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"A Uribe le interesa más el Senado que el país"

El exmediador suizo ante las Farc asegura que el expresidente Álvaro Uribe sí quería sentarse a negociar con la guerrilla.

Diana Carolina Durán
24 de abril de 2013 - 09:00 p. m.
Jean Pierre Gontard lleva cuatro años sin venir a Colombia. Pero igual, está al tanto de los diálogos entre el Gobierno y las Farc. / Diana Durán
Jean Pierre Gontard lleva cuatro años sin venir a Colombia. Pero igual, está al tanto de los diálogos entre el Gobierno y las Farc. / Diana Durán

Hasta 2008 el ciudadano suizo Jean Pierre Gontard, junto con el francés Noël Saez, eran los mediadores más reputados en Colombia ante las Farc. Pero ese año fue el punto de quiebre entre el Gobierno y los europeos: después de la 'Operación Jaque', la administración Uribe acusó a Gontard de haber filtrado información mentirosa sobre 'Jaque', luego vino una investigación penal contra Gontard por haber pagado supuestamente por el rescate de dos trabajadores de una farmacéutica suiza y, por último, Berna no tuvo embajador colombiano durante más de un año. 

El proceso contra Gontard se archivó y, limadas las asperezas diplomáticas, a Colombia hoy la representa en Suiza Beatriz Londoño. Él lleva más de cuatro años sin regresar al país al que ofreció sus servicios de mediador por más de una década, pero eso no le ha impedido seguir con lupa las negociaciones que se están llevando a cabo en La Habana. En entrevista concedida a El Espectador, El Tiempo y Semana, desde Ginebra Gontard aseguró que Colombia nunca había estado tan cerca de firmar un acuerdo con la guerrilla y contó detalles de cómo el expresidente Uribe hizo muchas gestiones en busca de sentarse a negociar con las Farc.

¿Cómo percibe el 'agarrón' en que andan el expresidente Uribe y el gabinete de Santos por cuenta de los diálogos? 

Las peleas y críticas no sólo no ayudan en La Habana, sino que hacen imposible el trabajo de la delegación del Gobierno. No veo por qué en Colombia expresidentes o políticos no respetan momentos tan importantes como un proceso de paz. No tienen que ser los mejores amigos pero cómo no respetan a quienes están en la mesa, cuando ha sido tan difícil llevarlos a la mesa, cuando uno ve que las conversaciones van por buen camino, aunque vaya a ser largo.

¿Por qué llegaron a la mesa las Farc? 

Porque hace varios años se estaban preparando para eso, y Santos y Uribe lo saben muy bien. 

¿Qué conoce sobre los acercamientos que gestionó Uribe con las Farc en sus periodos? 

Todos los presidentes, desde Betancur, no solamente han tenido contactos: han negociado. De una u otra manera. A veces se corta muy rapido, a veces se queda en secreto, pero han aprovechado los contactos. Incluso el expresidente Uribe, que en los primeros meses de su primer mandato estaba muy abierto.

¿Qué es estar muy abierto?

Decía que quería negociar la liberación de soldados y rehenes. Lo primero era la liberación de los secuestrados, luego cese al fuego, luego acuerdo de paz. El cese al fuego no era un tabú ni con las Farc ni con los militares. Uribe mantuvo contacto muy cercano con gente de la cordillera central.

¿A qué bloques se refiere?

Si he dicho cordillera es porque no he dicho bloques. 

¿Tuvo usted alguna participación en eso?

Hace varios años yo hice varios recorridos por la cordillera central, en acuerdo con el Ejército y con las Farc, porque había un cese de operaciones. Se interrumpían las operaciones por una semana. Las Farc decian: 'La próxima semana, sobre tal valle, no hay ningún combate'. Eran pequeños ceses al fuego en zonas bastante grandes, todo esto con la participacion del Comité Internacional de la Cruz Roja.

¿Iba sólo usted? 

Iba con Noël Saez, el mediador francés.

¿En qué epoca se hicieron esos ceses de operaciones? 

A fines del primer mandato del gobierno de Uribe, para la época en que hicimos la propuesta de una zona de seguridad para la liberación de los militares secuestrados. No eran despejes, aclaro.

¿Por qué el presidente Uribe aceptó esos ceses? ¿Por la liberación de Ingrid Betancourt? 

No sólo la de ella, eran liberaciones en general, de políticos, de militares, de secuestros económicos (extorsivos). 

¿Quién lo autorizo a usted para hacer esos viajes? 

Los gobiernos suizo, francés y español recibieron autorización en París, con la presencia de Luis Carlos Restrepo y del embajador de Colombia en París. No recuerdo la fecha, fue un poco antes de los viajes. Yo fui a encontrarme con gente de las Farc durante los dos mandatos de Uribe y nunca fue sin que el gobierno colombiano y el suizo se pusieran de acuerdo. No informábamos, eso sí, la zona detallada ni la fecha exacta. Los únicos que sabían eran los de la Cruz Roja Internacional, por si acaso había problemas.

¿Todo eso fue antes de la petición de Sarkozy de liberar a Granda? 

Sí. Finalmente, ninguno de los dos quería este tipo de encuentros. Gobierno y guerrilla querían algo más importante, no sólo las liberaciones, no les importaba Ingrid. Querían una negociación seria para un acuerdo de paz. Uribe sabía que había sido elegido por su promesa de no despejar un centímetro del territorio nacional pero iba a aceptar la zona de seguridad en Pradera. Sin embargo, luego enseñó ante camaras el acuerdo con las Farc, salió mostrando mapas y todo, y ellos dejaron de confiar.

¿Cómo reaccionó su gobierno? 

Hubo conversaciones bastante 'animadas', se puede decir, entre los respectivos cancilleres, al teléfono, incluso a medianoche. Eso para nosotros era terrible. 

¿Ahí terminó su trabajo? 

No. 

¿En esa época había gente haciendo acercamientos paralelos a los suyos? 

Yo sostengo que el presidente Uribe siempre ha tenido contacto con las Farc, contacto bueno y rápido. 

¿Qué lectura hace entonces de las declaraciones de Uribe sobre el proceso de paz en estos tiempos?

Que le interesa más el Senado que el país. 

¿Cree que es posible llegar a un acuerdo con las Farc?

No sólo creo que es posible: nunca hemos estado tan cerca de un acuerdo. Eso no significa que sea para mañana. No es una cuestion de meses. Pero el problema es el mandato de Santos, es un problema también para las Farc. El acuerdo podría darse poco antes de la salida de Santos del Gobierno y la guerrilla podría decir: '¿Por qué vamos a firmar con un tipo que se va?'.

¿Por que estamos tan cerca del acuerdo? ¿Las Farc están cansadas? 

Yo no soy un experto militar, no puedo juzgar la fuerza de las Farc hoy.

Pero, ¿qué le hace pensar eso? ¿La ausencia, por ejemplo, de 'Marulanda' y de 'Reyes'?

No, no es así. Se trata de los que están, no de los que no están. Yo creo que realmente quieren la paz. No he dicho que quieran la victoria. Por lo que he visto en otras partes del mundo, la victoria para una guerrilla puede ser mantenerse viva. Puede ser firmar la paz sin tomar el poder. Hay que reconocer que esos criterios son muy importantes entre los soldados clásicos que llevan años viviendo en condiciones de vida muy diíciles. Hay que negociar una salida muy digna. 

Hoy el debate se centra también alrededor del Marco Legal para la Paz y la posibilidad de que los guerrilleros no paguen cárcel. 

Si hay un acuerdo de paz, la guerrilla y los militares van a salir del conflicto. Es difícil pensar que unos oficiales vayan a la carcel por haber tenido contactos con paramilitares, tambien hay que pensar en una salida digna para los oficiales. Debe haber este tipo de simetría, aunque eso no les gusta a las ONG internacionales y a los periodistas europeos. 

¿Qué tan necesario es el cese? 

Tienen que ver lo que pasó en Irlanda, fue muy complicado pero exitoso: no entregaron las armas. Las juntaron, las pusieron en custodia de la comunidad internacional. Quiza se pueden justificar seis meses más en La Habana y cuando venga la hora del tema de las armas, la participación de países latinoamericanos y europeos serios puede ser aceptable para las dos partes. Eso sería un avance tremendo para Colombia y para la paz en general. Se puede hacer en Colombia porque las Farc no tienen armamento pesado. 

¿Cuál es la principal amenaza contra el proceso?

Los enemigos de la paz. Uno podía pensar que los ganaderos iban a ser realmente enemigos de la paz. También los que estan matando a los que solicitan restitucion de tierras. 

¿Son los militares enemigos de la paz? 

Yo sí tengo confianza en ellos, que saben mejor que nadie lo que significa más años en la guerra. Los militares no tienen idea de dónde están los enemigos pero tienen idea de las balas que están recibiendo. Por eso digo que tengo confianza en ellos. Cada vez que dicen que murieron militares en combate es porque murieron en una batalla del tipo que mostró el periodista francés Romeo Langlois en su documental, el mejor documental que he visto. Los militares, en países modernos, están para mantener la paz interna e internacional. 

¿Qué piensa de Sergio Jaramillo como comisionado?

Que merece una medalla de oro porque ha manejado las cosas muy discretamente y con resultados. Ha estado muy callado y por eso lo aceptaron las Farc y, aunque no tengo pruebas, estoy casi seguro de que por eso lo aceptaron Cuba y Venezuela. Logró que esa gente se sentara en la misma mesa, fuera de Colombia. Creo que estamos más cerca que nunca del acuerdo.

¿A qué le tiene miedo la guerrilla en un espacio post-negociación? 

Al efecto de la plata en el campo: que alguien venga con plata, no con presión o fuerza, a comprar las fincas de los campesinos. Las zonas se van a vaciar, van a poner palma africana, y fuera las Farc. Creo que eso no es tan hipotético. Politicamente hablando tienen miedo a la competencia con la izquierda, que se dividiría mucho en elecciones. 

¿Este gobierno le ha pedido algún tipo de participación o acercamiento con ellos? 

No voy a contestar esa pregunta. 

¿Cómo se ganó la confianza de la guerrilla? 

Por ejemplo, una vez me invitaron a encontrarme a Manuel Marulanda cuando estaba en El Caguán. Le conté a María Emma Mejia como manera de avisar al Gobierno. El conductor me dijo que no me llevaba, me dio su linterna y yo llegue a pie. Era de noche. Son pequenas cosas que ellos valoraron mucho. Alla estaba Daniel Ortega, el presidente de Nicaragua, con su hijo, y le entregó una medalla a Marulanda. En ese encuentro Marulanda me dijo que yo era un idiota y un socialdemócrata, que es lo que soy. 'Por eso lo hemos invitado', me dijo. Querían acercarse a una izquierda aceptable internacionalmente, por eso me buscaron, eso lo confirmaron las Farc. 

*Invitación de la Red Internacional de Derechos Humanos, a través de un programa patrocinado por la Cancillería suiza.

Por Diana Carolina Durán

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