'Hacker' Andrés Sepúlveda se declara en huelga de hambre

Desde la cárcel de Picaleña, en Ibagué (Tolima), donde se encuentra purgando una peña de 10 años por espiar las comunicaciones del Gobierno. Sepúlveda reclama por las precarias condiciones del centro penitenciario. El director de la cárcel responde.

Redacción Judicial
13 de junio de 2017 - 04:58 p. m.
Andrés Sepúlveda, detenido en la cárcel de Picaleña. / Cristian Garavito - El Espectador
Andrés Sepúlveda, detenido en la cárcel de Picaleña. / Cristian Garavito - El Espectador

El 'hacker' Andrés Fernando Sepúlveda Ardila, junto con otros tres internos de la cárcel de Picaleña, en Ibagué (entre ellos el esmeraldero 'Pedro Orejas'), se declaró en huelga de hambre ante las condiciones del centro penitenciario. Entre otras, los reclusos se quejan por la situación de higiene, infraestructura, servicios de salud y acceso al agua potable. También reclaman por el estado de los alimentos y la falta de atención por parte de las autoridades del centro carcelario.

En una carta escrita a mano y fechada este lunes 12 de junio –dirigida al director de la cárcel de Picaleña, teniente coronel Jairo Páez, con copia a la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría y el Comité Internacional de la Cruz Roja– los internos enumeran una a una las irregularidades que se estarían presentado en el patio 9B del bloque 5 del penal.

“Desde el día de hoy y hasta que nuestros requerimientos sean debidamente atendidos y solucionados, entramos en huelga de hambre”, aseguran los firmantes, entre los que se cuentan también internos que se identifican como José Eberto López, Pedro Nel Rincón y Diego Fernando Ríos.

En primer lugar, reclaman por su sitio de reclusión, advirtiendo que se trata de un lugar de castigo o Unidad de Tratamiento Especial (UTE), que viola “todas las normas de higiene y derechos humanos”. Señalan que no existe una ventilación adecuada y se exponen a altas temperaturas. Y se quejan también porque “aunque fue ganada una tutela debido a los malos olores, nunca fue solucionado nada y el problema persiste (…) No hay agua potable y en ocasiones, permanecemos varios días sin el preciado líquido”.

Los reclusos indican que llevan más de un mes sin ser atendidos por un médico y odontólogo, y manifiestan que el servicio de salud actual en la cárcel Picaleña “es precario”: “Algunos internos tienen problemas de salud y las autorizaciones médicas de especialistas externos no son tenidas en cuenta por los médicos del Inpec”.

Sumado a irregularidades en la dieta alimentaria y en la comida que reciben –dicen que no es de calidad y que, a veces, llega incompleta o mal preparada– los reclusos sostienen que “en repetidas ocasiones” han solicitado al director del establecimiento que los atienda para expresarle personalmente sus requerimientos, sin que hasta el momento hayan sido escuchados.

“Queremos ser escuchados y atendidos debidamente, por eso informamos previamente sobre esta huelga de hambre a la dirección del establecimiento, a nuestros abogados y a todos los medios de comunicación (…) existen muchos más problemas vividos en este centro penitenciario y carcelario, aquí solo exponemos algunos de los más relevantes”, precisan.

Conocidos los reclamos, la directora encargada de la cárcel de Picaleña, Anny Molina Navarro, emitió un documento clasificado como confidencial en el que da cumplimiento al procedimiento fijado por el Inpec cuando internos se declaran en huelga de hambre. Tal directriz señala que se deben adoptar “acciones inmediatas y de conocimiento” para que se revisen las diferentes situaciones que reclaman los reclusos.

“En caso de que los internos levanten la huelga de hambre deben de inmediato informar a esta dirección”, se lee en uno de los apartados del documento interno.

Andrés Sepúlveda es, hasta ahora, el rostro más visible de las interceptaciones a los negociadores de paz de La Habana (Cuba). Tras pactar un preacuerdo con la Fiscalía, fue condenado a 10 años de cárcel por los delitos de concierto para delinquir, acceso abusivo a sistema informático violación de datos personales agravado, uso de software malicioso y espionaje. Desde hace varias semanas está en la cárcel la Picaleña de Ibagué, a donde llegó luego de un intempestivo traslado desde una antigua sede del DAS.

El director de Picañela responde

El director de la cárcel, coronel Jairo Páez, manifestó que desde el momento en que se inició la huelga, que es un mecanismo de presión de los internos para ser atendidos por la parte administrativa, se activaron los procedimientos de atención en salud y se informó a las entidades correspondientes para atender a las personas que participan.

El funcionario hizo referencia a las peticiones. En cuanto al agua señala que Ibagué tiene problemas desde hace muchos años, y Picaleña no es ajena a esto. Sobre el tema de la alimentación, dice que ha sido tutelado en varias ocasiones, pero que siempre se ha ganado, porque se ha demostrado a los internos que se cumple con los parámetros y principios que establece la dirección general, a través de un equipo de nutricionistas.

Actualmente, los presos reciben una dieta de 2.800 calorías que cumple con los principios organolépticos. "Se les rotan 18 menús, durante el mes", asegura.

Páez dice que a los presos del pabellón de alta seguridad, por ser de nivel 1, se les garantiza la seguridad, se les filma desde la preparación hasta la entrega, teniendo en cuenta que por su condición alguien puede atentar contra sus vidas. "Yo me preocupo porque todos los internos sean alimentados y de participar en unas mesas que hacen seguimiento a este tema y que se esté cumpliendo".

Así mismo, se refiere a las quejas sobre malos olores y ruidos. "Ellos siempre se quejan de esto, pero aquí ha venido la Secretaría de Salud y ha concluido que no hay ruido que supere los niveles permitidos, así que no hay razón de ser" señala.

En cuanto al tema de salud, sostiene que, en primer lugar, no recae en los directores, sino en la Unidad de Servicios Penitenciarios, que se encarga de direccionar el funcionamiento. "Ha habido fallas, ha habido un traumatismo durante todo el año, como consecuencia de la transición del antiguo modelo de atención al nuevo modelo que se está implementando", y agrega que los reos tienen atención médica las 24 horas, se les tramitan las autorizaciones con especialistas y un galeno los visita cada dos semanas.

Por último, señala que en Picaleña no se presenta hacinamiento. Actualmente hay un 0.8% de sobre cupo y se está trabajando para reducirlo, informa el coronel Jairo Páez.

Semanalmente entre dos y tres internos entran en huelga de hambre. Hoy se pone mayor atención porque se trata del hacker, puntualiza.

Por Redacción Judicial

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