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Con independencia del credo religioso que cada ciudadano profese, ser jurado de votación en unas elecciones es un servicio y una carga que se justifica para el adecuado funcionamiento que requiere la democracia en Colombia. Por esta razón, determinó la Corte Constitucional, los sacerdotes católicos no pueden dejar de ser jurados con la excusa que en día domingo deben ir a oficiar misa.
El pronunciamiento lo hizo la Corte al estudiar el caso de un sacerdote católico que pretendía ser excluido de su designación como jurado de votación en la jornada electoral del plebiscito, realizada en 2016, alegando que esa labor le impedía oficiar la liturgia en su parroquia y que, por lo mismo, se le vulneraba su derecho a la libertad de cultos.
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La Corte aseguró que ser jurado “no implica una carga desproporcionada ni lesiva del libre ejercicio de las creencias religiosas. Tampoco resulta incompatible con el ejercicio de otros derechos o la realización de otras actividades”. Además, enfatizó que ser jurado se distribuye de manera igualitaria, en un procedimiento imparcial que no distingue ni excluye del sorteo a ningún ciudadano en razón del credo que profese.
El alto tribunal señaló que, si bien en el caso del sacerdote no existían razones suficientes para exonerarlo de su deber, la Registraduría olvidó durante el trámite de la tutela que en algunas circunstancias se pueden plantear alternativas. Por ejemplo, la posibilidad de alternar entre jurados de votación principales y suplentes.
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“De haberlo hecho, el actor posiblemente habría desistido de la reclamación de exoneración del deber de jurado de votación para las votaciones del Plebiscito del 2 de octubre de 2016, por cuanto se habría percatado de que la Ley 163 de 1994 le permitía desempeñar el cargo de jurado alternándose con los jurados principales”, dice el fallo.