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Procuraduría destituyó a miembros del Ejército por tortura

Nueve soldados fueron destituidos e inhabilitados por torturar a compañeros.

El Espectador
23 de octubre de 2012 - 07:28 a. m.

En segunda instancia la Procuraduría General de la Nación confirmó la destitución e inhabilidad de nueve miembros del Ejército Nacional vinculados al Batallón de Infantería “Patriotas”, en honda Tolima. Según el ente de control los uniformados torturaron a 21 soldados que prestaban servicio militar obligatorio en el Centro de Instrucción y Entrenamiento de la Sexta Brigada, ubicado en Honda (Tolima).

Los hechos fueron denunciados por la revista Semana en noviembre de 2009. La investigación reveló que en dicho destacamentos uniformados de alto rango torturaron a varios soldados recién llegado a la brigada. Los hechos ocurrieron el 25 de enero de 2006 y el informe de dicho medio de comunicación advierte que los uniformados “fueron golpeados con puños, patadas, palos y machetes.

Además, fueron sometidos a pruebas de asfixia y ahogamientos. Por si fuera poco, todos recibieron quemaduras en diferentes partes del cuerpo, en algunos casos con lesiones de por vida, tal como lo confirmó en su dictamen el Instituto de Medicina Legal. Y para mayor humillación, algunos de ellos fueron obligados a comer excrementos de animales. En ese día de violencia se llegó al extremo indignante de violaciones y vejámenes sexuales con los soldados”.

Por este motivo, el Ministerio Público confirmó la sanción de destitución e inhabilidad por 20 años para los cabos José Rafael Tarazona Villamizar, Sergio Andrés Muriel Quiroga y Jairo Alonso Lora Fuentes, comandantes de los pelotones. También fueron destituidos e inhabilitados por diez años el subteniente Javier Arturo Pachón Reina; los cabos Hugo Alberto Mestra Agudelo, Edwin Alberto Ávila Mesa, Jhon Lennyn Ramírez Cruz; y del soldado profesional Álvaro Yeisson Acosta Sánchez. A su vez cabo, el cabo Juan Pablo Rodríguez Bermúdez, recibió la destitución e inhabilidad por 15 años.

La Prrocuraduría señaló que “las pruebas demostraron que en el desarrollo de la práctica se debía superar la simulación de un retén y posterior secuestro por parte de un grupo guerrillero, a los soldados se les cubrió los ojos y se les amarró las manos en la espalda.

Bajo está condición de indefensión fueron agredidos verbalmente e intimidados, golpeados con fuerza, les introdujeron en la boca arena con sal, orines u otros aditamentos, de forma reiterada, luego fueron quemados en varias partes de sus cuerpos, incluidos los rostros, con una vara de madera.

Además fueron sumergidos en charcos de barro con estiércol o en agua hasta provocarles síntomas de ahogamiento, seguidamente les pusieron hormigas en las orejas y les rozaron por el cuerpo una planta conocida como “pringamoza”, que produce escozor e irritación intensa. Dentro de la investigación se demostró que tres soldados totalmente indefensos, por estar vendados y amarrados, fueron objeto de actos sexuales abusivos, lo que también se constituye en tortura”.
 

Por El Espectador

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