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Creatividad y diligencia

Paula Caballero, directora de Asuntos Económicos y Ambientales del Ministerio de Relaciones Exteriores, llevó a Colombia a ser protagonista de la Cumbre Río+20.

Catalina Ruiz-Navarro*
08 de diciembre de 2012 - 09:00 p. m.
/David Campuzano
/David Campuzano

Todos dijeron que no se llegaría a ningún acuerdo en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible Río+20. Su predecesora, la Cumbre para la Tierra, que se celebró en 1992 y marcó un hito en la historia de la política ambiental internacional, pero no logró implementar sus buenas intenciones. Los países llegaron a la cumbre de este año con urgencia y pesimismo, pues desde un principio fue claro que varios, los más poderosos como China y Estados Unidos, no estaban dispuestos a dar su brazo a torcer ni a adquirir nuevos compromisos que “implicarían barreras comerciales”.

Era un mal panorama para la pequeña delegación colombiana, liderada por Paula Caballero, directora de Asuntos Económicos y Ambientales del Ministerio de Relaciones Exteriores. Sin embargo, Caballero tuvo la gran idea que llevaría a Colombia a ser la protagonista de Río+20: proponer una serie de objetivos de desarrollo sostenible basados en los objetivos de desarrollo del milenio. Los temas tratados en la propuesta colombiana incluyeron: luchar contra la inequidad para erradicar la riqueza extrema, la seguridad alimentaria enfocada en los pequeños agricultores, el uso inteligente del agua como recurso vital y energético, la implementación de energía sostenible, metas en materia de infraestructura, vivienda, salud pública, manejo de basuras y reciclaje, acueductos y alcantarillado y energía, y el cuidado de los océanos y la generación de “empleos verdes” que le apuestan a la conservación del planeta.

Después de tantear el terreno con países de todo el mundo, la propuesta fue presentada en julio de 2011 en Indonesia. Después la Cepal incluyó la propuesta en la agenda formal para Río+20 y más tarde, en Nueva York, Colombia —en la voz de Caballero—, convenció a casi todos los países del G77 de apoyar la propuesta. Para cuando llegaron a Río+20 los Objetivos de Desarrollo Sostenible eran una tendencia imparable y estaban incluidos en el Documento de Negociación de la Conferencia, titulado “El futuro que queremos”. “Colombia en Río ha logrado nada menos que la adopción de un instrumento que va a ser uno de los referentes o el referente más importante de la agenda internacional y nacional de desarrollo de las próximas décadas”, dijo Paula Caballero, cuya creatividad y diligencia la hicieron responsable de uno de los mayores logros de la historia de la diplomacia internacional colombiana: conseguir el consenso de 191 naciones que llegaron a Río+20 con agendas contradictorias, aferradas a sus propias ramas como micos y que contra todo pronóstico Paula Caballero sentó para la foto.

* Columnista de ‘El Espectador’

Por Catalina Ruiz-Navarro*

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