"Moreno me dijo que había sido víctima de su propia angustia": Francisco Bernate

El litigante renunció a defender a Gustavo Moreno, luego de que el exjefe anticorrupción de la Fiscalía se saliera del plan acordado para su imputación de cargos, empeorando de paso su situación.

Diana Durán Núñez / @dicaduran
15 de julio de 2017 - 08:39 p. m.
Francisco Bernate (izq.) durante la audiencia virtual de imputación de cargos a Gustavo Moreno. / Cristian Garavito
Francisco Bernate (izq.) durante la audiencia virtual de imputación de cargos a Gustavo Moreno. / Cristian Garavito
Foto: Cristian Garavito / El Espectador

Este viernes 14 de julio, todo parecía estar listo para que Gustavo Moreno, exjefe anticorrupción de la Fiscalía, admitiera sus culpas ante el Tribunal Superior de Bogotá, en donde la Fiscalía tenía programada la audiencia de imputación de cargos. Estaba más que anunciado que, en ese espacio, Moreno aceptaría que había cometido el delito de concusión, es decir, que se había aprovechado de su posición como funcionario del Estado para lucrarse. 

La génesis de esta audiencia es bien conocida ya: en junio de este año, al viajar a Miami delegado por la Fiscalía para dar una charla anticorrupción, Moreno se reunión con otro abogado, Leonardo Pinilla, y con Alejandro Lyons, exgobernador de Córdoba. El entonces fiscal le pidió a Lyons más de $500 millones a cambio de ayudarlo en sus líos judiciales, y Pinilla, se supone, intermediaba. Pero, antes del encuentro, Lyons ya había alertado a la DEA y la reunión quedó documentada, convirtiéndose así en la prueba más contundente contra ambos abogados. Como el escenario del delito fue Estados Unidos, este país está adelantando un proceso de extradición.

Ayer, sin embargo, nada salió como estaba esperado. Moreno resultó diciendo ante el Tribunal que desde la Fiscalía lo estaban intimidando con la apertura de una investigación contra su esposa, verdadera razón por la cual aceptaba cargos. El magistrado de su caso, Fernando Pareja, dijo que no podía permitir el allanamiento a cargos en esas circunstancias y, de ese modo, Moreno perdió su oportunidad de recibir un descuento en su pena de hasta el 50%. Y luego, su abogado, Francisco Bernate, renunció. El Espectador habló con él. 

¿Cómo entender lo que pasó ayer en la audiencia? 

Como el mismo magistrado (Fernando Pareja) lo indicó, todo lo que sucedió fue inesperado, no es lo que suele suceder en una audiencia de estas; tampoco es lo que se había preparado por la defensa con Gustavo. Era la primera vez que él hablaba abiertamente y se dejó llevar por la emocionalidad. Dijo cosas que claramente no debió haber dicho, producto de su situación y de la situación que ha vivido su esposa, lo cual lo llevó a hacer esas afirmaciones tan desafortunadas.

¿Él le había mencionado sobre esas supuestas presiones de la Fiscalía?

No, nunca. Ni él ni ninguna otra persona. 

¿Podría ser cierto? 

No lo creo. Lo que creo es que él ha sentido mucha presión por la exposición que ha sufrido un asunto judicial por el que pasó su esposa, de pronto eso fue lo que quiso decir. Pero presión, amenazas o constreñimiento, no. 

¿Qué habían preparado ustedes para la audiencia de ayer? 

Nosotros teniamos una linea de defensa coordinada, estructurada, conversada, convenida. Él iba a reconocer los cargos como fueron imputados e iba a hacer un acto de contrición, de humildad, de reconocer su error, de tratar de que la audiencia se llevara a cabo de la forma más tranquila posible. Desafortunadamente, no fue así como se dio. 

¿Se sorprendió cuando Moreno empezó a hablar?

Muchísimo. Creo que hay unas imágenes que han circulado en las que se ve mi expresión. Claramente no esperaba algo así, no era lo que yo le hubiera aconsejado. Eso solo perjudica su caso y la percepción que los ciudadanos tienen de él. Me sorprendí, me descompuse. Eso no era lo planeado. Era previsible que no aceptaran su allanamiento a cargos.

¿Qué repercusiones va a tener lo que pasó el viernes sobre el proceso de Moreno? 

Tramitada la audiencia de imputación y frustrada la intención de allanamiento, el proceso continúa. Lo que sigue es la audiencia de acusación. En este momento él perdió lo deseable desde mi punto de vista, la posibilidad de un descuento de hasta el 50%. Ahora puede aspirar hasta el 33% (si acepta cargos en la audiencia de acusación).  

Usted renunció al concluir la audiencia. ¿Lo habló con Moreno previamente? 

Hablé con él antes de hacerlo público, claro, tenía el derecho de ser el primero en saberlo. Al salir de la audiencia no dije nada, manifesté que mi intención era continuar, pero el plan en realidad era indicarle que no estaba de acuerdo con lo que habia sucedido, que habia desatendido mis indicaciones y que así no podia continuar. Lo que pasó ayer fue imprevisto, no acordado, y de ninguna forma fue una estrategia. De inmediato me distancio de eso por esa razón. 

¿Qué le respondió él? 

Me dijo que había sido victima de su propia angustia, pero que agradecía la ayuda que le habia prestado. No trató de convencerme, estas son decisiones unilaterales. El entiende que no fue una indelicadeza lo que hizo sino algo grave, que hasta se puede ver como una maniobra dilatoria de mi parte y eso no lo puedo tolerar. 

¿Cómo se volvió el abogado de Gustavo Moreno, un hombre con quien hoy nadie quiere verse relacionado?

Moreno es un académico reconocido, autor de varios libros, inteligente, generoso, bueno con sus amigos. Se acercó a la Universidad del Rosario con algunas inquietudes académicas sobre falsos testigos y garantías y me invitó a participar en una obra colectiva que él coordinó. Desde ahí teníamos una relación académica. El año pasado él escribió un trabajo con otro profesor sobre justicia transicional y me pidió escribir el prólogo, un bonito gesto de consideración. No voy a negar mi relación personal con él. Cuando salió el escándalo, manifesté en público que yo no iba a caerle encima y luego sus familiares me contactaron. Hablé con él y me dijo que no tenía abogado, que las personas le habían dado la espalda, y yo le dije que lo apoyaba y no le iba a cobrar un peso. 

¿Qué futuro afronta Moreno luego de lo sucedido en la audiencia de imputación de cargos? 

Esta es una situación extremadamente difícil. En segundos, sus cargas emotivas lo llevaron a tomar una decisión equivocada. De entrada, él se pierde de obtener el máximo descuento, lo que significa que tendrá que pasar más tiempo en prisión. El allanamiento a cargos le permitía que se pasara de inmediato a establecer su condena, pero ahora tendrá que surtirse todo el proceso, hacerse un descubrimiento de pruebas, y creo que esto posterga la solución de su caso. Él tenia que resolverlo rápido

¿Por qué la urgencia?

Gustavo aceptó haber cometido un delito. En estos casos, lo que las personas necesitan es comenzar a descontar pronto su pena. Pero él no tiene medida de aseguramiento, o sea que ahora mismo no tiene derecho a reducir pena. Él está privado de la libertad es por orden de la Corte Suprema de Justicia. Para la Fiscalía, es innecesario imponerle medida de aseguramiento. Eso le impide trabajar, estudiar, descontar pena y volver  a la libertad en un termino razonable.

 

 

Por Diana Durán Núñez / @dicaduran

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