Rito Alejo del Río insulta al Centro Democrático y se divorcia del expresidente Uribe

El general (r) Del Río mientras le hablaba a un grupo Reserva Fuerzas Armadas y Sociedad Colombiana, hace dos semanas. / Tomada de Youtube

"No podemos ser testigos mudos de lo que está pasando en el país. Perdóneme el que pensó que yo iba a hablar de temas militares, pero yo creo que la problemática del país es grave. Gravísima". El general (r) Rito Alejo del Río no está en campaña política. Aunque quisiera, no puede: pesa en su contra una condena de 25 años de prisión por el homicidio de un campesino chocoano durante una operación militar en 1997, Génesis, que luego terminó en incursión paramilitar. Aun así, habla en tono político. Lo hizo hace unos días ante otros militares retirados, espacio en el que se refirió a varios expresidentes, políticos y hasta al padre Francisco de Roux, y no precisamente en los mejores términos.

El video, revelado por Blu Radio, deja ver a un general (r) Del Río muy activo en las discusiones que tienen los militares retirados sobre el país. En más de una ocasión lo aplaudieron, incluso se rieron con él. El general (r) está en libertad desde hace un año y cinco meses, cuando se acogió a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), ante la cual se comprometió a aportar a las víctimas con verdad, justicia, reparación y no repetición. Al contar sobre una conversación que tuvo con el sacerdote jesuita Francisco de Roux, cabeza de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, Del Río dejó claro una vez más cuál es su posición con respecto a la llamada “verdad histórica”.

Hoy, Del Río es más conocido por la condena en su contra y por las dudas aún no esclarecidas de si participó o no en crímenes como el del periodista y humorista Jaime Garzón, cosa que siempre ha negado. Él, sin embargo, también ha sido el estandarte de la inteligencia militar, el símbolo por excelencia de esa rama de las actividades militares, tan cuestionada por demás por haber facilitado delitos graves como la desaparición forzada y los asesinatos selectivos de personas con perfiles específicos, especialmente de izquierda. Él, por su parte, ha sostenido que es un soldado y que nunca ha actuado en contra de la ley.

Estos son los cinco puntos que resaltan del discurso del general (r) Del Río, que duró hablando alrededor de 15 minutos.

(En contexto Rito Alejo del Río: la historia del general (r) condenado que volvió a la libertad)

1. La conversación con el padre De Roux

“Esta confesión que voy a hacer le parte a uno el alma”, señaló el general Del Río para anunciar que había estado en reunión con el padre Francisco de Roux y “con otro vergajo comunista a morir que lo acompañaba”. No dijo de quién se trataba. Del Río contó que el jesuita le mencionó a las Convivir, que nacieron como grupos privados de seguridad y, con apoyo de empresarios y de personas como los hermanos Castaño, derivaron en grupos paramilitares.

En múltiples ocasiones, en lugares como el Urabá antioqueño, se ha cuestionado la cercanía de la Brigada XVII (que comandó el general (r) Del Río entre 1995 y 1997), las Convivir y los paramilitares. Del Río le contó a su audiencia que, tras escuchar al padre De Roux, contestó: “Padre, con todo el respeto, a nosotros nos hacen las leyes, nos dan la orden de que las cumplamos, nos dan plazo pa cumplirlas, y después que las cumplimos nos dicen que somos delincuentes. Pues entonces los delincuentes son los congresistas y los presidentes, que todos han estado involucrados”.

Según el general (r), el padre De Roux le manifestó su interés en que se presentara en la Comisión de la Verdad, “para que colabore en la verdad histórica”. De hecho, el alto oficial (r) recuperó su libertad comprometiéndose ante la JEP de que aportaría verdad a las víctimas. La respuesta del general (r), contó él mismo, fue: “Siempre y cuando oigan y anoten lo que yo digo. Pero como eso no va a ser así, porque ustedes tergiversan todo, entonces va a ser muy difícil ir allá”.

(Vamos por una verdad que responda a todas las víctimas: Francisco de Roux)

2. Políticos “sinvergüenzas”

Cuando se refirió a los políticos, el general (r) Del Río no dejó títere sin cabeza. Ni siquiera se salvó el expresidente Álvaro Uribe, quien en 1999 organizó una ceremonia de desagravio para Del Río después de que fuera llamado a calificar servicios y que, durante su gobierno, lo mantuvo como asesor del Ministerio de Defensa y del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS). Así habló de ellos:

-“El sinvergüenza del Pastrana”. Andrés Pastrana, presidente entre 1994 y 1998, fue quien pidió el retiro del general (r) Del Río. En su momento se dieron dos versiones para esa salida: que los estadounidenses habían presionado la salida de Del Río, luego de acabar con la Brigada XX (una unidad militar de inteligencia que resultó involucrada en los peores crímenes y violaciones de derechos humanos). La otra, que las Farc habían pedido su cabeza para sentarse a una mesa de negociación con el Gobierno. Ninguna de las dos versiones se ratificó oficialmente.

“Pastrana, después de que le dijo ratero a Uribe, paramilitar y demás, y ahora andan, como decimos vulgarmente…”. “De pipí cogido”, dijo alguien del público. “Exactamente”, respondió Del Río.

(Vea: Pastrana y Uribe piden investigar supuestos pagos de Odebrecht a la campaña de Santos)

-“La sinvergüenza de la Marta Lucía Ramírez”. La hoy vicepresidenta de la República fue la primera mujer en llegar a ser ministra de Defensa, nombrada en ese cargo por el entonces presidente Álvaro Uribe. Los militares más radicales nunca la aceptaron como su superior ni le dieron la bienvenida.

--“Una porquería de persona”, dijo el alto oficial (r) para referirse a Rafael Pardo Rueda. En una parte de la conversación que habría sostenido con el padre De Roux, el general (r) Del Río afirmó que le dijo al jesuita lo siguiente: “¿Y acaso usted no se dio cuenta de lo que hicieron en el Bloque de Búsqueda contra Pablo Escobar? ¿Qué fue lo que sucedió ahí? Una alianza de mafia, de Policía, de algunos policías corruptos, del cartel del norte del Valle y los Pepes, pa atacar un hombre. Eso lo sabemos todos. ¿Acaso alguien se ha atrevido a denunciar eso? ¿Y quién fue el promotor de eso? César Gaviria. ¿Y quién fue promotor, otro que fue ministro de Defensa? Rafael Pardo Rueda, un tipo totalmente guerrillero, una porquería de persona.

-“Yo he sido de los más sacrificados por defender a Álvaro Uribe Vélez, pero no lo vuelvo a hacer”, dijo el general (r), palabras que recibieron aplausos. “Le decía a unos amigos del Centro Democrático: a mí no me vuelvan a hablar del Centro Democrático, y créanme que yo he sido de los más sacrificados por defender a Álvaro Uribe Vélez, pero no lo vuelvo a hacer (aplausos). Aquí hay que romper”.

Su indignación con Uribe tenía nombres y apellidos: la reunión a finales de enero de este año en Frontino (Antioquia) entre Félix Alfázar, quien ejerció como asesor presidencial para Municipios y Regiones en la era Uribe, y José Lisandro Lascarro (conocido en la guerrilla como Pastor Alape), del partido político FARC.

¿Cómo es posible que este sinvergüenza admita una reunión en Frontino, Antioquia, en donde estuvieron reunidos líderes del ‘centro demoniaco’, le dicen ahora (risas) con Alape y otros tres guerrilleros, haciendo acuerdos pa poner las autoridades allá? ¿Nosotros vamos a hacer acuerdos con ellos? No, señores. Aquí tenemos que ser muy claros (inaudible), y muy claros en lo que le vamos a decir a la gente: el país está en una crisis tremenda. Crisis en todos los sentidos”.

(“Me están cobrando mi amistad con Álvaro Uribe": General Rito Alejo del Río”)

-“Este sinvergüenza del presidente que tenemos, que es la continuación del anterior”, dijo el general (r) Del Río para referirse al mandatario Iván Duque. Y agregó: “Cuántas promesas no hizo: que no iba a subir impuestos, y mire cómo nos tiene asfixiados. Que nos iba a dar prebendas a los militares, cada vez que sale a una región se da abrazos con los militares, y por detrás qué nos está haciendo: no lo digo por respeto a las damas. Y el sinvergüenza, cada vez que puede, nos da garrote”.

A Duque le criticó tres cosas: la primera, que supuestamente nombró a dos sobrinos de Álvaro Leyva Durán, hombre clave en las negociaciones de paz con las Farc. La segunda, que nombrara como director de la Unidad Nacional de Protección al exfiscal  y exdirector del CTI Pablo Elías González Monguí, quien, como vicefiscal encargado, le presentó al recién posesionado fiscal Luis Camilo Osorio la providencia en la que se vinculaba al general (r) Del Río en una investigación por paramilitarismo, en el año 2001. Del Río ya había sido detenido; Osorio reversó las decisiones de la Fiscalía y lo dejó en libertad.

Y la tercera, sus decisiones sobre la inteligencia militar.

3. Inteligencia militar

Dado todo el trabajo que él mismo hizo en inteligencia militar, hasta llegar a ser reconocido como un oficial emblemático en esta área, se trata de un tema sensible para el general (r) Del Río. “Cómo puede ser posible que (…) la Dirección Nacional de Inteligencia la hayan convertido en un fortín de resentidos, de gente que ya trabaja más para las izquierdas que para las instituciones”, aseguró el alto oficial, aunque sin nombres propios.

“Nuestra inteligencia nos la acabaron. Ahoritica hay un poco de bellacos, que eran amiguis (sic) de alguien que daba pasos de ballet (…) entonces la inteligencia de combate, que producía para prevenir este caos de atentados que tenemos (…) nosotros desbaratamos la inteligencia para ponerla al servicio del chisme, de la pendejada”.

El general (r) Del Río aseguró estar convencido de que los recientes atentados del Eln se han cometido con ayuda extra: “en Arauca hay un compromiso Farc-Eln y van a hacer grandes actos terroristas”. No dio más luces ni soportes al respecto.