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'Uscátegui es un trofeo'

José Jaime Uscátegui, hijo del general que resultó condenado a 37 años de prisión, dice que se constituirán como víctimas en el proceso de las falsas víctimas de la masacre.

Diana Carolina Durán Núñez
12 de julio de 2013 - 10:00 p. m.
 José Jaime Uscátegui, hijo del general  Jaime Humberto Uscátegui, condenado este último a 37 años de prisión por la masacre de Mapiripán, Meta.  / Archivo
José Jaime Uscátegui, hijo del general Jaime Humberto Uscátegui, condenado este último a 37 años de prisión por la masacre de Mapiripán, Meta. / Archivo
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José Jaime Uscátegui tiene 32 años y lleva más de una década defendiendo la inocencia de su padre, el general Jaime Humberto Uscátegui, oficial retirado que purga una sentencia de 37 años de prisión tras haber sido hallado culpable de la masacre de Mapiripán (Meta), perpetrada por los paramilitares en julio de 1997. Así dialogó con El Espectador.

¿Qué significa para ustedes que les imputen cargos a las falsas víctimas de Mapiripán?

La justicia está avanzando para establecer cómo llegaron esas falsas víctimas. Siempre hemos dicho que este proceso ha sido manipulado, con diferentes intereses oscuros, y mi padre está condenado producto de ello.

¿Han considerado denunciar a estas falsas víctimas, como a Mariela Contreras y otros?

Vamos a pedirle al juez que le permita a mi padre constituirse como víctima de las falsas víctimas. El 2 de agosto, en la audiencia de imputación de cargos, vamos a hacer la solicitud formal.

¿Afectaron las falsas víctimas la investigación contra su padre?

En el caso que estudia la Corte Suprema se dice que el general Uscátegui fue responsable de la muerte de los hijos de Mariela Contreras, lo cual quedó claro que es falso. Lo que me sorprende es que esto lo vino a conocer la opinión pública en 2011, pero la justicia lo sabía desde 2007, cuando el Estado alegó ante la Corte Interamericana, por ejemplo, que los hermanos Ómar Patiño Vaca y Eliécer Martínez Vaca no habían muerto en Mapiripán.

Pero el Estado tampoco aportó estas pruebas a tiempo.

Sí. Nos declaramos víctimas del Estado también, y eso es lo que he venido diciendo a la Comisión Interamericana desde 2003. Desde un comienzo no se investigaron los hechos y con base en mentiras se construyó un proceso judicial que hoy se está cayendo.

Tanto como cayéndose, no. Masacre sí hubo. Y víctimas, también.

Las víctimas tienen derecho a la verdad, la justicia y la reparación, y los investigados, a un debido proceso. Mi padre no estaba en el lugar de los hechos ni era su jurisdicción; en cambio el coronel (r) Hernán Orozco se encontraba en San José de Guaviare, a donde arribaron los paramilitares. Fíjese que Orozco ya está condenado en todas las instancias.

Pero Orozco está exiliado.

Esa es la gravedad del caso, y la evidencia de que no sólo ha sido manipulado desde la justicia colombiana, sino desde el Sistema Interamericano.

¿Por qué lo dice?

Porque el mismo Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, que representó a las víctimas ante el Sistema Interamericano, solicitó medidas cautelares para el coronel (r) Orozco y, producto de éstas, pudo salir del país en 2003 hacia Estados Unidos. Desde ese momento está como refugiado, condición que no es muy clara si se tiene en cuenta que al mismo tiempo fue condenado por la justicia colombiana a 40 años de prisión.

¿Se ha solicitado su extradición?

Tiene órdenes de captura, pero no sé si se ha solicitado la extradición. Mientras las víctimas claman justicia, uno de los victimarios está viviendo cómodamente en Miami. Es absurdo.

¿Han presentado recursos ante el Sistema Interamericano?

Desde 2003, cuando me di cuenta de que no había garantías para mi padre, presenté una petición por violación al debido proceso. Lamentablemente ha surtido un trámite muy lento. La Secretaría Ejecutiva de la Comisión Interamericana ni siquiera ha expedido el informe de admisibilidad, que es el primer paso en el trámite. Después de 10 años debo decir que me siento discriminado por el Sistema Interamericano, el cual no tuvo inconvenientes en aceptar falsas víctimas dentro del proceso y en ayudar a asilar a un falso testigo como el coronel (r) Orozco, mientras ha guardado silencio frente a mi solicitud para proteger las garantías judiciales del general (r) Uscátegui.

¿Usted está diciendo que en el Sistema Interamericano se admitieron víctimas sabiendo de antemano que eran falsas?

No, estoy cuestionando por qué no han atendido mis requerimientos si ellos mismos se dieron cuenta de que el Estado ha conducido irregularmente esta investigación. ¿Por qué el sistema tomó partido buscando asilo para el coronel (r) Orozco? Ellos y el Colectivo le dieron toda la credibilidad a su versión y, suplantando a la justicia colombiana, lo ayudaron a salir del país.

Bueno, pero los asilos finalmente los conceden los gobiernos. En este caso, el de los Estados Unidos.

Sí. Lo que me pregunto es por qué el Sistema Interamericano atiende con tanta diligencia las peticiones de organizaciones de derechos humanos, pero cuando se trata de un ciudadano que no tiene esos apoyos las solicitudes quedan engavetadas.

Usted habla de intereses oscuros en este caso. ¿A qué se refiere?

A que los actores que han intervenido en el proceso no quieren la verdad ni la justicia. Hay una extrema derecha que ha querido desviar la investigación y una extrema izquierda que quiere la cabeza de un general como trofeo.

¿Cuál extrema derecha?

Hemos denunciado a las autoridades del Urabá antioqueño, donde se planeó la masacre y empezó la ejecución de la operación. Hay testimonios que han pasado desapercibidos, como el del doctor Pedro Juan Moreno (fallecido), quien declaró que servidores públicos en Urabá participaron en la planeación de la masacre.

¿Moreno dio nombres?

No. Pero, ¿por qué ninguna autoridad civil o militar ha sido llamada a responder por la masacre? Llevamos 16 años reclamando que la justicia nos ha perseguido y nos ha atropellado. Afuera se ha guardado absoluto silencio.

Por Diana Carolina Durán Núñez

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