Cuando Eduardo Montealegre llegó a la Fiscalía cumplió lo que había anunciado al ser elegido fiscal general: se declaró impedido en el caso de Saludcoop, pues había sido abogado de Carlos Palacino, expresidente de esa EPS, y además era su amigo personal. Sin embargo, durante los cuatro años de su administración, ninguna investigación formal se abrió contra Palacino y poco o nada se avanzó para establecer responsabilidades en el desfalco de Saludcoop al sistema de salud que, confirmó la Contraloría, superó los $1,4 billones.
Ahora que en la Fiscalía hay una nueva cabeza, los anuncios sobre Saludcoop empezaron a llegar. A dos días de haberse posesionado, el fiscal general Néstor Humberto Martínez señaló que en un mes se tomarán decisiones con respecto a este caso emblemático en el tema de corrupción en la salud. Martínez explicó que un par de funcionarias están escarbando entre los expedientes de Saludcoop para establecer qué se ha hecho, trabajo que, aseguró el nuevo fiscal, llevará a una pronta toma de decisiones.
En el polvoriento expediente de Saludcoop el principal protagonista del escándalo, Carlos Palacino, tan solo ha rendido un interrogatorio. Lo hizo el 12 de septiembre de 2014, tres años después de haber sido expulsado de la presidencia de esa EPS y en el proceso por recobros irregulares en la prestación de servicios que no cubría el POS. Dese esa fecha sus declaraciones no han tenido mayor repercusión y han quedado en el silencio absoluto. Además, por el resto de investigaciones, como el aumento irregular de su patrimonio o desvío de dineros, no ha sido llamado a otra diligencia.
El interrogatorio, que fue dado a conocer por este diario, tiene varas frases polémicas: “Lo que se presentó fue un defecto en el software que administraba la base de datos de los recobros, que aparentemente no permitía identificar si un cheque girado para el pago de un recobro ya había sido entregado al prestador”. Palacino agregó en esa diligencia que nada tenía que ver su despacho con las irregularidades porque no tenía “capacidad” ni “injerencia” en el manejo de temas de tesorería.