El águila coronada a punto de la extinción

La ampliación de los terrenos dedicados a ganadería y agricultura, la cacería furtiva y los postes eléctricos son algunas de las amenazas que enfrenta esta especie, que solo puede verse en el norte de Argentina.

- Redacción Medio Ambiente / EFE
05 de febrero de 2020 - 08:39 p. m.
El águila coronada solo puede verse en el norte de Argentina.  / Fotografía cedida por el Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina
El águila coronada solo puede verse en el norte de Argentina. / Fotografía cedida por el Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina

La lista de especies que han sido declaradas en peligro de extinción sigue aumentando. A comienzo de este año se confirmó que el pez remo gigante chin estaba extinto y que el conejo silvestre había entrado en la categoría de peligro de la Lista Roja de especies amenazadas. Ahora, el águila coronada, una especie que solo puede verse en el norte de Argentina, está amenazada.

La ampliación de los terrenos dedicados a ganadería y agricultura, la cacería furtiva y los postes eléctricos son algunos de los factores que tienen en jaque a esta especie que, también es conocida como águila del Chaco. Esta es un ave del que tan solo se han avistado mil ejemplares en la región y que ahora lucha por su supervivencia. (Lea: Acabó de comenzar 2020 y ya declaran la primera especie extinta)

Diego Gallego, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, en entrevista con EFE aseguró que uno de los problemas a los que se enfrentan para salvar al águila coronada es el desconocimiento del animal en comparación con otras especies autóctonas como el “yaguareté o el cóndor”.

“Argentina no sabe que el águila coronada está más en peligro de extinción que el cóndor”, explicó el científico, que trabaja en la conservación de este “tesoro argentino” junto al Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina (CECARA).

Este animal, de plumas grises y garras y pico amarillos, habita en las provincias del norte de Argentina principalmente y, en menor medida, en zonas limítrofes de Bolivia, Paraguay y Brasil. Entre los riesgos que amenazan su supervivencia, Gallego destacó los postes eléctricos de alta tensión, ya que las “aves rapaces tienen la costumbre de colgarse siempre de los lugares más altos del hábitat en donde viven, lo que hace que muchas se electrocuten”.

Además, el avance de las explotaciones agropecuarias ha reducido el ecosistema natural de estos animales que, de hecho, resaltó el científico, se avistan con más frecuencia en propiedades privadas que en parques naturales, por lo que la cooperación con los productores de la zona es aún más importante. (Puede leer: El conejo pasa a ser una especie en peligro de extinción)

Gallego añadió que el trabajo con los productores es importante, ya que en muchas ocasiones se dan situaciones de “odio” hacia el animal, al pensar que es un depredador que cazará su ganado. Esto se trata de un mito según los estudios realizados por CECARA, que puso cámaras en los nidos de las aves y comprobó que de las 600 presas identificadas ninguna era ganado ovino o caprino.

Para el científico, esto se podría deducir por una mera cuestión de tamaño: el águila del Chaco puede llegar a un peso máximo de tres kilos y un tamaño entre 75 y 84 centímetros de largo, lo que dificulta que pueda cazar una oveja o una cabra.

Aunque es una práctica que está en retroceso desde que CECARA comenzó su trabajo hace veinte años, sigue habiendo “muchos productores que disparan a las águilas cuando las ven (…) dado que las consideran una amenaza”, señaló Gallego. Pese a los temores de los productores, el águila del Chaco es beneficiosa para el medio en el que vive, ya que se alimenta de animales como las víboras venenosas, un reptil “peligroso” para cualquiera que se lo encuentre en el campo, sostuvo el científico.

A estos esfuerzos se unió el Grupo Insud, que organizó unas jornadas en uno de los establecimientos de su empresa Garruchos Agropecuaria en la provincia de San Luis donde no solo se concienció a los productores, sino que también se les dio nociones para instalar rampas en los tanques de agua de sus campos.

Con estas rampas se evita que las águilas se queden atrapadas si intentan beber en los tanques de agua que hay en las explotaciones ganaderas y, a la vez, esto permite que no les ocurra esto a otros animales, lo que tiene un beneficio para el ganadero o agricultor.

“Los estamos ayudando a que el tanque no se llene de animales muertos y ellos tengan que tomarse el tiempo de levantar los cadáveres o asumir el riesgo de que se les pudra el agua”, resumió Gallego. (Podría leer: “Un millón de especies del mundo están en peligro de extinción”: Ipbes)

Además, varias provincias estudian declarar al águila del Chaco “monumento provincial” y se prevé su inclusión en el programa “extinción cero”, dirigido por el Gobierno nacional para preservar especies autóctonas argentinas en riesgo como el yaguareté. No obstante, estas acciones no son suficientes y el investigador reclamó una mayor concienciación y que haya una sanción penal para evitar la cacería de este animal y que así lo conozcan las nuevas generaciones.

Por - Redacción Medio Ambiente / EFE

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