Las claves del fallo que les quitó casas y carros a la familia de Pablo Escobar y a "Popeye"

Un juzgado de Antioquia les quitó bienes, avaluados por más de $6 mil millones, a los familiares de uno de los capos más famosos del mundo y a uno de sus sicarios. Para el juez, no hay duda alguna de que el dinero con el que se compraron provino del narcotráfico.

Redacción Judicial
25 de febrero de 2018 - 01:16 p. m.
Pablo Escobar fue el jefe del cartel de Medellín. "Popeye" resultó siendo su sicario más conocido.  / Fotos: Archivo y AFP
Pablo Escobar fue el jefe del cartel de Medellín. "Popeye" resultó siendo su sicario más conocido. / Fotos: Archivo y AFP

Pablo Escobar Gaviria recibió un tiro por la espalda en diciembre de 1993 y cayó muerto sobre un tejado de una casa en Medellín. John Jairo Velásquez Vásquez, alias Popeye, exsicario del Cartel de Medellín, asegura que mató a por lo menos 3 mil personas y en 1992 entró a la cárcel para pagar su condena por su prontuario como el gatillero de Escobar y quedó libre en agosto de 2014. Aunque desde los años 80 se sabía de las andanzas de estos dos personajes, más de 30 años después la justicia sigue tratando de castigar a los narcos y de reparar a sus víctimas.

Una reciente decisión de un juzgado penal de Antioquia es prueba de ello. El pasado 16 de febrero, el juez Juan Felipe Cárdenas declaró que 16 bienes que estaban a nombre de la mamá y una hermana de Popeye, de Victoria Eugenia Henao Vallejo, exesposa de Escobar, dos de sus hermanos y varios sobrinos, debían, por fin, dejar de ser de ellos y pasar a ser de domino del Estado. A este proceso se le conoce en el mundo jurídico como extinción de dominio, y en este caso, la Fiscalía llevaba ya 14 años tratando de quitarles el dominio de estos bienes, avaluados en más de $6 mil millones.

Para el juzgado, no existe duda alguna de que el dinero con el que la familia Escobar y Velázquez Vásquez compró casas, bodegas, parqueados y hasta carros, provino de los negocios del narcotráfico, en cabeza de Pablo Escobar. Y aunque varios de los familiares de Popeye trataron sin éxito de documentar de dónde había salido la plata para comprar los bienes, el juez encontró pruebas suficientes para probar que el dinero, en realidad, no había sido obtenido de forma ilegal y los involucrados en el caso no tenían el derecho de quedarse con sus propiedades. 

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Según la sentencia, Escobar sembró una “época gris”, en compañía de Popeye, “llena de terror y violencia que llenó de dolor y luto a Colombia, con unos 60 carrosbomba y otros 140 atentados con explosivos entre 1988 y 1993, silenciado a su paso miles de vidas, dejando viudas, huérfanos  y mutilados; y una nefasta imagen de Colombia frente al mundo que penas de a poco se ha ido desvaneciendo. Resulta sumamente claro cómo la procedencia de sus bienes que figuran a su nombre tiene su origen absolutamente espurio y son producto de las rentas del narcotráfico”.

Al no tener dudas de la procedencia del dinero, una de las claves de este fallo, el juez Cárdenas explicó uno de los puntos de más polémica en casos de extinción de dominio: el papel de los terceros que aseguran ser de buena fe. En este expediente fueron vinculados varios familiares de la exesposa del capo Escobar quienes, según la Fiscalía, le compraron bienes a uno de los hermanos del jefe del Cartel de Medellín en la época en donde ya se conocía muy bien las andanzas de Escobar y sus secuaces. 

La defensa de la familia de Victoria Eugenia Henao Vallejo le explicó al juzgado que sus clientes habían comprado de buena fe los bienes pues, aseguraron, el negocio nunca estuvo intermediario por Pablo Escobar. Sin embargo, para el tribunal esa explicación no tiene sustento alguno pues, desde los años 80 ya se sabía de los negocios turbios de Escobar y no era posible que ellos no lo supieran. Según el fallo, esta transacción no fue otra cosa que una estrategia de la familia del capo para ocultar “el origen ilícito de los recursos”.

Por otra parte, el juez Cárdenas también fue claro al sentar su postura con respecto a los bienes que estaban en nombre de la exesposa del capo. La defensa de Victoria Eugenia Henao, que hoy responde al nombre de María Isabel Santos, le explicó al tribunal que no era correcto entablar una proceso de extinción de dominio en su contra, relacionado con los delitos de enriquecimiento ilícito y testaferrato, pues para la fecha en la que se compraron los bienes, esos delitos no estaban en el Código Penal y, en consecuencia, no se podían imputar tiempo después 

Según el fallo de 150 páginas, el argumento de la defensa de Santos tampoco es válido pues, desde la época en la que se compraron los bienes, ya se sabía de dónde provenía el dinero de la familia de Escobar. “Aquí se cuestiona el origen de los bienes, por se contrario a la forma como ha de constituirse el patrimonio en Colombia, no pudiendo acceder de otra forma distinta a la lícita, fruto del trabajo honesto”, dice la sentencia, descalificando la posición de Santos y su defensa pues, a todas luces, dice el juez, es claro que el dinero llegó a la familia de Escobar a través del envío de toneladas de cocaína al exterior. 

Popeye tampoco se salvó

En cuanto al caso de Popeye, la sentencia es igual de exigente que con los bienes a nombre de la familia de Escobar. El juez Cárdenas estudió una a una la procedencia de las casas, un carro y bodegas a nombre de los Velásquez Vásquez. Además, hizo un barrido a todas las pruebas que presentaron y a los testimonios que el propio Popeye realizó en el juzgado. Para descartar la teoría de que el sicario le dio a su familia toda la plata que ganó al lado de Escobar, el propio sicario explicó que no tenía una relación directa con ellos.

Popeye señaló que durante los 22 años que estuvo en la cárcel, nunca lo visitó su familia y que el solo vínculo de sangre no era una razón para asegurar que su dinero había sido enviado a sus familiares pues “era una atropello”. Aseguró, además, que todo el dinero se lo gastaba a diario pues temía que lo mataran y se perdieran sus ganancias. El juez descartó de tajo la explicación del gatillero, pues ni él ni sus familiares lograron probar de dónde había salido el dinero para la compra de los bienes.

La familia Velásquez Vásquez tampoco explicó con claridad por qué desde 1989, año en el que Popeye ya estaba al lado de Escobar, se presentó un “inexplicable incremento en el patrimonio de su familiar”. La mamá de Popeye, inclusive, trató de disimular su patrimonio explicándole al juzgado que había corrido con la suerte de ganarse la lotería de la Cruz Roja y varios chances en Medellín. Sin embargo, el juez encontró que a su despacho nunca llegaron los soportes de los premios y tampoco comunicación alguna de los organizadores de las rifas. 

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Otro de los puntos que llama la atención del fallo es un fuerte llamado de atención que le hizo el juzgado de Antioquia a la Fiscalía. Según los reportes que estudió el tribunal, en varios de los bienes, en especial los que estaban a nombre de los familiares de la exesposa de Escobar, el ente investigador levantó una medidas cautelares y permitió que los dueños vivieran y disfrutaran por más de cinco años, de estos bienes, cuando desde 2004 habían pasado a ser parte de este proceso de extinción de dominio. 

Asimismo, la sentencia del juzgado penal de Antioquia documenta que desde la época en la que empezó el proceso de extinción hasta la fecha, había un carro Mercedes Benz modelo 1977 a nombre del capo Escobar, asesinado en 1993. El porqué hasta 2018 la justicia logró quitarle el vehículo al narco no es claro. Como tampoco lo es que un proceso de extinción de dominio a personajes con el prontuario del propio Escobar y Popeye y sus familiares haya tardado 14 años en solucionarse. Un caso más en el sistema judicial colombiano en el que aplica la sonada frase: "La justicia es lenta, pero llega".

Por Redacción Judicial

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