Juan Monsalve, testigo caso Uribe, aceptó que objetos incautados por Inpec eran suyos

Juan Guillermo Monsalve aceptó que había introducido a su sitio de reclusión un computador, una impresora y un celular, todos ellos objetos prohibidos al interior de los penales del país. / Archivo El Espectador

Un operativo sorpresa del Inpec a las casas fiscales de la Cárcel La Picota puso en aprietos a varios presos de alto nivel, entre ellos a Juan Guillermo Monsalve, testigo estrella del caso Uribe. A Monsalve, que ha señalado al expresidente y ahora senador como uno de los fundadores del Bloque Metro, le fueron encontrados varios artículos que su tenencia está prohibida al interior de los penales del país. Entre estos objetos estaban un computador portátil, una impresora y un celular. 

Sobre estos objetos prohibidos que fueron encontrados en su lugar de detención, Monsalve aceptó en versión libre ante el Inpec que sí había introducido al penal un teléfono, una impresora y un ordenador portátil, así como $152.000 en efectivo. En su confesión, el reo pidió que se tuviera en cuenta su acción para el momento que se emita la sanción en su contra.

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“El sábado 4 de enero me encontraba en la habitación y los del grupo del CRI me dijeron que iban a realizar una requisa de mi habitación. Me llamaron a la media hora y me dijeron que habían encontrado el teléfono, el computador y la impresora y, cuando me requisaron, me encontraron $150.000. Me preguntaron si el teléfono, la impresora y el computador eran míos y les dije que sí y les firmé el documento de radicado de los elementos”, aseguró Monsalve al Inpec.

En su declaración libre, el exparamilitar señaló que tenía conocimiento de que tener dichos objetos prohibidos es una falta grave, “sobre todo el teléfono”. Asimismo, aceptó que su responsabilidad en la tenencia de dichos objetos tecnológicos. Si bien es cierto que varias versiones aseguraron que Monsalve tenía armas blancas y alcohol en su habitación, tanto el Inpec como el propio recluso han sañalado que no ha sido así. 

Además de estos objetos prohibidos, a Juan Guillermo Monsalve le encontraron en su celda un televisor, una nevera, vajilla, un DVD y un decodificador de televisión satelital. Todos estos objeto fueron permitidos debido a la condición especial del exparamilitar, que ha sido víctima de varios atentados al interior de los penales donde ha sido recluido. Para evitar cualquier posible envenenamiento, Monsalve tiene que preparar los alimentos que va a consumir.

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Los hallazgos hechos a Monsalve hicieron parte de un operativo en el que el Inpec realizó varios allanamientos en múltiples centros de reclusión del país durante diciembre del 2019. En esas requisas se encontraron miles de objetos prohibidos para los ocupantes de los penales. Entre estos están, por ejemplo, 374 celulares, 1.043 accesorios para celular, 553 armas blancas artesanales, 4.847 litros de licor artesanal, 16.241 gramos de estupefacientes, $1.486.000 en efectivo, una consola de videojuegos, un teclado inalámbrico, un modem wifi, cuatro sim card, una radio USB, dos Ipad y una cédula.

Por estos hallazgos, el nuevo director del Inpec, general Norberto Mujica Jaime, ordenó la apertura de investigaciones disciplinarias contra los dragoneantes de la cárcel para establecer responsabilidades y así sancionar a quienes ayudaron a ingresar licor, celulares, armas y otros objetos que son prohibidos para los reos. Estas pesquisas apenas están en fase preliminar.

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Una vez se encuentren méritos y se identifique a los responsables, se les abrirá una investigación formal e irán a procesos disciplinarios formales en los que los dragoneantes y demás funcionarios que lleguen a esta involucrados pueden recibir sanciones como multas, suspensiones provisionales y hasta destituciones e inhabilidades para ejercer cargos públicos.

Por ahora, la oficina de control interno de la entidad, que es la instancia encargada de llevar este tipo de investigaciones, está evaluando lo sucedido con una orden de celeridad que viene desde arriba en el Inpec. Sin embargo, el proceso total puede llegar a demorarse unos dos meses.