El "Lobo Feroz" odiaba que le tomaran fotos y era tacaño, dicen sus conocidos en Maracaibo

Sánchez Latorre usaba sus conocimientos en computadores y videojuegos para acercarse a niños. / Foto: Pixibay

Desde hace un par de semanas, el sobrenombre de Lobo Feroz se volvió conocido en todo el continente. La historia detrás del sobrenombre lo ameritaba: es la de Juan Carlos Sánchez Latorre, un colombiano que permanece detenido en Caracas mientras se define si es traído al país, donde se tienen evidencias de que él participó en las violaciones de al menos 276 menores de edad, todos hombres. Se trata de pruebas que él mismo dejó, pues cada abuso lo grabó y, encima, se lo envió a otro pedófilo que vivía en México.

Mientras en el escenario local sigue pendiente que se formalice su pedido de extradición a través del Ministerio de Justicia y la Cancillería, distintos medios de comunicación siguen en la tarea de seguir sus pasos para comprender cómo fue que Sánchez Latorre, buscado desde 2011, logró evadir a la justicia por tanto tiempo. Uno de ellos, la prestigiosa cadena BBC, se puso en la misma tarea y halló varias pistas de Sánchez Latorre en Maracaibo, la ciudad donde fue capturado en diciembre pasado.

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Sánchez Latorre, es claro hoy, era un experto en computación. Por esa razón para las autoridades colombianas fue tan difícil perseguirlo a lo largo de estos años, pues sabía bien cómo alterar las IP de los dispositivos y así despistar a los investigadores sobre su ubicación. Las autoridades colombianas revelaron hace más de un año Sánchez se escapó a Venezuela. Un dato relevante que confirmó la BBC es que Sánchez también vivió en Maracaibo hacia 2008, tal como había contado el periódico local Versión Final.

La importancia de ese descubrimiento radica en que en 2008 fue cuando Sánchez Latorre fue detenido en Barranquilla tras haber sido denunciado por un menor de edad de abuso sexual. En ese momento, Sánchez fue dejado en libertad por vencimiento de términos. Todavía no es claro si la jueza que tenía el caso cometió algún error, o si fue la Fiscalía la que incumplió en su labor. Lo que queda claro ahora es que Sánchez Latorre, al salir libre, huyó de inmediato al país vecino.

Allí, cuenta el extenso reportaje de la BBC, consiguió un trabajo como experto en computación en un cibercafé ubicado sobre la Avenida Libertador de Maracaibo. Se dedicaba a transcribir textos, hacer presentaciones o revisar su perfil de Facebook. Al lado del computador, contó la dueña del local, Deixi Tapia, ponía bolsas llenas de caramelos, chupetas o galletas que dejaba para los niños que visitaban el negocio. Solía sentarlos sobre sus piernas mientras les mostraba videojuegos.

El relato de Deixi Tapia coincide con lo que víctimas del Lobo Feroz han contado ya en Colombia: que el hombre rondaba salas de videojuegos, sitios donde los menores usualmente van sin supervisión adulta, y se ganaba su confianza para luego llevárselos, abusar de ellos y hasta grabarlos mientras los violaba. Todavía no se ha establecido si en Venezuela también dejó víctimas, porque las denuncias que existen contra él son de menores colombianos, pero los investigadores creen que es lo más probable.

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En Venezuela, Sánchez Latorre logró conseguir una cédula de identidad con su nombre real, pero luego también obtuvo un cambio de identidad y se dio a conocer como Danilo Gutiérrez. Lobo Feroz era el alias que usaba en redes sociales. La dueña de ese cibercafé lo recuerda como un hombre que nunca hablaba de su vida en Colombia, inestable, que odiaba que le tomaran fotos y tacaño. Solo invertía, relató ella a la BBC, en los dulces que les daba a los niños.

Otro dato que halló esta cadena de noticias es que, en Venezuela, Sánchez Latorre tuvo varias parejas. A una de ellas la presentó como Mariana, una joven veinteañera que, al parecer, era comunicadora social. Otra fue una mujer llamada Roselin, con quien habría tenido una relación de más de dos años que terminó hacia 2015. Según los vecinos que los conocieron a ambos, el fin llegó porque él quería que ella lo mantuviera y cuando ella decidió separarse, él le rogó por que no se fuera.

“‘Danilo’ ventiló su despecho en Facebook. Una curiosidad: uno de los hombres más buscados de Colombia no ocultó su verdadera identidad en la red social”, señaló la BBC. “‘Yo creo que no debería existir el 14 de febrero. Qué fecha tan ("&#(=$%, cómo odio ese día y recordar la coña e' madre esa de hace dos años’, escribió el Día de San Valentín del año pasado”.

Michell Parra, otro venezolano que habló con la BBC, conoció a Sánchez Latorre cuando tenía 11 años y asegura que con él nunca se propasó. Lo veía como una especie de tío, un gurú en temas de computación y ánime. Cuenta que su madre siempre le tuvo reservas, pero él no. Parra lo identificaba como Juan Carlos, no como Danilo; le conoció una tercera pareja además de Roselin y Mariana; y cuenta que lo regañaba si le veía comportamientos amanerados.

Los detalles de esos testimonios dejan ver mucho mejor quién era Juan Carlos Sánchez Latorre. Según esta gente que lo conoció y lo trató con mucha cercanía, el Lobo Feroz le tenía pánico a la Policía, al punto que salía corriendo si agentes llegaban a donde él estaba; pero a la vez supo hacerse amigo incluso de detectives de la Interpol gracias a sus conocimientos informáticos. Vivía rodeado de niños a toda hora, lo que le generó el apodo de Peter Pan. Pero en Venezuela, hasta ahora, no hay ningún reporte de abuso contra él del que se sepa.  

(Lea aquí el reportaje completo de la cadena BBC)