“Se van a esclarecer los excesos del Esmad”: padre de un joven asesinado por el cuerpo antidisturbios

Yuri Neira, papá de Nicolás Neira, un estudiante de 15 años golpeado brutalmente por el Esmad en 2005 habla sobre las declaraciones de un exoficial de la Policía que aceptó haber encubierto el crimen de su hijo cometido por sus subalternos.

José David Escobar Moreno/ @TheBoxToBox/ jescobar@elespectador.com
11 de agosto de 2017 - 02:59 a. m.
A raíz de las amenazas de muerte, Yuri Neira tuvo que salir del país en 2012.  / Archivo El Espectador
A raíz de las amenazas de muerte, Yuri Neira tuvo que salir del país en 2012. / Archivo El Espectador

El mayor (r) Julio César Torrijos, excomandante del Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía (Esmad), aceptó la semana pasada que encubrió la muerte del joven Nicolás Neira, hace 12 años. El crimen ocurrió en mayo de 2005, en una marcha por el Día del Trabajo en la que, explicó el Consejo de Estado al condenar a la Nación por este caso, el estudiante de 15 años recibió una golpiza de tal magnitud que le ocasionó la muerte. El Espectador habló con el papá del joven asesinado, Yuri Neira. Desde el exilio, además de asegurar que las investigaciones de la Fiscalía fueron lentas, Neira dijo que la aceptación del encubrimiento del crimen por parte del exoficial Torrijos (capturado en 2011 con 103 kilos de cocaína) abre el camino para saber quiénes son los responsables de otros abusos de fuerza en los que el Esmad se ha visto involucrado.

¿Qué significa para usted que el mayor (r) Torrijos haya aceptado su responsabilidad?

Es una muestra de las presiones que hemos hecho en la Fiscalía para saber la verdad. Me cansé de presentar derechos de petición para solicitar que las investigaciones avanzaran. Las declaraciones de Torrijos abren un camino. Se van a esclarecer los excesos del Esmad en las muertes de jóvenes y campesinos. También es un llamado para las organizaciones defensoras de derechos humanos y los abogados que llevan casos en contra de uniformados, a que se den cuenta de que sí es posible conseguir justicia. Sí se puede.

¿Por qué cree que esta aceptación se demoró 12 años?

Lo que es claro es que él está amenazado y que le conviene recibir ciertos beneficios delatando a sus superiores. Espero que yo esté vivo para que el caso se pueda cerrar. En términos ciclísticos, lo que se viene es la parte más difícil: la montaña, es decir, demostrar la responsabilidad de los altos mandos de la Policía implicados en asuntos penales. Vamos a seguir adelante porque con la muerte de mi hijo me quitaron todo, el sabor de las comidas y el calor del sol. Era lo mejor que tenía en mi vida.

¿Cuáles son los hechos claros del asesinato de su hijo?

Se sabe que durante la marcha del Día del Trabajo (1º de mayo) de 2005, el Esmad fue quien mató a mi hijo. No fueron los disturbios entre los manifestantes los que terminaron con su vida. La Nación fue condenada en 2011 por el crimen. Él fue atacado con una bala de gas y después lo golpearon cuando estaba en el piso. Varios miembros del cuerpo antidisturbios aceptaron su responsabilidad. Con la aceptación del exoficial Torrijos ya no queda lugar a dudas. Ahora lo importante es que empiecen a dar nombres de sus superiores, porque ese día los niveles de represión que se vivieron en el país fueron tremendos. Los que están cayendo ahora son los que recibían órdenes. En el expediente figuran dos coroneles y uno de ellos aparece en el asesinato del grafitero Diego Felipe Becerra. Esto no es casualidad. (El coronel involucrado en los dos casos es Javier Vivas Báez).

¿Qué opina sobre la investigación de la Fiscalía?

La Fiscalía se ha demorado lo que ha querido y esto va para largo. Siento que se dilata cada vez más el caso, y más cuando se habla de los actores intelectuales. A mí uno de los investigadores me llamó y me dijo que todas las pruebas estaban listas. Sólo falta que haya voluntad del fiscal encargado del caso. Si también vemos el caso de Óscar Salas, Andrés Felipe Becerra, Jhonny Silva, víctimas de excesos de agentes de la Fuerza Pública, existe una relación muy cercana entre los investigadores y los miembros de la Policía. Es muy extraño.

El Esmad se ha visto envuelto en varios abusos de autoridad y crímenes similares al de su hijo. ¿Es idónea una reestructuración o simplemente su desaparición?

Si uno sufre de cáncer uno no dice: “Es mejor que esté en un pie y no en todo el cuerpo”. Yo prefiero que el Esmad no exista. Ellos aparecen para oponerse a la palabra y a la razón. Con las protestas de los mineros en Segovia (Antioquia) y las que cada tanto se producen en el Cauca, estaban proponiendo que se creara un Esmad rural. Es aterrador. No podemos seguir reprimiendo a la gente por sus pensamientos.

¿Por qué está viviendo en España?

En 2012 tuve que irme al exilio a raíz de la pelea que di en Colombia por el asesinato de mi hijo.

¿Recibió amenazas?

No sólo llamadas intimidatorias y seguimientos. Intentaron matarme cuatro veces mientras estuve en Colombia. Yo me reunía con personas de distintos sectores y de todas las edades que querían una Colombia mejor. Fuimos señalados de ser células de las Farc y dijeron que yo fabricaba explosivos y proveía armas a la subversión.

Por José David Escobar Moreno/ @TheBoxToBox/ jescobar@elespectador.com

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