Mayer Mizrachi, hijo de un cuñado del expresidente de Panamá Ricardo Martinelli, esperaba recibir 2016 en las playas de Cartagena. Sin embargo, al llegar al aeropuerto internacional Rafael Núñez, el martes 29 de diciembre, el joven de 28 años fue capturado por autoridades colombianas, quienes le comunicaron que estaba detenido por la circular roja con la que Interpol Panamá lo solicitaba desde el 19 de noviembre de este año, debido al presunto incumplimiento de un contrato que su empresa, Venture S.A., firmó con el Estado panameño en 2014.
La alerta por la llegada de Mizrachi al país estaba prendida desde 12 horas antes, debido al sistema de información anticipada con que cuenta Migración Colombia. Después del aterrizaje de su vuelo proveniente de Fort Lauderdale (Florida) comenzó el seguimiento a Mizrachi, quien una vez llegó a las ventanillas de inmigración fue conducido a la oficinas de Migración Colombia. El joven dijo no tener conocimiento de la circular roja que pesaba en su contra. Una vez fue identificado plenamente quedó bajo custodia de la Dijín.
Cuando Mayer Mizrachi desarrolló el software Criptext, que permite encriptar los mensajes de texto que se envíen y reciban desde los celulares en los cuales haya sido instalado, se convirtió en un reconocido empresario del sector de la innovación en tecnología. Su empresa Innovative Venture S.A. tiene sede en Nueva York, y gracias a ella se ha consolidado como uno de los “innovadores que están cambiando la forma de hacer negocios en Centroamérica”, según dijo la revista costarricense Summa este año. El software, que puede ser adquirido por empresas, tiene como usuarios a medios como el Huffington Post y la revista Time.
Por este motivo, la Autoridad de Innovación Gubernamental (AIG) de Panamá firmó un contrato con Innovative Venture S.A. para que instalara Criptext en todos los celulares de la Fuerza Pública de ese país. Para ejecutarlo, Mizrachi tuvo ocho meses que empezaron a contar el 30 de marzo de 2014. Pero en noviembre de ese año, Mizrachi no había entregado la plataforma, por lo cual se canceló el contrato que, según autoridades colombianas, tenía un valor de US$13,3 millones.
El subdirector de la Dijín, el coronel Luis Poveda, indicó que el proceso contra Mayer Mizrachi hace parte de las investigaciones que se adelantan en Panamá contra Ricardo Martinelli y otros funcionarios de su gabinete por presuntos actos de corrupción e, incluso, de interceptaciones ilegales de comunicaciones a opositores. Uno de ellos es Eduardo Jaén, exdirector de la AIG, la misma con la que Mayer Mizrachi firmó el contrato para la implementación de Criptext. El padre de Mayer, Aaron Mizrachi, cuñado del expresidente Martinelli, también tenía millonarios contratos con el gobierno de Panamá, todos relacionados con temas de telecomunicaciones.
Caribbean Holding Services, la empresa de Aaron Mizrachi, presuntamente adquirió esos contratos por recomendación de Jaén, quien fue socio de la empresa antes de llegar al sector público. Aaron Mizrachi, además, es investigado por la supuesta participación de su compañía en la compra de un equipo de espionaje ilegal por parte del gobierno de Martinelli. Por las seis investigaciones abiertas en su contra, Ricardo Martinelli se convirtió hace nueve días en el primer expresidente sobre el que pesa una orden de detención provisional por parte de la justicia panameña.
Queda por establecer si las relaciones de su padre permitieron que Mayer Mizrachi se hiciera con el millonario contrato que supuestamente incumplió y que hoy lo tiene a la espera de que el gobierno panameño solicite su extradición, en un plazo máximo de cinco días. En caso de que la solicitud sea enviada, debido a los trámites legales necesarios, podrían pasar hasta seis meses para que se haga efectiva. En caso contrario, Mizrachi sería expulsado de Colombia y acompañado al vecino país por autoridades de Migración Colombia. Por ahora, contrario a sus planes, deberá pasar Año Nuevo en una de las celdas de la Dijín en Bogotá.