El pasado 17 de noviembre, una delegación de la Corte Suprema de Justicia viajó a Barranquilla para escuchar la declaración de Jesús Madera, quien trabajaba en la recepción del Hotel El Prado durante los hechos que vincularían a Álvaro Ashton con presuntos delitos sexuales. En su versión, aseguró que el término "niñas" que utilizó en las conversaciones divulgadas por Blu Radio hace una semana, no fue para referirse a menores de edad, sino que simplemente fue una manera común de hablar. "Es una terminología que yo uso, o sea, cuando uno dice niñas no quiere decir que sean niñas niñas" agregó.
En las conversaciones interceptadas, se escucha una conversación con el congresista Ashton, ocurrida el 15 de agosto de 2014. El senador preguntó: “¿Y qué pasó?”, a lo que Jesús Madera contestó: “¡Que aquí no se pueden registrar las niñas!”. Tras la queja, añadió: “Ellas llegaron así y se dio cuenta recepción, seguridad, todo el mundo, que es menor de edad, y no se puede. ¿Qué quiere que yo haga, que le guarde esa reserva para otra oportunidad?”. Ese material llevó a la Corte Suprema a abrir una indagación preliminar contra Álvaro Ashton hace unos días.
(En contexto: Las grabaciones de Álvaro Ashton)
El testigo Madera en su versión, publicada por Caracol Radio, dio vueltas sin especificar la edad exacta de las mujeres. A pesar de la insistencia de los investigadores, el testigo se mantuvo en que las mujeres en cuestión no eran menores de edad. Cuando le preguntaron por qué no pudieron entrar las presuntas prostitutas que se iban a ver con Ashton, Jesús Madera dijo que la razón fue “porque no se presentó el documento entonces no se registró. Ese es el procedimiento”. Aunque otra cosa le dijo a Ashton por teléfono, sin saber que los grababan: "Que es menor de edad, y no se puede (...) aquí no se pueden registrar las niñas".
Ante la indagación penal y el revuelo que se generó, el senador aseguró que no recordaba esa charla y que jamás había violado la ley. Lo mismo dice sobre su supuesta participación en la feria de sobornos de Odebrecht a funcionarios estatales para conseguir decisiones en su favor, entre los que estaría Ashton, y sobre el cartel de la toga. Un exmagistrado auxiliar de Gustavo Malo declaró ya que Ashton y Francisco Ricaurte estaban en permanente contacto, nexo que le "olía mal" por la cercanía de Ricaurte con Malo, precisamente el magistrado que debía investigar a Ashton por parapolítica. Malo, ante los cuestionamientos, se vio obligado a entregar el expediente Ashton.