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Enlace de las Farc espera sentencia

Franklin Carabalí aceptó el cargo de fabricación de explosivos. Fiscalía dice que esos artefactos iban a ser usados contra discotecas de la capital.

Redacción Judicial
13 de febrero de 2013 - 03:19 p. m.
Enlace de las Farc espera sentencia

“Desde el primer día amenazó con (poner) una bomba. Textualmente dijo que metería una bomba y volvería mierda el negocio (…) Dijo que hablaba en nombre del comandante Hugo del frente 27 de las Farc, que tenía que contactar a los dueños del bar para cobrarles un pago a la organización de la Ley 002”.

Esa fue la primera llamada que recibió Alfonso*, el dueño de una discoteca de Bogotá que estaba siendo extorsionada a finales de octubre del año pasado. Nadie, además de las autoridades, supo de ésa y de otras amenazas que él y los dueños de negocios vecinos al suyo recibieron. No trascendió tampoco que, por la información que recogió la Fiscalía, se descubrió que el plan de las Farc era extorsionar a comerciantes o cundir el pánico en la Noche de Halloween de 2012.

Según la Fiscalía, quien iba a ejecutar el plan B de estas extorsiones –explotar los lugares que se negaban a entregar dinero– era Franklin Carabalí. Este hombre, que la semana pasada aceptó algunos de los cargos imputados en su contra, está ahora a espera de que un juez de la República decida cuánto tiempo pasa en la cárcel.

Este plan empezó a quedar al descubierto cuando la Policía recibió una llamada el pasado 26 de octubre de 2012, en la que se advirtió que la guerrilla buscaba atentar contra varios lugares de rumba de la capital. Ese fue el mismo día que Alfonso denunció las agresivas llamadas de las que estaba siendo víctima desde septiembre del mismo año.

En la segunda llamada que recibió (siempre le marcaban del mismo número de celular), a Alfonso le dijeron que por qué no se había contactado con los guerrilleros para confirmar que iba a pagar. Lo amenazaron a él a sus trabajadores, que son casi 30. Semanas después, ya en octubre, volvieron a hablar con él: “Así me gustan, bravos, ojalá tengan güevos pa’ lo que viene y no cuente con negocio”.

El 27 de octubre de 2012, un juez avaló la solicitud de la Fiscalía de allanar la casa de Franklin Carabalí. Una fuente le había contado a los investigadores que en su casa, ubicado en el barrio Las Margaritas del sector de Bosa (Bogotá), se guardaban los explosivos con los que se iban a afectar a los establecimientos comerciales.

En la casa de Carabalí se hallaron dos bombas caseras hechas con anfo y pentonita, armadas con dos teléfonos celulares cada una para activarlas; munición, otros materiales explosivos y elementos para su elaboración; un tiquete de bus Cotrans-Ariari; 100 panfletos con propaganda subversiva, de los cuales 40 tenían la imagen del Mono Jojoy; y 100 gramos de clorhidrato cocaína.

En la casa de Carabalí había además documentos con instrucciones que, según los investigadores, detallaban cómo poner los explosivos en las cuatro discotecas que iban a ser víctimas de este plan. A Alfonso le dijeron que enviara a alguien a Meta a constatar que no estaba lidiando con delincuencia común.

Carabalí se encuentra actualmente recluido en la cárcel La Modelo de Bogotá, donde se declaró culpable de los delitos de la fabricación, transporte y porte de armas, de explosivos y de estupefacientes. Pero, para la Fiscalía, este hombre también debe ser condenado por tentativa de extorsión y de terrorismo, y por estos cargos seguirá siendo procesado.

*Nombre cambiado por petición de la fuente
 

Por Redacción Judicial

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