Campesinas y campesinos que cuidan los bosques en Caquetá

Campesinas y campesinos de Caquetá llevan siete años apostándole a la conservación y recuperación de bosques.

07 de agosto de 2020 - 01:31 a. m.
Aunque el 80% de los titulares de las fincas eran hombres, el 40% de las personas capacitadas fueron mujeres.
Aunque el 80% de los titulares de las fincas eran hombres, el 40% de las personas capacitadas fueron mujeres.
Foto: Cortesía Fondo Acción

En los últimos siete años, más de dos mil campesinos, campesinas e indígenas le han apostado a la conservación de los bosques en Caquetá. Ahora es común escucharlos hablar de conectar bosques y proteger los ríos y quebradas, tener huertas caseras, sistemas silvopastoriles y reforestar.

Caquetá es uno de los departamentos más biodiversos y, al mismo tiempo, más deforestados de Colombia. La tala, la quema y la ganadería extensiva han sido comunes por décadas en esta parte de la Amazonia. Pero, en los últimos años, más de dos mil campesinos, campesinas e indígenas han trabajado para cambiar esa historia y apostarle a la conservación de su territorio.

Campesinos y campesinas de Belén de los Andaquíes, San José del Fragua, Cartagena del Chairá y Solano, han transformado sus para hacerlos más sostenible a través del programa Paisajes Conectados de La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional USAID.

Producir mientras conservan

Muchos campesinos creían que la tala indiscriminada era necesaria para producir ingresos económicos. Con el Programa, conocieron otros caminos posibles. Uno de los participantes vio cómo al implementar sistemas silvopastoriles su producción de leche subió de 3.8 a 6.5 litros por vaca. Otras personas ahora producen alimentos en sus huertas en lugar de comprarlos por fuera, y además han vendido más de cuatro toneladas de su producción en mercados campesinos.

Elevar la voz de la mujer

Aunque el 80% de los titulares de las fincas eran hombres, el 40% de las personas capacitadas fueron mujeres. Se crearon escuelas de liderazgo femeninas que posicionaron a las mujeres como referentes clave de la conservación en sus municipios. Ellas crearon instrumentos de gestión para incidir en política pública y los presentaron ante las administraciones municipales. También compartieron y replicaron lo aprendido en más de 20 espacios con niños, niñas y jóvenes de sus comunidades.

Incidir en las decisiones de su territorio

Los participantes identificaron las necesidades de su finca, su vereda, su municipio y su región. De allí salieron propuestas para la protección de los bosques y los recursos naturales. Algunas de esas propuestas se convirtieron en documentos que socializaron en distintos niveles. Un ejemplo fue la Agenda comunitaria del Núcleo 2: iniciativa que nació a partir del sueño de los campesinos del Bajo Caguán, quienes trazaron una hoja de ruta para promover el desarrollo sostenible de la región.

Promover la participación de niños, niñas y adolescentes

Más de 1000 niños, niñas y adolescentes han aprendido sobre conservación. 78 de ellos y ellas investigaron y exploraron el bosque amazónico y participaron en la creación de ocho herramientas pedagógicas para que más personas sigan cuidando la naturaleza. En algunos casos, son los mismos niños y niñas quienes piden a los adultos que conserven el bosque.

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