Como un día agridulce calificaron miembros del Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep) este 26 de septiembre de 2016. A tan solo horas de la firma del Acuerdo Final entre el Gobierno y las Farc en Cartagena, el padre jesuita Gabriel Izquierdo, quien luchó durante más de 50 años por la paz en Colombia, falleció en una clínica de Bogotá. Este sacerdote bogotano, el quinto de nueve hijos de una familia liberal, supo a los 15 años que su vida tenía que ponerla al servicio de los más necesitados.
A esa edad, entró a la Compañía de Jesús y poco tiempo después, fue trasladado a Santa Rosa de Viterbo (Boyacá) para hacer su noviciado. “Yo supe desde muy pequeño que mi vocación era ayudar a los demás”, explicaba Izquierdo quien hasta en sus últimos meses de vida conservó la memoria intacta de sus misiones y proyectos como religioso.
Después de su noviciado, estudió inglés, biología, física, química y filosofía en Bogotá y entró a trabajar como profesor en el Colegio Mayor San Bartolomé, una experiencia que le cambió la vida por el contacto permanente con los niños.
Aunque desde que entró a la Compañía de Jesús inició su labor social, en 1973 su contacto con campesinos y población vulnerada realmente tomó forma. Viajó a Buenaventura y la región del Cauca y se interesó en estudiar el movimiento campesinos para que, a partir de la academia, su trabajo en el terreno tuviera todavía más impacto. La inspiración que logró conseguir de su experiencia con los campesinos, lo motivó a viajar a Chicago para conseguir un máster y luego un doctorado.
Por esa misma época, el padre Gabriel Izquierdo estaba ya dialogando con colegas, académicos y amigos sobre la posibilidad de crear en Colombia un centro de estudios que se dedicara a temas de interés nacional: la situación de los campesinos, la explotación de recursos naturales y el creciente aumento de grupos armados ilegales. Fue así como en 1972 nació el Cinep, con figuras como Salomón Kalmanovitz, Enrique Santos y Alfredo Molano.
Gabriel Izquierdo llegó a ser director del Cinep cuando en Colombia los defensores de derechos humanos y sus compañeros del Cinep eran objetivo de paramilitares, la guerrilla y las fuerzas militares. En un cálculo rápido, Izquierdo aseguraba que vio morir a 34 amigos cercanos. Entre ellos, a Mario Calderón y Elsa Alvarado, dos miembros del Cinep asesinados en su apartamento el 19 de mayo de 1997. (“Hubiera preferido que me mataran a mí”: padre Gabriel Izquierdo")
Tras su salida de la dirección del Cinep, su trabajo al servicio de los demás no cambió. Su amistad con Álvaro Leiva y su constante interés de organizar espacios de diálogo con guerrilleros, paramilitares y grupos al margen de la ley, se convirtió en su tarea más importante. Aunque era reconocido por ser un gestor de paz que logró sentarse a hablar con Raúl Reyes y miembros del comando central del Eln, Izquierdo decía con orgullo que nunca había pisado un campamento guerrillero.