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“Hacemos un llamado a los violentos a la sensatez. Ni la violencia ni el terrorismo son el camino y ningún fin justifica actos de barbarie de esta naturaleza. Colombia es una democracia que permite que todos los conflictos puedan ser solucionados a través de vías civilizadas”, dijo el vicepresidente el Consejo de Estado, Ramiro Pazos Guerrero, tras el atentado ocurrido ayer en la Escuela de Policía General Santander.
Pazos Guerrero estuvo acompañado en el Palacio de Justicia por los presidentes de la Corte Constitucional, Alejandro Linares; de la Corte Suprema de Justicia, José Luis Barceló; y del Consejo Superior de la Judicatura, Edgar Carlos Sanabria. Todos, además de rechazar el atentado ocurrido en la capital del país, expresaron su solidaridad con las víctimas de las personas que fallecieron y con el pueblo colombiano.
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“Pese a todas las dificultades, el proceso de paz con las Farc ha sido exitoso y se produjo dentro de la institucionalidad. Hoy es reconocido por la comunidad internacional. Estos son los caminos en los cuales es preciso que el Estado, la ciudadanía y los violentos perseveren. Rechazamos cualquier tipo de barbarie que no tiene ninguna justificación y menos aún cualquier tipo de desbordamiento del Estado de derecho”, añadió Pazos Guerrero.
Por su parte, Alejandro Linares respaldó el llamado a la unidad nacional hecho por el presidente de la República, Iván Duque, después del atentado. “Nosotros como Rama Judicial, en desarrollo del principio de colaboración armónica entre las distintas ramas del Estado, respaldamos la institucionalidad, rechazamos el terrorismo y acogemos este llamado de unidad nacional”, precisó.
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José Luis Barceló, presidente de la Corte Suprema, expresó el apoyo permanente de las altas cortes con la actuación de la justicia. “Vamos a redoblar todos los esfuerzos necesarios para llegar a la verdad de estos luctuosos hechos y garantiza que los mismos no quedarán impunes”, declaró. Por último, el presidente del Consejo Superior de la Judicatura, Edgar Carlos Sanabria, manifestó que desde el primer instante han estado prestos para colaborar.
“Seguiremos con el Consejo Superior de la Judicatura destacando a nuestros mejores jueces instructores para llegar al esclarecimiento total de la verdad y a la imposición de las sanciones correspondientes ante la magnitud del suceso”, concluyó. Por estos hechos, José Aldemar Rojas Rodríguez sería el responsable de ingresar y activar el carrobomba que explotó a las 9:32 de la mañana.
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En la rueda de prensa, conjunta que dieron con el director de la policía, general Óscar Atehortúa, el ministro de Defensa, Guillermo Botero, y el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, aseguraron que Rojas Rodríguez pertenecía al Ejército de Liberación Nacional (ELN) desde al menos 1994, en la que se convirtió en un experto explosivista.
En 1994, señalaron, era miliciano de este grupo guerrillero en Pueblo Nuevo, Arauca, departamento donde se registró en julio de 2018 la última revisión técnico mecánica de la camioneta que explosionó ayer en la escuela de cadetes de la Policía. Rojas Rodríguez estuvo vinculado al frente Domingo Laín, al Adonay Ardila y al estado mayor del Frente de Guerra del ELN. Sus alias eran el Mocho (había perdido la mano derecha), Kiko o Culebro Viejo.