El narcotraficante colombiano Carlos Lehder Rivas lleva 28 años preso en cárceles de Estados Unidos. Desde febrero de 1987, cuando fue capturado en una finca ubicada en el municipio de Guarne (Antioquia). Luego de ser extraditado, la justicia norteamericana le impuso una severa condena de cadena perpetua más 135 años de prisión. Es decir, para que no volviera nunca a la libertad. Sin embargo, en 1991, en desarrollo del juicio al general panameño Manuel Antonio Noriega, el narcotraficante fue testigo y su colaboración debía darle una rebaja de su sentencia.
Esta dádiva judicial dejó su condena en 55 años de prisión, mientras que el general Noriega cumplió una sentencia de 30 años en Estados Unidos y ya regresó a Panamá. Por estas circunstancias, próximo a cumplir 70 años, Carlos Lehder Rivas decidió enviarle una carta al presidente Santos, para que intervenga ante el Gobierno norteamericano, y en virtud de sus acuerdos de sentencia negociada y cooperación, se le permita regresar a Colombia. Lo nuevo de esa petición, que en su momento también hizo al expresidente Álvaro Uribe, es la información que aporta.
Según Lehder, a finales de 1986 el expresidente Alfonso López Michelsen, a través de su enlace Santiago Londoño White, le pidió a Pablo Escobar que le ayudara a solucionar el único obstáculo que tenía para lograr el retorno al país del banquero Jaime Michelsen, cabeza del desfalco del Grupo Grancolombiano que en su momento denunció El Espectador. “El único obstáculo era Guillermo Cano, y su vigilante diario El Espectador”, resaltó Lehder, quien agregó que después de que cayó el tratado de extradición, se ordenó “quebrar” a Cano. Lehder aseguró que López se negó a ser entrevistado en Estados Unidos sobre su relación con Escobar.
El Espectador consultó al abogado de Lehder, Óscar Arroyave, quien manifestó que sobre lo que él dice de los años 80 poco puede decir porque en ese momento no lo defendía. Lo que destacó es que hoy Lehder no tiene recursos legales para defenderse y lo único que le queda es un traslado a Alemania, toda vez que tiene esa nacionalidad. Sin embargo, es el Gobierno norteamericano el que no permite su envío a ese país. Además cree que la carta no va a tener ningún efecto, pues el Gobierno colombiano no tiene interés en este caso.
Un integrante de la familia Lehder observó que desde hace dos años y medio ni siquiera tienen contacto con él. Además, su hija, Mónica Lehder, lleva 12 años sin visa norteamericana, lo que equivale al mismo tiempo que no ha podido visitarlo. La familia cree que el Gobierno colombiano debería exigirle al de Estados Unidos que cumpla con los términos del tratado: que ningún colombiano extraditado a ese país podría ser condenado a más de 30 años de prisión.
En cuanto al crimen de Guillermo Cano, ocurrido en diciembre de 1986, la investigación judicial sigue sin avances, a pesar que desde el 2012 fue declarado como un crimen de lesa humanidad, y por lo tanto imprescriptible. En septiembre de 2014, en el Congreso se adelantó un debate de control político por parte del senador Iván Cepeda, en el que salieron a relucir nuevos nombres y conexiones que permitirían importantes pesquisas en el caso. Sin embargo, no hay noticias nuevas de la Fiscalía respecto a este capítulo judicial en la impunidad.