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Los enlaces del DAS en Bélgica

El Espectador revela la historia de dos contactos de la agencia de inteligencia en Bruselas. Ambos recibieron 7.000 euros por información que transmitieron a la entidad entre 2003 y 2006.

Juan David Laverde
25 de octubre de 2015 - 02:00 a. m.
El exdirector del DAS Jorge Noguera fue condenado a 25 años de prisión por homicidio. En la imagen, facsímiles de la Operación Europa. / Archivo
El exdirector del DAS Jorge Noguera fue condenado a 25 años de prisión por homicidio. En la imagen, facsímiles de la Operación Europa. / Archivo

Desde que se posesionó como director del DAS en agosto de 2002, Jorge Noguera Cotes, además de poner el organismo de inteligencia al servicio del bloque Norte de las autodefensas, tuvo una obsesión: espiar a todas las organizaciones de derechos humanos que se movían en Europa denunciando los abusos de agentes del Estado en ese largo etcétera de violencias perpetradas por los ejércitos ilegales de la casa Castaño. Esas operaciones de espionaje y seguimiento quedaron en evidencia luego de que estallara el escándalo de las chuzadas en febrero de 2009. Hoy, las autoridades judiciales de Bruselas (Bélgica) investigan cómo actuó el DAS en su país.

En los miles de archivos de la policía secreta aparecieron reportes de distintas misiones que tuvieron como objetivo monitorear a los opositores del gobierno de Álvaro Uribe Vélez. Por ejemplo, la justicia documentó la llamada Operación Europa, que buscaba “neutralizar el sistema jurídico europeo”, y para tal fin fue encargado el agente Germán Villalba, condenado ya por este caso y quien se ganó el remoquete del Canciller del DAS por haber extendido, tal como lo dijo la Fiscalía, el concierto para delinquir al Viejo Continente. La orden de Noguera fue precisa: desarrollar un modelo de “interceptación” que le permitiera prevenir al gobierno “las maniobras ejecutadas por las ONG”, según declaró Jaime Ovalle, director del grupo G-3 del DAS.

Dicha célula secreta operó a sus anchas entre 2003 y 2005 y realizó operaciones de desprestigio contra periodistas, abogados, defensores de derechos humanos, magistrados y dirigentes políticos de izquierda. El propio Germán Villalba relató en una de sus declaraciones que cuando fue asignado como oficial de enlace ante la Dirección Antidrogas de Italia en 2003, el director Jorge Noguera le pidió reclutar fuentes para seguir a los blancos escogidos por el DAS. Jaime Fernando Ovalle le decía que por orden de la Dirección de Inteligencia había que cubrir algunos eventos realizados en países como Bélgica, España, Italia, Portugal, Francia y Holanda.

En esencia lo que se pretendía era investigar los supuestos nexos de estas ONG con las guerrillas. La clave era que en Europa la imagen del Gobierno estuviera protegida. Germán Villalba sostuvo hace cinco años ante la Fiscalía, sin aportar mayores detalles, que consiguió dos fuentes en Bélgica para estas vueltas, a quienes identificó como Víctor Hugo y Patricia. Por estos hechos, varias organizaciones de derechos humanos denunciaron al gobierno Uribe por la persecución de la que fueron víctimas en Europa por parte del DAS. Un juez de Bruselas comenzó a indagar y aunque el caso estuvo quieto durante años, las autoridades belgas identificaron a estas dos personas y los interrogaron sobre su trabajo con el organismo de inteligencia colombiano. El Espectador conoció esas declaraciones.

Se trata de Víctor Hugo Herrera y Patricia Lucía Betancourt. Ambos aceptaron haber recibido dinero del DAS, pero negaron cometer delito alguno. “Todo se hizo con fuentes abiertas, internet”, fue su explicación. Herrera, nacido en enero de 1962 en Colombia, contó que tiene nacionalidad belga y que ha trabajado como funcionario en ese país. También dijo que sus nexos con la policía secreta empezaron en 2003 por cuenta de su excuñado Hugo Abondano, un mayor de las Fuerzas Armadas que le presentó en el Club Militar de Bogotá a Germán Villalba. Una vez hecho el contacto, el detective empezó a pedirle información.

Incluso, relató Herrera que Villalba le presentó al mismísimo Jorge Noguera en una oficina en Bogotá, que éste sabía de la propuesta que le hicieron de “ayudar” al DAS y que ese día le preguntó Noguera si haría esto “por la patria”. A lo que contestó Herrera: “Si hiciera eso por la patria no cobraría mis honorarios”. No volvió a hablar nunca con Noguera. Con Villalba, en cambio, se vio en varias ocasiones en Europa. “Germán me pidió encontrar información sobre personas y organizaciones que denigraban al presidente Uribe y de Colombia”. Añadió que aceptó la propuesta y que el dinero por este trabajo debía ser consignado a una cuenta bancaria en Colombia.

“No sufrí ninguna presión por este tipo de colaboración. No firmé nada”, sostuvo. Asimismo, relató que vio a Villalba unas cinco o seis veces entre 2003 y 2006 en lugares públicos en Bélgica, incluida su casa, o cuando fue a Roma y se hospedó en su apartamento ubicado en Castel Gandolfo. Según dijo, el agente del DAS le decía que esta información era para la embajada, sin más detalles. “No había una frecuencia particular, Germán me contaba cuando venía a Bélgica y yo lo recogía en el aeropuerto”. Al ser interrogado sobre qué tipo de información remitió al DAS, Víctor Hugo Herrera señaló categórico: “Se trata de información proveniente de fuentes abiertas. Buscaba en internet información y se la transmitía a Germán”.

De acuerdo con su versión, durante los años que envió información al DAS, toda bajada de Google y de otros motores de búsqueda, recibió unos 5.000 euros. “Compré un apartamento en Bogotá con ese dinero”, dijo, y agregó que su única motivación era obtener un dinero y que a pesar de que supo del escándalo del espionaje del DAS en Colombia, “no sentí que eso tuviera relación conmigo, dado que solo transmití información proveniente de internet”. Por último, negó haber visitado las sedes de varias ONG en Europa que tuvieran relación con Colombia y sólo reconoció haber asistido a una conferencia en Bélgica “sobre la violación de los derechos indígenas mapuches en Chile”.

Por su parte, Patricia Lucía Betancourt manifestó haber nacido en Venezuela en 1961. Según dijo, su amiga Lucely Valencia le presentó a la subdirectora de Operaciones del DAS Martha Inés Leal —condenada también por las chuzadas—, a quien había conocido en la universidad. “Alrededor de 2002 o 2003 Lucely me contactó para decirme que Martha buscaba a alguien en Bruselas. Lucely le había dicho que yo era periodista y que podría ayudarla. Martha se contactó conmigo. Ella quería saber cuál era la imagen de Colombia en Europa y cuáles grupos y personas hablaban mal o bien del país. Quería saber quién hacía lobby en ambos lados”, contó Betancourt.

También relató que como manejaba una revista sobre el mundo hispano en Bélgica, le quedaba fácil recolectar información abierta sobre Colombia. “Martha me explicó que había alguien en Europa encargado de recolectar estas informaciones, le entendí que había personas como yo en toda Europa. Acepté la propuesta, porque no le vi nada de malo. Para mí era como trabajar para el gobierno”. Luego conoció a Villalba, quien le pidió un perfil de personas que tuvieran relación con Colombia. “En esa época había una persona llamada Benita Ferrero, que era comisionada de Relaciones Internacionales de la Comisión Europea (...) No transmití ninguna información sobre ella más que su lugar de trabajo y sus funciones en la Comisión”.

Betancourt indicó que transmitió algunos nombres de personas e instituciones europeas, pero que todas esas informaciones eran públicas y estaban en internet. Con su contacto del DAS, a quien identificó como Manuel (presumiblemente se trataba de Germán Villalba), esta mujer llegó a un acuerdo: cada vez que enviaba esa información debían pagarle 600 euros. La mayoría de sus reportes eran por correo electrónico, aunque se encontró con este agente del DAS “dos o tres veces” entre 2004 y 2005. En total, contó, recibió 2.000 euros por su colaboración.

Tras la salida de Jorge Noguera del DAS en octubre de 2005, la Operación Europa se cerró. “Me dijeron que no me necesitaban más porque el nuevo director no estaba interesado en este tipo de trabajo”, concluyó su relato Betancourt. Tanto ella como Víctor Hugo Herrera enfrentan denuncias por haber sido enlaces del organismo de inteligencia en Bruselas. Ellos insisten en su inocencia. En Colombia las víctimas del DAS quieren que el proceso en Bélgica se mueva. Su tesis es simple: “Nadie paga 7.000 euros por bajar artículos de internet”.

Por Juan David Laverde

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