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La condena al exgobernador de Arauca

Un juzgado declaró a Julio Enrique Acosta Bernal culpable de ordenar el asesinato del registrador Juan Alejandro Plazas Lomónaco en 2003 y recibir dineros del paramilitarismo para financiar su campaña electoral en 2004.

María Camila Rincón Ortega
24 de noviembre de 2013 - 09:00 p. m.
Julio Enrique Acosta Bernal llegó a la Gobernación de Arauca en 2004 financiado por los paramilitares. / Herminso Ruiz
Julio Enrique Acosta Bernal llegó a la Gobernación de Arauca en 2004 financiado por los paramilitares. / Herminso Ruiz

Diez años tuvo que esperar la familia del registrador Juan Alejandro Plazas Lomónaco para que su muerte no quedara impune. El 5 de noviembre pasado el juez quinto penal especializado de Medellín condenó a 28 años de prisión al autor intelectual de este delito: el exgobernador de Arauca Julio Enrique Acosta Bernal, que además fue sentenciado por concierto para delinquir, pues la candidatura que le permitió ser elegido como jefe máximo del departamento en 2004 estuvo financiada por los paramilitares del bloque Vencedores de Arauca.

Según el juez del caso, Cristian Chavarría Muñoz, el crimen de Plazas Lomónaco, ocurrido en 2003, fue perpetrado por este grupo de autodefensas a solicitud de Julio Enrique Acosta Bernal, un líder político de Arauca que consideraba al delegado de la Registraduría “un serio obstáculo de cara a sus pretensiones por alcanzar la Gobernación del departamento”, como señala el fallo. Es decir, Plazas Lomónaco representaba una piedra en el camino para Acosta Bernal y sus cómplices por el cargo que ejercía y por apoyar al Partido Liberal, con el cual Acosta Bernal “tenía una guerra frontal”.

De allí que el juzgado crea que se trató de un crimen político, pues no hubo evidencia de que hubiera un vínculo puramente personal entre víctima y autor intelectual. Precisamente, la participación de paramilitares en el asesinato de Plazas Lomónaco expone la relación entre esta organización criminal y Acosta Bernal. Varios exmiembros del bloque Vencedores de Arauca acogidos a la Ley de Justicia y Paz reconocieron la participación del exgobernador en sus actividades delictivas.

Es más, en una audiencia de versión libre ante la Fiscalía, el 20 de enero de 2009, Miguel Ángel Mejía Múnera, alias El Mellizo, exjefe del bloque Vencedores de Arauca, confesó que él mismo había financiado la campaña con la cual Julio Enrique Acosta Bernal fue elegido gobernador. El precio pactado para sellar el trato fue de $500 millones. El Mellizo tenía órdenes directas de Carlos Castaño Gil para proporcionar el dinero, pues el candidato era un hombre de confianza del comandante de las autodefensas asesinado en 2004.

Según Mejía Múnera, Acosta Bernal se comprometió con él a velar, cuando fuera elegido, por las relaciones de la organización ilícita con las autoridades departamentales y a devolverle $700 millones por el préstamo que le habían hecho. Este acuerdo se consolidó en dos reuniones celebradas en una finca de Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don Berna, según constató la justicia. El contacto entre Julio Enrique Acosta Bernal y El Mellizo contó con la intermediación del paramilitar Félix Bata, alias Tolima, a quien Mejía Múnera y Castaño Gil habían designado comandante de los ‘paras’ en Arauca.

Incluso, Tolima terminó de consolidar el apoyo de las Auc a la candidatura de Acosta Bernal por medio de una reunión que se llevó a cabo con el bloque Capital, facción que operaba en Bogotá. En el encuentro se acordaron las reuniones en la finca de Don Berna, según relató el hijo del comandante Tolima, Félix Tomás Bata Jiménez, el 15 de diciembre de 2010. En sus declaraciones Bata Jiménez contó que los paramilitares bajo el mando de su padre asesinaron a Alejandro Plazas Lomónaco el 10 de julio de 2003. El Mellizo declaró lo mismo.

Las versiones del hijo de Tolima se conocieron después de que su padre fuera asesinado por sus compañeros en un ajuste de cuentas. Según relató El Mellizo, después de que Acosta Bernal sobornara a Tolima y sus hombres para acabar con la vida del registrador de Arauca, él sacó a Bata de la organización y posteriormente ordenó “darle de baja”. El excomandante ‘para’ fue enfático al señalar que la muerte de Plazas Lomónaco fue un favor de los paramilitares. Ferney Alvarado Pulgarín, alias Cúcuta, el confeso autor material del crimen, declaró en febrero de 2009 que el exgobernador de Arauca fue quien le pagó $10 millones por dispararle al funcionario.

En su defensa, Acosta Bernal le aseguró al juzgado que entre 1999 y 2003 ejerció como cónsul en Singapur, por lo que a su regreso a Arauca el territorio ya estaba bajo control de los paramilitares. Es decir, a su llegada el “problema” ya estaba, pero él nunca promovió su accionar ilegal. De hecho, aduce que la intención del bloque a cargo de El Mellizo era llegar a Venezuela para traficar cocaína, sin embargo, según el exgobernador, esa situación jamás ocurrió pues cuando fue elegido los atacó y obligó a su desmovilización el 24 de diciembre de 2005.

A Acosta Bernal se le archivó otro lío judicial el 27 de diciembre de 2012. El problema que enredaba al exgobernador de Arauca era el asesinato de la recepcionista del Instituto de Salud de Arauca, Nubia Jaimes, ocurrido en junio de 2003. Sin embargo, un fiscal consideró que los testimonios en contra de Acosta Bernal eran falsos y por esa razón compulsó copias para investigar un posible complot. En todo caso, Julio Enrique Acosta Bernal, detenido el 15 de marzo de 2011 por el DAS, deberá pagar 28 años y medio en prisión y tendrá que pagar además 50 salarios mínimos legales mensuales vigentes por los daños morales provocados a los familiares de Plazas Lomónaco.

Por María Camila Rincón Ortega

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