"Las Fuerzas Militares no se deben reducir": general César Augusto Parra

El comandante de la Sexta División del Ejército, que opera en Putumayo, Caqueta y Amazonas, habla de los logros tras la firma del Acuerdo de Paz con las Farc, pero dice que aún persisten amenazas que deben combatirse, como las disidencias, el Eln y las bacrim.

William Acero Arango / Especial para El Espectador
14 de diciembre de 2018 - 05:28 p. m.
El general César Augusto Parra León, comandante de la Sexta División del Ejército. / Archivo
El general César Augusto Parra León, comandante de la Sexta División del Ejército. / Archivo

El general César Augusto Parra León es el comandante de la Sexta División del Ejército, que tiene jurisdicción en los departamentos de Putumayo, Caquetá y Amazonas, una de las regiones más golpeadas por el largo conflicto con las Farc, que llegó a su fin tras el Acuerdo de Paz firmado en 2016. Con 34 años en la milicia, ha vivido de cerca la guerra y ahora reconoce que el proceso de paz, a pesar de sus falencias, sí le ha servido al país, en especial, a esas zonas de la llamada media Colombia.

Una pregunta de coyuntura: ¿qué piensa del relevo en la cúpula militar que acaba de hacer el presidente Iván Duque?

Son oficiales de lujo y es del resorte del señor presidente y de su ministro de la Defensa hacer estos cambios. La mayoría de generales, almirantes y, en general, oficiales de todas las fuerzas, siempre aspiramos a ser sus comandantes.

Sin embargo, usted sabe que también lo pueden llamar a calificar servicio…

Soy consciente de eso y el día que me tenga que ir, lo haré feliz. He disfrutado mí trabajo, he servido con amor a la patria, me he formado gracias a mi carrera y hasta cuando el señor presidente lo tenga a bien, estaré aquí respondiendo. Parte de mi vida militar se lo debo a muchos de los que han estado a mi lado, mis soldados. No se puede llegar a ser general sin el trabajo de los hombres que lo acompañan a uno.

Mucho se ha hablado de la reestructuración de las Fuerzas Militares en el posconflicto, ¿deben reducirse?

No y nuestros comandantes señalan que cada día debemos ser más fuertes, y a los hombres hay que mantenerlos. Tenemos que cuidar las fronteras, tenemos amenazas de grupos delincuenciales, tenemos amenazas que persisten en algunas regiones.

¿No será que 250 mil hombres en el Ejército son muchos, teniendo en cuenta que las Farc se desmovilizaron?

No, creo que no es un Ejército grande. Tenemos unas fronteras porosas, tenemos que tener batallones fuertes, hay que combatir las disidencias, el Eln, las bandas criminales. La defensa de la soberanía nacional es lo más importante.

Putumayo, Caquetá y Amazonas se caracterizaron por el tema de la coca y la lucha insurgente, ¿ha cambiado algo tras la firma de la paz?

Yo fui comandante del Comando Operativo 6 y en muchas oportunidades me tocó recoger a mis soldados mutilados, sin piernas, sin una mano, ciegos, quemados, muertos. En el tiempo que llevo aquí, no hay toma de poblaciones, no hay muertos ni heridos, tenemos total control de la zona. Es evidente que seguimos combatiendo a las bandas delincuenciales, pero no como cuando estaban las Farc. Cuando llegué aquí como general, le hice un llamado a empresarios, ganaderos, comerciantes de los tres departamentos y le hemos cambiado la cara a esta zona del país. Ya tenemos miles de turistas que llegan a diario porque tenemos fauna, flora, ríos y mil cosas para mostrar.

¿Pero cómo está el orden público?

Desde 2016, cuando las disidencias mataron dos soldados, no hemos tenido más hombres asesinados. Seguimos trabajando con la Fiscalía y con todas las demás autoridades para combatir esas disidencias y trabajar con la comunidad.

¿Qué tan crítico es el tema de las disidencias en la región?

Tenemos criminalidad y son fuertes. Alias “Cadete” es uno de los bandidos que tenemos en la mira, pero son estructuras disidentes que se dedicaron al narcotráfico. Nosotros seguimos trabajando para capturarlos o darlos de baja, sin embargo, este año hemos aprehendido a 26 bandidos y nos preocupan algunos hechos en Caquetá y Putumayo sobre extorsión y narcotráfico. Sabemos de llamadas a muchos de los que se desmovilizaron para que vuelvan a las cuadrillas de bandoleros, pero les estamos llegando con todo el peso de la ley.

Hay un tema difícil que toca al Ejército y es el de los llamados “falsos positivos”, ¿cómo enfrentar este tipo de situaciones estando al mando de más de 20 mil hombres?

Hoy tenemos unas Fuerzas Militares mucho más organizadas, más estructuradas, más comprometidas con los derechos humanos. Se ha dado capacitación a nuestros hombres y nuestros superiores diariamente nos están señalando el camino, la ruta, los valores, la honestidad, trabajando con cada uno de los comandantes para ser ejemplo.

Otro tema difícil es el de los cultivos de coca…

Nosotros venimos trabajando en las distintas áreas de erradicación con las políticas del Gobierno Nacional. Hemos erradicado manualmente más de 12.000 hectáreas en los tres departamentos. En el Putumayo fue muy difícil, y desde el año pasado venimos trabajando con los campesinos para erradicar y lo estamos haciendo. Reunimos a las comunidades y entendieron que esto había que hacerlo y hoy es un éxito. Ya no hay bloqueos y tenemos total control del territorio.

¿Percibe usted que los campesinos no quieren seguir en la siembra de Coca?

En realidad sí, están cansados de este tema ilícito que solo les ha dejado desolación, desgracia y amargura. Siguen igual de pobres y no quieren seguir en esto. También porque sienten la presión del Ejército, de la Policía y del Estado. En algunos lados ya les presentamos otros proyectos con otro tipo de cultivos y ya se están ejecutando.

Por William Acero Arango / Especial para El Espectador

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