El español que retrató los impactos del hombre sobre la Amazonia

Por tercera vez, Daniel Beltrá aparece entre los finalistas del concurso de fotografía de prensa más prestigioso del mundo. Su trabajo, inspirado en las cicatrices de la deforestación y la minería en la selva, denuncia las presiones que cubren la región más biodiversa del mundo, donde el 17 % del territorio ha sido destruido.

Camila Taborda/ @camilaztabor
12 de abril de 2018 - 03:00 a. m.
Mina de oro ilegal a 160 kilómetros al norte de Macapá, Brasil. / El madrileño Daniel Beltrá fotografiado para el World Press Photo.
Mina de oro ilegal a 160 kilómetros al norte de Macapá, Brasil. / El madrileño Daniel Beltrá fotografiado para el World Press Photo.

Una tarde de los ochenta, mientras estudiaba biología, Daniel Beltrá presenció en Madrid un atentado terrorista de la Eta. Cargaba por hobby una cámara con la que fotografió el hecho, llevó sin fe las imágenes a la agencia EFE y terminó contratado, dedicado de lleno al fotoperiodismo. Al principio pensó que no podía combinar ese oficio con su pasión: el medio ambiente.

Cambió de opinión gracias a Greenpeace. Un viaje de dos semanas, que su jefe consideró vacaciones, le mostró el Amazonas. Sobrevoló los bosques de Iquitos, en Perú, y las cicatrices de la minería, las carreteras y la deforestación lo convencieron de que esos eran los atentados que debía retratar.

Desde ese momento la intención del madrileño ha sido “mostrar un poco el impacto que tenemos sobre el medio ambiente. Mi idea es generar una reflexión, una manera más sostenible de vivir para nosotros y para el planeta, porque se habla mucho de salvar la Tierra y lo que no tenemos en cuenta es que el planeta va a estar perfectamente, el problema lo vamos a tener nosotros”, asegura.

Por eso se consagró como fotógrafo ambiental. Hizo las maletas y se mudó a Seattle, Estados Unidos, como freelance. Más cerca de la selva más extensa del planeta, que visita a menudo. La de 2005 es una de esas tantas veces. En ese año la Amazonia atravesó por una sequía de grandes proporciones. La lluvia que había caído era la más escasa en los últimos 35 años, según los datos satelitales de la NASA, y Beltrá se montó en una avioneta a fotografiar los efectos del fenómeno desde el cielo.

Las imágenes le hicieron justicia a la realidad: lechos secos y resquebrajados, barcos atrapados en la arena y peces muertos en lo que antes eran ríos. Con ese trabajo, hecho en Barreirinha (Brasil), se ganó lo impensable: un tercer puesto en la categoría Naturaleza del World Press Photo, el concurso anual de fotografía de prensa más prestigioso del mundo. Un premio que asegura 100 exposiciones al año con más de 4 millones de espectadores.

Al año siguiente el premio también fue suyo. La foto de un árbol solitario en medio de un campo de soja en Belterra, en la Amazonia brasileña, le significó el galardón. De ahí para adelante los reconocimientos abundan.

Serie Amazonas: paraíso amenazado. Fotografías de Daniel Beltrá para el World Press Photo 2018. 

“He tenido la suerte de que mis trabajos tengan visibilidad y parece que nos estamos dando cuenta de que en verdad no estamos haciendo las cosas bien. Tú puedes pasarte días volando la selva del Amazonas sin ver la degradación y la gente me pregunta ¿cómo avanza? Hay tantísimos frentes, miles y miles, que es difícil ver cómo la consumimos, pero si se compara con registros hechos en décadas anteriores, uno se da cuenta del daño, del proceso de desertificación que hemos creado. Porque entre más árboles cortas, menos evaporación conseguirás, disminuyendo las temporadas de lluvia”, le contó el español a El Espectador.

Este ecosistema no es el único que Beltrá ha inmortalizado. En 2009, un premio gordo de la Fundación del Príncipe Carlos de Inglaterra lo llevó a codearse con la realeza y a sobrevolar los bosques tropicales de la República Democrática del Congo, Indonesia y Suramérica. Sitios preciosos para Beltrá, pero con muchísima destrucción.

“Veo el impacto que el ser humano está teniendo sobre las selvas tropicales con su consumo y sus necesidades. La ganadería, la extracción de madera, la minería, la deforestación, la plantación de soja, la agricultura, las construcciones de hidroeléctricas. No es una historia bonita la que retrato y lo que intento hacer es mostrar esto de manera abstracta, estética, que por lo menos en un primer momento el espectador no tenga un rechazo fuerte”, contó el fotógrafo, quien compite por tercera vez este año en el World Press con Amazonas: paraíso amenazado. Una serie de imágenes que concursan en la nueva categoría de Medio Ambiente, creada este año gracias al interés de los organizadores por separar los retratos de naturaleza, más tradicionales, de los tipos de trabajo que denuncian la degradación ambiental.

Por eso el trabajo de Beltrá, hecho en 2017, cae de perlas: una denuncia acerca de las amenazas que cubren este territorio, donde el 17 % de la selva ha sido destruida, según la organización WWF.

Para hacerla se instaló en Brasil durante dos meses. Sobrevoló cada mañana con cuatro cámaras, su colección de lentes teleobjetivos y un equipo de supervivencia en una avioneta contratada en la región. Rodeó la desembocadura del río Amazonas, en Amapá.

Los retratos que hizo, confía, son una prueba fiel de que la deforestación se está comiendo la selva. Ese es su pequeño aporte porque “es mucho mejor encender una vela que maldecir la oscuridad”, asegura el madrileño, quien sabrá los resultados del concurso hoy, cuando los jurados del World Press anuncien a los galardonados desde Ámsterdam.

Por ahora está en casa esperando la noticia, satisfecho, con el alivio de los que esperan haber cambiado en algo al mundo y la honra de haber retratado de nuevo el atentado preciso. Aunque sabe que le quedan muchos territorios que sobrevolar pues, como él mismo dice, “mientras no dejemos en paz a los pobres bosques tropicales, no se me va a acabar el trabajo”.

Amazonia colombiana, protegida por la Corte Suprema de Justicia 

Pensando en su futuro y en el de las generaciones venideras, 25 niños y jóvenes de 17 regiones colombianas presentaron en enero, con ayuda de DeJusticia, una demanda ante la Corte Suprema de Justicia, en la que le exigían al Gobierno colombiano emprender acciones inmediatas en la lucha contra el cambio climático y la deforestación en el lugar más biodiverso del mundo. 

Hace una semana, como lo informó El Espectador, la Corte tomó una decisión histórica sobre esta tutela al fallar a su favor y ordenarle al Estado colombiano que resuelva décadas de atraso en la región. ¿El reto? Debe hacerlo en los próximos cinco meses. La gran sorpresa del fallo fue que la Corte declaró la Amazonia como “sujeto de derechos”, lo que significa que este ecosistema, vital para el ciclo del agua y la regulación del clima global, se vuelve estratégico a ojos de la ley y del resto del país.

Por Camila Taborda/ @camilaztabor

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