Los roles que jugaron La Madame, su pareja y su papá en red de explotación sexual

Las tres personas negociaron con la Fiscalía y aceptaron cargos por los delitos de explotación sexual y concierto para delinquir. Liliana Campos, alias "La Madame", será condenada a ocho años y dos meses de prisión.

Redacción Judicial
26 de septiembre de 2019 - 06:53 p. m.
El Heraldo
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Este jueves, un juez de Cartagena avaló el preacuerdo al que llegaron la Fiscalía, Liliana Campos Puello (alias La Madame); su papá, Carlos Enrique Campo; y su esposo, Gustavo Ruiz. Los tres negociaron un preacuerdo con el ente investigador con el fin de recibir rebajas en sus condenas y aceptaron cargos por los delitos de trata de personas y concierto para delinquir. Aunque en un principio se habló de posibles delitos relacionados con menores de edad, al final del proceso no se presentaron casos probados de niñas o adolescentes. (Lea aquí: La empresa fachada que une a la "Madame", una exreina e israelíes)

Liliana Campos y sus familiares aceptaron haber conformado una red criminal dedicada, desde 2017, a la explotación y esclavitud sexual de mujeres en Cartagena de Indias (Bolívar). Pero cada uno de ellos desempeñó un rol distinto en el entramado que lideró alias La Madame hasta hace un año, cuando fue capturada en el marco de la Operación Vesta, en la que también cayeron detenidos algunos ciudadanos israelíes vinculados al hotel Casa Benjamín y el excapitán de la Armada Raúl Danilo Romero Pabón, quien recientemente fue condenado por abusar sexualmente de niñas y tatuarles su nombre en el cuerpo.

Liliana del Carmen Campos Puello (47 años)

Aunque la Fiscalía aseguró que era conocida con el alias La Madame, sus familiares siempre negaron este apodo. Según los investigadores, ella lideraba la organización ilegal y era conocida como una de las mayores proxenetas de Cartagena. Contactaba a mujeres para que se prostituyeran en el extranjero y en fiestas privadas en las islas del Caribe, las ayudaba con los trámites para obtener el pasaporte y les daba un supuesto auxilio en dólares para la manutención. Esto, según la Fiscalía, constituía el delito de trata de personas de orden transnacional, castigado con penas de hasta 23 años de prisión. (Lea aquí: Las vueltas de la “Madame”)

La operación delictual tenía su base en la capital de Bolívar, específicamente en dos casas arrendadas en los barrios de Castillogrande y Manga, donde se hospedaban hasta 30 mujeres que debían estar disponibles entre semana y fines de semana para los eventos organizados por La Madame.  Cada una debía pagar un arriendo semanal de hasta $300 mil, eran vigiladas permanentemente a través de cámaras de seguridad y, si alguna de ellas quería trabajar con otros proxenetas tenía que pagar una multa de $100mil. Los clientes de La Madame eran en su mayoría extranjeros, pues no se recibían colombianos a menos de que fueran de un estrato muy alto.

“Las mujeres eran adoctrinadas por Liliana Campos para tener relaciones con extranjeros, a los hombres les cobra en dólares y a ellas en pesos colombianos. Y les cobra un porcentaje por los servicios”, afirmó la fiscal encargada del caso en la audiencia de imputación. Por tres horas de servicios sexuales, Campos Puello cobraba a sus clientes $500.000; por seis horas, $700.000; por 12 horas, $900.000, y por 24 horas $1’200.000, con derecho a las relaciones sexuales que quisiera. En conclusión, las mujeres eran convertidas en mercancías. Se calcula que el número de víctimas podría ser de 200.

Liliana Campos, quien registra también antecedentes penales por tráfico de drogas en Estados Unidos, será condenada a ocho años y dos meses de prisión y una multa de 400 salarios mínimos. “Nos cagaste la vida a todo el mundo”, le dijo La Madame a una de las mujeres que confesó haber sido enviada por ella al extranjero con fines sexuales, una vez fue retenida en Estados Unidos. Este caso se destapó gracias a un vendedor de la playa que, sin saberlo, le ofreció a un investigador encubierto los servicios sexuales ofrecidos por Campos Puello y le dio su número de teléfono. Luego vinieron las interceptaciones telefónicas y solo fue cuestión de atar cabos sueltos.

Liliana Campos Puello fue capturada hace un año en Cartagena. / El Heraldo

Gustavo Adolfo Ruiz

Es el compañero permanente de Liliana del Carmen Campos Puello. Según la Fiscalía, era quien “administraba” la red de proxenetismo y puntualmente coordinaba los eventos sexuales y sabía cuánto y cómo era la manera de cobrar en cada servicio. Durante los seguimientos realizados por investigadores del ente acusador, se evidenció que Ruiz acompañó un día a su pareja a Barranquilla (Atlántico) para cambiar varios dólares, producto de la explotación sexual. (Lea aquí: “Este caso se usa para desviar la atención”: familiares de Liliana Campos Puello)

Durante las fiestas que organizaba Adolfo Ruiz para Liliana Campos se gestionaba el transporte hacia las islas, la provisión de las drogas y la contratación de los capitanes de los yates, de los que aún la Fiscalía no ha dado nombres puntuales y, según fuentes en la ciudad, están temerosos de que la justicia los toque y varios de ellos han salido del país. Las mujeres al servicio de esta red tenían que pararse en una fila mientras los clientes seleccionaban con quienes querían pasar la noche.

Uno de los testigos del caso también declaró que el compañero permanente de La Madame era el encargado de dirigir el negocio mientras ella estaba fuera del país. Por su parte, una de las mujeres explotadas narró que un asiático le entregó una propina de US $146 durante una fiesta en un yate, pero Campos Puello se los arrebató y se los entregó a Ruiz. “Él siempre era el que llegaba con ella (La Madame) para cuadrar todo en cada uno de los eventos, porque también estaba para vigilar lo de la llegada y salida de las mujeres y que ningún cliente se sobrepasara”, afirmó otro testigo según reveló La W Radio.

Gustavo Adolfo Ruiz será condenado a ocho años y dos meses de prisión y a una multa de 400 salarios mínimos.

Carlos Enrique Campos (75 años)

Es el papá de Liliana Campos Puello. Según las investigaciones, era quien se encargada de atender a las mujeres explotadas sexualmente en las casas que alquilaron en Cartagena para hospedarlas. Le entregaba reporte a su hija de qué sucedía en las viviendas. Carlos Campos residía, además, en un apartamento contiguo a la casa de Manga. “Las vigila todo el tiempo y muy rara vez sale de la casa. Una vez, una de las mujeres rompió todo porque Liliana no le pagó por un servicio”, relató otro testigo en el expediente.

Carlos Campos fue capturado en noviembre de 2018 en la segunda fase de la Operación Vesta. Sus familiares, sin embargo, llamaron la atención sobre las condiciones de su reclusión, ya que tiene 75 años de edad. Afirmaron que el hombre se encontraba alterado y angustiado, por lo que su salud podría verse afectada. La mediatización del proceso contra Liliana Campos también trajo consigo una estigmatización sobre los familiares de la cartagenera, además de su padre. Su hijo menor tuvo que ser retirado del colegio y salir de la casa donde vivía, mientras que su nieta recibió atención psicológica tras la separación de su abuela, quien era para ella una figura materna.

El papá de Liliana Campos será condenado a cinco años de prisión y a una multa de 200 salarios mínimos.

Tras la aceptación de cargos en el preacuerdo con la Fiscalía, ahora un juez tendrá que fijar formalmente la condena que pagará cada una de estas personas. Así mismo, la justicia tendrá que decidir el futuro judicial de otros dos familiares de La Madame que están siendo procesados: Fabio Ricardo Castro Puello, su primo; y Omar Alexander Campos Robles, su sobrino. Al primero se le señala por ser supuestamente quien trasladaba a las mujeres explotadas sexualmente a otros países; y el segundo, quien recibió el beneficio de libertad, pero continúa vinculado a la investigación, es señalado por ser quien supuestamente acompañaba, controlaba y custodiaba a las mujeres a los eventos en yates, casas en el Centro Histórico y a las islas de Cholón y Barú.

Por Redacción Judicial

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