Los últimos pasos de Hans Tafur, el niño abusado y asesinado en Samaná

El menor de 7 años desapareció el pasado 22 de diciembre y fue hallado cuatro días después en estado de descomposición. Fue herido mortalmente con arma blanca y mostraba indicios de violencia sexual.

Cristian Steveen Muñoz Castro / @CistianSteveen
29 de diciembre de 2018 - 02:00 a. m.
La carta de Navidad que dejó Hans Tafur.  / Cortesía
La carta de Navidad que dejó Hans Tafur. / Cortesía

Una de las pasiones de Hans Eslaider Tafur era el fútbol. El hincha de Atlético Nacional, de tan solo 7 años, no se perdía cualquier evento que tuviera que ver con el deporte que lo entusiasmaba. Eso quizá explica por qué el pequeño Hans en la noche del 22 diciembre, antes de que se reportara su desaparición en el corregimiento de San Diego, en Samaná (Caldas), no acató el llamado de su abuela para que se fuera a la casa. Al menos así lo explicó Hermes Triana Bravo, padre del menor que, según la necropsia de Medicina Legal, murió en manos de alguien que le propinó tres heridas con arma cortopunzante que le afectaron pulmones y corazón. Como si fuera poco, también mostraba señales de acceso carnal violento.

Hans Eslaider Tafur se encontraba en la casa de su abuela. Iba en vacaciones o en las semanas de receso que conceden los colegios en el primer y segundo semestres de cada año, pues su familia materna es oriunda de esa región del país. El padre de la menor le dijo a este diario que su hijo llevaba ocho días en San Diego antes de su desaparición y que ese 22 de diciembre, luego de la celebración del séptimo día de la novena de aguinaldos, se realizó un evento de fútbol. Se despidió de sus compañeros y cogió calle abajo, “pero nunca vieron que alguna persona se llevara al niño”, dice Triana Bravo, quien reside en Caparrapí (Cundinamarca).

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“Cuando la abuela vio que el niño no llegó, dio aviso a la Policía y empezó a alertar a la comunidad de la pérdida de Hans. Buscaron en los sitios más cercanos, pero nunca lo encontraron”, refirió el padre. Incluso, también relató que todos los días, sobre las 8 de la noche, suena una alarma en el corregimiento como señal de que los menores deben irse para sus casas, pero ese día, según le contaron, no sonó. Intranquilos con lo que acontecía, los familiares del niño empezaron por medio de contactos a dar aviso a otras autoridades y a medios de comunicación. Todo fracasó. Cuatro días después, Hans Eslaider Tafur fue encontrado aproximadamente a 100 metros de la casa de la abuela, en un caño.

El que encontró al niño fue un hombre que estaba por la zona cortando leña para hacer una barda, cuando se percató de que varios buitres se alimentaban en el caño del corregimiento. El cuerpo del menor, explicó el papá, estaba en estado de descomposición y el hombre que lo encontró alertó a la Policía. La madre, Leidy Tafur, lo reconoció. Mientras buscaban al menor se tejieron varias hipótesis, pero tanto para el padre como para la madre nunca fueron creíbles. “Esa corazonada de que al niño lo habían matado se me vino. Desde un principio creímos que Hans no había tenido ningún accidente”, describió Hermes Triana Bravo.

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Para Triana es extraño que esto hubiese sucedido en el corregimiento de San Diego, pues, dijo, “es muy sano”. Recuerda a su hijo por su interés en todo lo que veía, le gustaba aprender y era muy social. Además, era inteligente y obediente, dice. Su mamá vivía por él y le daba todo lo que necesitaba. Hans Eslaider Tafur era estudiante de primer grado en la institución educativa Marco Fidel Suárez de La Dorada (Caldas). Luego de que el secretario de Gobierno de Caldas, Carlos Alberto Piedrahíta, entregara el reporte de Medicina Legal, las investigaciones se centran en dar con el o los responsables del crimen.

A pesar de que hay indicios de posibles sospechosos, al cierre de esta edición las autoridades aún no habían entregado un pronunciamiento oficial. El caso rápidamente escaló hasta el presidente Iván Duque, quien pidió a las autoridades que este hecho no quede en la impunidad y que el responsable pague la máxima condena. “Siento inmenso dolor por el crimen del menor Hans Eslaider Tafur en Samaná, Caldas. Mis más sentidas condolencias a sus familiares. No toleraremos la violencia contra nuestros niños. Pido a las autoridades que este hecho no quede impune, y que los autores paguen máxima condena”, expresó el jefe de Estado en su cuenta de Twitter.

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Uno de los deseos de Hans Eslaider Tafur era tener un carro a control remoto y un balón, y lo plasmó con su puño y letra en una carta que escribió para esta Navidad. “Papito Dios, para esta navidad quiero un carro remoto, un balón. Mi mamá-mi papá-abuela. Hans”. Para Hermes Triana Bravo, quien divulga esta carta, es importante que el país sepa que su hijo estaba lleno de sueños y aspiraciones. “Tenemos que hacerle entender a Colombia que los niños son una prioridad. Serán nuestras próximas generaciones”. Entretanto, las autoridades ofrecen una recompensa de $40 millones por quien brinde información que ayude a esclarecer este caso.

Hans Eslaider Tafur fue enterrado ayer en la tarde en el cementerio de La Dorada. Su madre, quien, según el diario El Tiempo, encontró a su hijo sin su saco y con el broche del pantalón abierto, dijo que el caso no puede quedar en la impunidad y pidió justicia. “Esto es muy duro y no se lo deseo a nadie, por eso les digo a todas las mamás que hay que estar al pendiente de los niños y ante cualquier desaparición informar lo antes posible a la Policía”.

cmunoz@elespectador.com

Por Cristian Steveen Muñoz Castro / @CistianSteveen

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