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Los pecados del senador Martín Emilio Morales

El congresista fue capturado por supuestos nexos con paramilitares, tráfico de estupefacientes y el homicidio del exalcalde de San Antero Wílmer Pérez Padilla, quien fue condenado por parapolítica.

Redacción Judicial
10 de marzo de 2016 - 04:35 a. m.

Las declaraciones de un grupo de paramilitares que nunca se acogieron al proceso de Justicia y Paz y entraron a engrosar las filas de la banda criminal los Urabeños —hoy clan Úsuga— son el sustento de la captura de Martín Emilio Morales Diz, senador del Partido de la U. Según la Fiscalía, el congresista es señalado por estos hombres de estar enredado en temas de narcotráfico, de sostener vínculos con los paramilitares y bandas criminales que le habrían ayudado en su ascenso al Senado y de estar implicado en el homicidio en 2009 de Wílmer Pérez Padilla, exalcalde de San Antero (Córdoba).

El senador Morales Diz, oriundo de San Antero, fue arrestado por solicitud de la Corte Suprema de Justicia, que espera escucharlo en indagatoria para que explique los señalamientos que en su contra hicieron paramilitares que aseguraron haber sido parte del bloque Córdoba. Los delitos por los cuales está siendo investigado son concierto para delinquir, tráfico de estupefacientes y homicidio. Y, según información de la Fiscalía, las investigaciones se remontan a hechos ocurridos hace diez años.

Al parecer, los nexos del congresista y el bloque Córdoba existían desde 2006 y continuaron luego de la desmovilización de los paramilitares. Los testigos en contra de Morales Diz son hombres procesados por sus andanzas en el clan Úsuga, cuyas declaraciones se habrían dado en un acuerdo de colaboración con la justicia. Pero el hecho más grave por el que es investigado es la muerte de Wílmer Pérez Padilla, exalcalde San Antero y quien fue asesinado en su casa el 30 de junio de 2009. Un dato dentro de esta historia que no se puede ignorar es que el senador Morales Diz fue el sucesor de Pérez Padilla en la Alcaldía, de la cual estuvo al frente entre 2004 y 2007.

La Fiscalía informó que el exalcalde Pérez Padilla en la época que fue asesinado tenía investigaciones por sus vínculos con paramilitares y por supuestas irregularidades administrativas en el manejo de las regalías del municipio. Es más, en 2006, después de haber sido alcalde entre 2001 y 2003, fue capturado por peculado por apropiación, contratación indebida y falsedad en documento público. Logró que le dieran prisión domiciliaria y en noviembre de ese mismo año atentaron contra su vida.

El exalcalde de San Antero se salvó, pero sus líos con la justicia se agudizaron en 2007, cuando estalló el escándalo del Pacto de Ralito, que dejó en evidencia las relaciones entre políticos y paramilitares. Pérez se entregó a las autoridades luego de que su nombre saliera a la luz pública y fue condenado a 56 meses de prisión por sus vínculos con las autodefensas. Sin embargo, en 2009 murió a manos del sicario Jasson Leudo Chavarra, alias Kevin.

Otro señalamiento que se ha hecho contra el senador Morales Diz es que su elección al Senado en 2010 fue posible gracias al apoyo que recibió de la excongresista Zulema Jattin, investigada por parapolítica. La Misión de Observación Electoral (MOE) advirtió en 2010 que Martín Emilio Morales Diz llegaba al Congreso como el reemplazo de Jattin, quien supuestamente legislaría en cuerpo ajeno. Jattin salió del Senado en mayo de 2009, luego de ser capturada por supuestos vínculos con los paramilitares.

Las pruebas contra Jattin eran el testimonio del exjefe de las autodefensas Iván Roberto Duque, alias Ernesto Báez, y de tres exescoltas de Salvatore Mancuso, quienes aseguraron que la exsenadora se reunió con el extraditado comandante paramilitar para recibir apoyo en las elecciones al Congreso. Asimismo es señalada de supuestamente haber sostenido reuniones con Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40.

La carrera política de Martín Emilio Morales Diz sólo había sido cuestionada por supuestas irregularidades administrativas a su paso por la Alcaldía de San Antero, cuando reemplazó al difunto Wílmer Pérez Padilla, quien también era cuestionado por su labor como alcalde. Sin embargo, la Corte Suprema decidió en diciembre de 2011 no investigar al senador Morales Diz por estos hechos. Ahora deberá responder por los nuevos señalamientos, que lo implican en temas de narcotráfico y asesinatos que al parecer se dieron en medio de relaciones con paramilitares.

Por Redacción Judicial

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