La historia de ‘La Empresa’ que aterroriza a Buenaventura

Las autoridades le cierran el cerco cada vez más a esta red de narcotráfico y extorsión. La reciente captura de alias ‘Robert’, su principal líder pone en aprietos a los responsables del 30% de los desplazamientos  en el puerto.

Stefanie Matiz Cortés
14 de abril de 2017 - 02:52 p. m.
La historia de ‘La Empresa’ que aterroriza a Buenaventura

Por el puerto de Buenaventura se mueve el 50 por ciento de las exportaciones del país, sin embargo la ciudad parece condenada a repetir su trágica historia marcada por la coca, la explotación ilegal de oro, guerrilla, paramilitares y masacres. En esta ciudad llena de contrastes; con excesiva riqueza, pero una pobreza extrema, se instaló una empresa criminal que arrasó con el comercio a través de la extorsión y el secuestro.

Fue en 2006 cuando se comenzó a hablar de la llegada de una nueva empresa que generaría empleo, que atraería inversionistas. Ilícita, sus planes eran claros: adueñarse de la criminalidad en el puerto. “La Empresa”, así se denominó esta organización fundada por Carlitos Capri, dueño discotecas y locales comerciales.

La estructura se inició con unos diez hombres y se fue expandiendo con el reclutamiento  de todo tipo de delincuentes: ex paramilitares, ex guerrilleros e integrantes de pandillas. En poco tiempo, el grupo tomó el control de todas las rutas de salida de droga hacia Panamá y Centroamérica, las extorsiones a mineros y comerciantes, secuestros y desapariciones.

La ‘sucursal’ de esta compañía dedicada al terror se instaló en la Comuna 12, en los barrios Caldas, Unión de Vivienda, Nuevo Amanecer, Progreso y parte del Carlos Holmes en el puerto. Su poder llamó la atención de las autoridades, quienes comenzaron a actuar en su contra y lograron la captura de al menos cinco de sus principales líderes.

Sin embargo, en 2015 Robert Daniel Quintana Ángulo de 28 años de edad, nacido en  Buenaventura, y quien inició a su trayectoria criminal a los 18 años de edad, en su ciudad natal asumió el mando y reorganizó la estructura, enfocado en el reclutamiento de menores de edad  a lo largo y ancho de las comunas ocho, nueve, diez, once y doce.

El barrio donde se instaló alias ‘Robert’ o ‘cholo’ funcionaba en una lógica similar a la de un campamento guerrillero, con varios anillos de seguridad y francotiradores apostados en esquinas estratégicas, armamento de apoyo que podía accionar ante alguna incursión de sus principales rivales,  la llamada “banda Local”, o por la presencia de autoridades.

Convirtió la comuna doce en su fortín, sabiendo que necesitaría muchos inmuebles por donde moverse y ocultarse para evadir los controles de la fuerza Pública, optó por amenazar y desplazar a familias enteras,  que huyeron de estos sectores para dejar sus hogares en poder de “La Empresa”.

Ejercía su mando entre las técnicas del terror y el carisma, pues sabía que debía ‘ganarse’ a los pobladores de la zona. Así que comenzó a mediar entre las disputas de vecinos y familias e incluso resolvía conflictos de pareja. Se mantenía al tanto de todo lo que pasaba a su alrededor. Señalaba quién tenía la razón, quién era culpable y quién inocente. Un juez sin toga ni birrete. En su lugar, usaba cadenas de oro y todo tipo de accesorios llamativos. Se movía a su anchas por el puerto con un séquito de escoltas,  en su gran mayoría menores de  edad.

Era un tipo escurridizo y en estos dos últimos años logró evadir en cuatro oportunidades el cerco de las autoridades. Se le atribuyen más de 21 homicidios directos, cometidos durante los últimos tres años y se logró establecer su responsabilidad en una casa de pique, ubicada en el barrio Francisco José de Caldas.

Durante este tiempo en el que fue seguido de cerca, alias ‘Robert’ junto a lo demás responsables de “La Empresa” generaron aproximadamente el 30% de los desplazamientos forzados registrados en Buenaventura, los cuales alcanzaron unas 37.000 víctimas, especialmente de las comunas diez y doce.

Su negocio forjado precisamente en esas comunas le producía unos 15 millones de pesos semanales, producto  solamente del cobro de extorsiones a tenderos y comerciantes.  La renta criminal que le generaba el tráfico de estupefacientes era otra cosa aún mayor.

Por más de seis meses la Policía y la Fiscalía lo seguían de cerca, anticiparon cada uno de sus movimiento y fue así como una semana antes del operativo en que fue capturado, las zonas de operación de “La Empresa”  fueron saturadas con comandos de Operaciones Especiales GOES, quienes realizaron procedimientos de control en los barrios más álgidos y muy cercanos a la guarida de ‘Robert’.

Este operativo les permitió a investigadores de la Dijin infiltrarse no solo en la comuna doce sino ingresar a los barrios Caldas, Unión de Vivienda y Vista Hermosa, haciendo uso de fachadas y penetrando el tejido social de esa comunidad que tímidamente empezaba a dar muestras de la real ubicación del principal líder de “La Empresa”.

Al tener ya su localización exacta, el pasado siete de abril, agentes de la Dijin en tierra y aire, apoyados por un avión de la Fuerza Aérea Colombiana realizaron ocho diligencias de allanamiento,  donde capturaron a Robert  Daniel Quintana Angulo y cinco de sus socios y les incautaron armamento  y munición de guerra.

La Policía le sigue cerrando el cerco a esta organización. Esta vez el frente de ataque en su contra tiene que ver con la recuperación de la comuna 12, zona declarada como el fortín de “La Empresa”.

Por Stefanie Matiz Cortés

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