En 2013 se institucionalizó un día que bien podría ser el día del río más olvidado de Colombia: el Bogotá. La contaminación que tiñe sus aguas de negro y heces, de tóxicos y químicos, es prueba de que, durante muchos, a nadie le importó lo que pasaba con el afluente que atraviesa 46 municipios.
Y eso es lo que precisamente trata de remediar el día departamental del río Bogotá, una iniciativa que, como señaló el Consejo de Bogotá en 2014, pretende visibilizar al afluente al que una ciudad de ocho millones de habitantes le da la espalda (y de paso, se baja los pantalones y defeca en él).
Fue precisamente por esos años, después de que una magistrada del Tribunal Administrativo de Cundinamarca ordenara descontaminarlo en una monumental sentencia, que nació el blog El Río, una iniciativa periodística para ponernos a conversar sobre el río que ordena territorialmente a buena parte de Cundinarmaca.
Para celebrar este día, El Espectador y el blog El Río recogen los mejores trabajos que este seguimiento de varios años ha dejado y que, de leerse todos, pueden dar una visión sobre la magnitud y las miles de historias que todos los días pasan por el cauce del río.
Hay que empezar por el principio. En este recorrido gráfico, le mostramos cómo fue que el río Bogotá llegó al estado deplorable de contaminación en el que se encuentra.
Precisamente por eso existe un plan para descontaminarlo. Y, en ese corto video, le explicamos cuál es:
Si lo logramos, salvar al río Bogotá podría generar grandes ganancias, no solo sociales y ambientales, sino también económicas: de hecho, un informe de la Universidad de La Sabana reveló que el desarrollo económico de Bogotá aumentaría en un 12% si lo aprovecháramos. Acá puede enterarse del informe completo.