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Víctimas de implantes PIP podrían quedar sin indemnización

A partir de marzo, un trámite legal impediría a unas 10 mil colombianas afectadas por las prótesis presentar reclamaciones ante el Tribunal de Comercio de Toulon (Francia).

Angélica María Cuevas Guarnizo
27 de enero de 2015 - 05:15 p. m.
Julia Isabel Piedrahíta, colombiana de 40 años, fue una de las primeras en recibir parte de la reparación. /Luis Ángel
Julia Isabel Piedrahíta, colombiana de 40 años, fue una de las primeras en recibir parte de la reparación. /Luis Ángel
Foto: LUIS ANGEL

Natalie Lozano, la mujer que lleva tres años representando en tribunales a las víctimas de los implantes mamarios PIP (Poly Implant Prothèse), es quien lanza la advertencia: "muchas afectadas por estas prótesis defectuosas, que quizás han pensado en demandar pero no lo han hecho, podrían quedarse sin reparación si no se declaran como afectadas antes de la primera semana de marzo".

Según la abogada colombiana existe un trámite legal que podría cerrarles a nuevas víctimas la posibilidad de demandar sus casos ante el Tribunal de Comercio de Toulon (Francia), en procesos similares al que se ha emprendido en contra de la multinacional alemana Tüv Rheinland, responsable de certificar la calidad de las prótesis.

"El Tribunal nos ha informado que en marzo se cumplen cinco años desde la fecha en que las autoridades sanitarias de Francia lanzaron las primeras alertas sobre la mala calidad de las prótesis. Como todas las acciones legales tienen plazos de prescripción, este es el que aplicaría para nuestro caso, entonces tememos que comenzarán a aparecer trabas para que las mujeres reclamen después. Estamos preparando una última demanda masiva contra Tüv, que presentaremos antes de que termine marzo y a la que se podrán sumar todas las mujeres interesadas. Se estima que en Colombia hay por lo menos 10 mil víctimas que no han reclamado", dice Lozano.

En noviembre de 2013, la abogada hizo parte del grupo de juristas que logró, mediante un fallo histórico, que el Tribunal de Toulon favoreciera al primer grupo de mujeres demandantes, obligando a la empresa alemana a indemnizar a 1.518 víctimas, la mayoría colombianas.

El tribunal encontró pruebas suficientes para concluir que durante diez años Tüv Rheinland, con más de 100 filiales en 60 países, permitió que miles de prótesis PIP se vendieran sin ser sometidas a estrictos controles de calidad, poniendo en riesgo la vida de 500.000 mujeres en el mundo.

Durante 2014 la compañía tuvo que desembolsarle a cada una de las demandantes $2.000 dólares (cuatro millones de pesos) como primera cuota de una indemnización total que aún está por entregarse y que será determinada según los daños ocasionados a cada mujer.

Julia Isabel Piedrahíta, colombiana de 40 años, fue una de las primeras en recibir parte de la reparación. Esta fisioterapeuta vivió casi 9 años con implantes PIP en sus senos sin sentir ninguna molestia, hasta que hace tres años, un examen de rutina reveló que una de las prótesis se había estallado, esparciendo la silicona por el pecho izquierdo.

"El médico me dijo que tenían que operarme de inmediato, y en menos de una semana estaban en el quirófano retirándome los implantes. Tenía el seno lleno de pedazos gelatinosos de silicona esparcida, me salvé porque me di cuenta a tiempo, o si no hubiera llegado con una infección incontrolable. El impacto es muy fuerte, a mi ningún médico me advirtió que esto podía pasarme".

A Julia le retiraron ambos implantes e intentaron reconstruirle el pecho en una operación que pagó como particular. "Yo salí del quirófano y a la semana siguiente salió la noticia de que las EPS estaban obligadas a retirarles los implantes a las víctimas de PIP. Pero esas operaciones no incluían reconstrucción, muchas mujeres terminaron con el pecho descolgado, otras perdieron sus pezones y sé que hubo esposos que entregaron sus tetillas para reconstruirles el pecho a sus mujeres. En mi caso, perdí la sensibilidad en ambos senos. El impacto emocional es muy fuerte. He gastado mucho dinero en psiquiatras y psicólogos, pero para mí ha sido importantísimo el apoyo de mi esposo y de mis hijos. He visitado al menos 20 cirujanos y aún no he decidido si quiero ponerme unos nuevos implantes para recuperar la forma de los senos. Acostumbrarte a lo que ves en el espejo es difícil".

Julia se sumó a la primera demanda masiva como parte de su proceso por superar este drama personal. "La plata es lo de menos, aunque muchas esperan el dinero para financiar sus operaciones de reconstrucción, yo quería acercarme y ser parte de este grupo de mujeres que rechazamos este tipo de injusticias. Lo que queremos es que la gente se entere que estos implantes afectaron a muchas familias y que Colombia debe asumir esto como una alerta para que tengan controles más estrictos de calidad", dice.

Hasta el momento son 6.157 las mujeres, de 40 países, que se han sumado a las demandas que lideran Nathalie Lozano y sus homólogos de Europa. La mayoría de víctimas vinculadas son colombianas (4.423), seguidas por las australianas (604), estadounidenses (340), venezolanas (367) y británicas (78).

Los implantes mamarios PIP fueron fabricados desde 1991, en el sur de Francia, por la empresa Poly Implant Prothèse, que logró convertirse en la tercera compañía en el mundo en volumen de ventas de prótesis, al producir unas 100.000 al año. El escándalo de las prótesis defectuosas estalló en 2010 cuando comenzaron a ser retiradas del mercado por no cumplir estándares de calidad. En 2013 Jean-Claude Mas, fundador de la compañía que fabricaba las prótesis fue condenado a cuatro años de prisión por la justicia francesa.

Por Angélica María Cuevas Guarnizo

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