Emisiones de producción de alimentos podrían subir la temperatura del planeta 1,5°Celsius

El estudio, publicado en Science, analiza hasta qué punto se pueden reducir las emisiones mundiales como se pactó en Paris hace cinco años, si entre 2020 y 2050 se adoptan en este sector cinco estrategias diferentes a escala global.

07 de noviembre de 2020 - 12:37 a. m.
La producción de alimentos en el mundo genera emisiones de efecto invernadero. Las principales son la deforestación que libera dióxido de carbono (CO2) y óxido de nitrógeno (N2O).
La producción de alimentos en el mundo genera emisiones de efecto invernadero. Las principales son la deforestación que libera dióxido de carbono (CO2) y óxido de nitrógeno (N2O).
Foto: Pixabay

Hace cinco años, en París, 97 países firmaron un acuerdo en el que se comprometieron a emplear todas las acciones necesarias para evitar que la temperatura del planeta subiera de 1,5° a 2° Celsius. Desde entonces, se empezaron a monitorear las emisiones mundiales de los sectores que más contribuyen al cambio climático, como la energía, el transporte y la industria. A un segundo plano pasaron las que genera el sistema alimentario mundial. (Lea: ¿Pagaría un impuesto sobre la carne para evitar el cambio climático?)

Un nuevo estudio, publicado en la revista Science, se encargó de proyectar lo que pasaría con este sector. Alertó que solo las emisiones provocadas por la producción de alimentos mundial podría llegar a incrementar la temperatura del planeta en 1,5°Celsius, dejando cada vez más lejos la meta de cumplir el Acuerdo de París.

El sistema alimentario global supone casi un tercio, es decir, cerca del 30%, de las emisiones de gases de efecto invernadero. Entre las principales fuentes de emisiones se encuentran la deforestación (que libera dióxido de carbono (CO2) y óxido de nitrógeno (N2O)); el uso de fertilizantes y otros agroquímicos (encargados de liberar CO2, N2O y metano (CH4)); los gases de los rumiantes (principales liberadores de metano); los arrozales (que liberan CH4); el estiércol del ganado (encargados de liberar N2O y CH4)); y los combustibles fósiles utilizados todos estos procesos (que producen CO2)).

La producción alimentaria mundial liberó entre 2012 y 2017 cerca de 16.000 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) en el mundo. Michael Clark, investigador de la Universidad de Oxford y autor principal del estudio, aseguró que “los Gobiernos tienen que poner más el foco en el sistema alimentario. Las energías renovables y las dietas de transición serán parte importante de la solución climática". (Puede leer: Primer mapa que califica la sostenibilidad de sistemas alimentarios, país a país)

Para los científicos de la Universidad de Oxford, la Universidad de Minnesota, de la Universidad de California y de Stanford (EE UU), encargados de realizar el estudio, si las emisiones debidas al sistema alimentario se mantuvieran dentro de los márgenes actuales entre 2020 y 2100, equivaldrían a un total de 1.356 gigatones, cantidad que superaría el límite de 1,5 ºC entre 2051 y 2063.

Sin embargo, el grupo analizó hasta qué punto se podrían reducir las emisiones mundiales si entre 2020 y 2050 se adoptan en este sector cinco estrategias puntuales. La primera es una dieta rica en vegetales, en la que se pueda tener un consumo moderado de leche, huevos y carne. Según los científicos, este plan es el que más podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, esperando que las emisiones de las otras industrias sea más gradual.

Clark explicó que “la dieta que hemos examinado está principalmente compuesta de vegetales y solo contiene pequeñas cantidades de carne o pescado. No hemos analizado una opción vegetariana porque para muchas personas es importante comer carne o pescado y por ello no queríamos excluir completamente estos alimentos”. (Le puede interesar: El plato del futuro para salvar el planeta)

Otras de las estrategias que plantean los expertos son una dieta en la que se ajuste el consumo de calorías per cápita a niveles saludables; reducir a la mitad el desperdicio alimentario; disminuir las emisiones en los procesos de producción y mejorar las prácticas agronómicas. Los científicos insisten que, para poder alcanzar los objetivos de que el planeta no se caliente en 1,5 °Celsius y 2 °Celsius, es necesario reducir los gases de efecto invernadero del sistema alimentario mundial.

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