El conejo silvestre entró en la categoría de "peligro" de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) debido, entre otros factores, a "la destrucción de los hábitats a causa de la agricultura y la ganadería y a la sobreexplotación y la mala gestión a causa de la caza", según un comunicado de Ecologistas en Acción.
Según la confederación ecologista, la gestión humana del territorio y de esta especie han ayudado a incrementar su nivel de amenaza, por ejemplo ante el “constante” traslado de ejemplares vivos o muertos entre las distintas áreas de distribución.
Francia, España y Portugal son los países que registraron una disminución en estos animales. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), los conejos se enfrentan con frecuencia a patologías como hemorragia vírica y la mixomatosis. Enfermedades que causaron casi el 90% de las mortalidades durante los últimos años.
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Las poblaciones de conejo han decrecido entre un 60 y un 70 %, por lo que “no cabe considerar al conejo como una plaga” ya que “la realidad señala que sus poblaciones son las de una especie amenazada”.
Ecologistas en Acción considera que el problema de los daños a la agricultura “se ha exagerado” porque “en España, se ha impuesto la idea de que hay que hacer un control muy severo de las poblaciones a través de la gestión cinegética” para evitarlos, en lugar de tomar “medidas sencillas para proteger los cultivos”.
La organización ecologista ha acusado a las administraciones públicas de “desentenderse” y no controlar las actividades de agricultura y ganadería, que acaban intensificando el uso del territorio y provocando “la destrucción de los hábitats y su contaminación por pesticidas”.