Pesquisas por atentado a la Escuela de Cadetes de la Policía siguen avanzando

Este lunes, el ministro de Defensa, Guillermo Botero, señaló que hasta ahora no hay indicios que relacionen a algún estudiante con el ataque.

Redacción Judicial
29 de enero de 2019 - 03:03 a. m.
La Fiscalía y Medicina Legal llegaron a la Escuela General Santander apenas ocurrió el atentado. Todas las víctimas ya fueron identificadas. / Mauricio Alvarado - El Espectador
La Fiscalía y Medicina Legal llegaron a la Escuela General Santander apenas ocurrió el atentado. Todas las víctimas ya fueron identificadas. / Mauricio Alvarado - El Espectador
Foto: MAURICIO ALVARADO

El domingo pasado murió otro cadete que quedó herido el pasado 17 de enero, tras la explosión de un carro bomba dentro de la Escuela General Santander de la Policía. La lista de víctimas aumentó, así como las dudas sobre lo ocurrido. El ministro de Defensa, Guillermo Botero, arrancó la semana dando declaraciones al respecto: dijo que hasta la fecha no hay indicios que conecten a estudiantes de la Policía con los hechos, “no hay ningún uniformado involucrado”, pero señaló, asimismo, que una falla en la seguridad del complejo policial aún no se descarta.

Más de una semana les tomó a las autoridades admitir que en el atentado al centro donde se forman los futuros oficiales de la Policía tal vez hubo también omisiones internas. El ataque se perpetró el pasado 17 de enero por la mañana, en el suroccidente de Bogotá, y apenas el viernes pasado el ministro de Defensa dio a regañadientes las primeras luces al respecto, cuando un periodista le preguntó si en la Escuela de Cadetes de la Policía se habían presentado errores el día del carro bomba: “Este es un país que a veces tiene (…) una mala costumbre, que es tratar de buscar el responsable en la seguridad de la escuela militar. No, el responsable fue el Eln”.

(Lea aquí: Mindefensa niega que guardia de la Escuela Santander esté involucrada con atentado).

De la autoría del Eln ya no cabe ninguna duda a estas alturas. En un escrito firmado por la “Dirección Nacional” del Eln, publicado en su propio portal web, esta guerrilla justificó así su acto violento cuatro días después del ataque: “Es una instalación militar; allá reciben instrucción y entrenamiento los oficiales que luego realizan inteligencia de combate, conducen operaciones militares, participan activamente en la guerra contrainsurgente”. Las pesquisas de la Fiscalía apuntaban a lo mismo. Desde Cuba, Pablo Beltrán aseguró públicamente que ni los negociadores ni el Comando Central (Coce) sabían de los planes del atentado. “Poco importa que no supieran”, contestaron desde el Gobierno.

Sin embargo, que la lupa virara hacia el manejo desde la propia Escuela de Cadetes fue importante para ampliar la investigación, pues todavía hay interrogantes que no han hallado respuesta. Entre ellos, ¿con qué contó la guerrilla para planear un ataque de esta magnitud en una base de la Fuerza Pública? Las pesquisas están enfocadas en descifrar cómo ingresó José Aldemar Rojas su Nissan con 80 kilos de pentolita, pues las versiones son contradictorias: mientras al inicio se dijo que entró a la fuerza, incluso atropellando a algunos policías, videos revelados posteriormente mostraron que el carro estuvo casi un minuto en la Escuela sin ser detectado, lo que dejaría sin piso la hipótesis de la entrada violenta.

(También: Falleció Andrés Felipe Carvajal, cadete víctima del atentado en la escuela General Santander).

El ministro Botero confirmó que no había cámaras de seguridad grabando en la portería en el preciso momento en que llegó Rojas Ríos, pues el dispositivo que está ahí “estaba apuntando hacia otro lado” cuando el carro bomba arribó a la Escuela de Cadetes. El ministro, sin embargo, días antes había dicho que la camioneta ingresó a “toda velocidad” y que los guardias habían dado aviso “inmediatamente”, versión que ahora está coja por falta de soportes. Según la agencia AFP, si el carro hubiese avanzado a la velocidad de las versiones oficiales, habría alcanzado una velocidad de 360 kilómetros por hora dentro de la escuela. Cosa que los videos desmienten.

Otra duda alrededor de esta parte de la historia es cuánta gente estuvo involucrada en el atentado. Minutos después de que se perpetrara, varios medios de comunicación dieron a conocer la versión de quien se identificaba como una policía e integrante de los esquemas de seguridad de la Escuela General Santander, quien narraba cómo la camioneta se había abierto paso arrollando a quienes estaban en la portería. Si ya los videos dejaron claro que no hubo una alerta inicial sobre la camioneta y que Rojas Rodríguez la condujo sin problema dentro de la Escuela durante un lapso corto, ¿cómo es que circuló una declaración tan clara, que descartaba responsabilidades internas, desde tan temprano? ¿De dónde surgió?

Las pesquisas de la Fiscalía avanzan en tiempo récord, aunque siguen surgiendo preguntas. Ricardo Carvajal, el único detenido hasta ahora, le hizo llegar una carta al senador Gustavo Petro en la que asegura que él no tuvo nada que ver con el atentado, que la llamada en que lo grabaron diciendo que se había escondido luego de la explosión era una broma de mal gusto. Incluso denunció que dos personas se acercaron para presionarlo a que aceptara cargos, lo cual no hizo. La Fiscalía, por su parte, ha asegurado que las evidencias que tiene en su contra son sólidas, a tal punto que un juez ordenó su detención mientras la investigación continúa, y que seguirá investigando para determinar cómo fue que el Eln logró cometer tal ataque en Bogotá.

Por Redacción Judicial

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