunas adecuaciones para instalar, por ejemplo, consolas de vigilancia, cámaras infrarrojas, equipos de monitoreo del espectro electromagnético o de radiolocalización.

Un experto en vigilancia e inteligencia técnica aérea le dijo a este diario que para acondicionar un avión como este para prestar servicios de monitoreo se requiere modificar su estructura de vuelo y sistemas electrónicos a bordo, además de instalar domos en la superficie del fuselaje para ubicar los equipos, lo que requeriría un presupuesto dos veces mayor que l costo de esta aeronave. El Espectador consultó con la Fuerza Aérea, que reconoció que ese avión ha sido utilizado para transporte de personal, evacuaciones médicas y vigilancia. En ese sentido, el comandante de esa fuerza, general Guillermo León, resaltó que no hay nada que ocultar, que el convenio se ha cumplido a cabalidad y que desde que se incorporó la aeronave a la flota de la FAC “se ha destinado a transportar personal militar y del sector defensa para la vigilancia de oleoductos”.

León aseguró que no ha habido un solo vuelo que haya transportado personal diferente, que la aeronave no es ningún lujo para los comandantes, que la FAC está empeñada en preservar la infraestructura petrolera del país y que desde hace un tiempo se utilizan equipos móviles que se transportan en los aviones para efectos de vigilancia. Esto significa que no habría necesidad de adecuar las aeronaves, tal como lo aseguró el experto consultado por este diario. Sobre los señalamientos denunciados, el general León manifestó que los organismos de control son bienvenidos a revisar este y otros convenios, que no ha habido un solo hallazgo fiscal y administrativo en desarrollo de los mismos y que si se llegara a encontrar alguna irregularidad, se actuaría con la debida contundencia.

El alto oficial reiteró que todo ha sido transparente y que sí se ha prestado vigilancia y seguridad en los campos petroleros. Consultados por El Espectador, algunos voceros de Ecopetrol manifestaron desconocer los detalles de la ejecución de este convenio, al tiempo que señalaron que desde hace años han venido suscribiendo acuerdos con las Fuerzas Armadas. Por lo pronto, los entes de control apenas empiezan a indagar este caso. Algunas fuentes cercanas a la empresa petrolera se mostraron incómodas con la compra de este avión. Para ellos, no cumple con el objeto de vigilancia por el que fue adquirido. Reiteran que parece más un chárter. En la FAC sostienen que no hay nada irregular, que sus hombres lo único que han hecho es ponerle el pecho al conflicto y que están prestos a dar las explicaciones pertinentes.

jlaverde@elespectador.com

@jdlaverde9

Por JUAN DAVID LAVERDE PALMA /

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